domingo, marzo 05, 2006

UNA LUZ AL OTRO LADO DEL RÍO.

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La luz al final del camino

Parecería que, finalmente, la cordura y la sensatez prevalecerán por encima de la prepotencia y la irracionalidad intransigente.

La situación conflictiva surgida entre Argentina y Uruguay con motivo de la instalación de las plantas de celulosa empieza a destrabarse.

Atrás parecen haber quedado los desplantes y las declaraciones destempladas de algunos gobernantes argentinos.

La intransigencia y las bravuconadas ceden paso a las posturas racionales, dialoguistas y civilizadas. Es el triunfo de la razón por encima de las amenazas de violencia. Es el triunfo de la ponderación del gobierno uruguayo, que actuó como debía, sin responder a provocaciones; pero es también el triunfo de la firmeza exhibida por las autoridades que, sin entrar en el juego de la escalada violentista, mostraron su firmeza y su voluntad de no aceptar presiones. En cierto modo, el gobierno uruguayo supo, a su vez, mostrar la intransigencia debida.

Llamó la atención el cambio súbito del presidente argentino. Después de un largo silencio con el que avalaba la postura del gobernador entrerriano y de los ambientalistas-piqueteros; después de haber dejado que otras figuras de su gobierno salieran a hacer declaraciones que agravaban la crisis; después de haber ninguneado la misiva enviada por el doctor Vázquez, Néstor Krichner parece haber reflexionado y considerado que por ese camino de enfrentamientos no conducía a nada bueno para ninguno de los dos países.

También es preciso destacar la presencia del ministro Mujica en Buenos Aires. En oportunidad de un encuentro de ministros de Ganadería del Mercosur, pudo darse un aparte entre Mujica y su homólogo argentino. De acuerdo con trascendidos, allí se habrían echado las bases de un posible entendimiento, entendimiento que --como toda transacción o salida negociada-- supone concesiones recíprocas, es decir que ambos contendores cedan algo.

También resultó sorprendente oír al gobernador Busti reclamar a los ambientalistas-piqueteros que suspendieran las medida de bloqueo de los puentes. Es auspicioso que el jefe de gobierno de Entre Ríos formule estos llamamientos a dejar de lado "nacionalismos exagerados y el patoterismo", al tiempo que manifiesta su disposición a recurrir a medidas judiciales para desalojar a los manifestantes, los mismos que él se había ocupado de estimular.

Son sin duda pasos de enorme trascendencia para ir buscando una solución al diferendo.

Lo hemos dicho más de una vez: no hay industria que no contamine el medio ambiente. Toda actividad humana (y sobre todo el sector secundario, esto es la actividad industrial) supone la generación de desechos, toxinas y elementos varios que se incorporan al suelo, al subsuelo, a las aguas o al aire. De lo que se trata es de agotar esfuerzos y recursos para que esa contaminación sea lo menos dañina posible; pero en modo alguno una postura supuestamente ecologista puede hacernos apostar a abandonar toda actividad fabril. Sería un sinsentido y nos condenaría a mantenernos en el subdesarrollo, sin perspectivas de crecer ni de generar empleo genuino.

Saludamos, pues, este viraje adoptado por el gobierno argentino y hacemos votos por una pronta solución a un diferendo absurdo que amenazó la proverbial fraternidad entre las dos naciones.


Una luz de esperanza asoma al final del camino. * Una luz al otro lado del Río .
*** de LA REPÚBLICA.-

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