viernes, noviembre 24, 2006

BUSTI Y LAS CUENTAS DE LA DIOXINA.

Busti y las cuentas de la Dioxina

Los números no mienten, los que mienten son quienes los manipulan .

Lic. Luis Anastasía (*)

Agradecemos al Lic. Luis Anastasía que tan gentilmente nos envió una serie de artículos de su autoría para aclarar lo oscuro de la posición argentina en materia de "La Guerra de las Papeleras"



Los 97 kilos de Busti.

No hace mucho tiempo atrás el Gobernador de la Provincia de Entre Ríos, Jorge Busti, afirmaba que las plantas de celulosa arrojarán 97 kilos de dioxinas al río. La cuenta está mal hecha, pero no quisiera atribuirle el error al Sr. Gobernador ya que por tener ese cargo ejecutivo no podemos asumir que sepa todo de todos los temas.
Más bien yo diría que sus asesores están equivocados y le pasaron un cálculo que parece bien hecho pero está errado desde cualquier ángulo que uno lo mire.

El cálculo está bien desde el dato de partida que la planta Botnia tomará 86.000 m3 de agua del Río Uruguay por día y que en sus efluentes, luego de utilizar esa agua en el ciclo productivo y ser tratada, la concentración de dioxinas en el punto de descarga es de 1 microgramo en cada litro (mgr/l). Para este cálculo tomemos en cuenta que si un metro cúbico de agua equivale a 1 millón de litros y 1 microgramo (mgr) equivale a la millonésima parte, entonces para cada metro cúbico de agua se tiene un gramo de dioxina. Así llegamos a los 97 kilos, aunque para mí sería 86 k por día, pero podemos redondear en 90 k. Hasta aquí las cuentas aparentan estar bien.

Pero lo más lamentable, por lo cual habrían reprobado si hubieran sido alumnos míos, es que acá hay un descomunal error. Tanto en Uruguay como en Argentina y el resto del mundo 1 metro cúbico de agua tiene únicamente mil litros. Mil veces menos que el supuesto de partida que usé para poder llegar al resultado que esgrime el Gobernador Busti y sus asesores.
Utilizando los datos correctos, el resultado final de la cantidad que el efluente futuro de la planta de Botnia aportará al Río Uruguay de supuestas dioxinas es de 90 gr por día. Sólo se puede llegar a los kilos que dice Busti después de acumular efluente por 3 años.
Por otro lado debemos considerar también el factor dilución cuando el efluente entra en el caudal del río. De esa manera el resultado es totalmente diferente. El desarrollo es simple, y por favor no se asusten por los números.
En un día tenemos 86.400 segundos por lo que el caudal de descarga del efluente será de 1,03 m3/s (redondeando 1 m3/s), siendo así en cada segundo ingresarán, supuestamente, 1 milésima de gr de dioxina al río (0,001 gr). Ahora bien, aún cuando los ambientalistas sostienen que el Río Uruguay no tiene corriente o capacidad de dilución, resulta que ese curso de agua tiene un caudal medio de 6231 m3/s (promedio de los últimos 20 años). El caudal máximo registrado en esa zona del río es de 22.504 m3/s. Pero tomemos la peor de las situaciones, usando como dato el caudal mínimo promedio que es de 499 m3/s (redondeando a 500 m3/s). Asumamos que este mínimo es el valor que siempre se puede dar y que además la dilución del efluente ocurrirá sólo cercano a la orilla donde, digamos, hay un 10% de ese caudal, entonces tenemos que esa milésima de gramo de dioxina aportada en cada segundo se diluye en 50 m3 con lo que nos queda un número muy, muy pequeño: 20 microgramos por metro cúbico (0,00002 gr/m3). Preferí usar metros cúbicos porque así los números quedaban un poco más grande. Si hago el cálculo usando litros en lugar de metros cúbicos, recordando el dato de partida de concentración del efluente de 1 mgr/l, el resultado es de 20 nanogr/l (nano es la billonésima parte de un gr). Aún cuando ingresemos en la cuenta el efluente de la planta de Ence, que las dos plantas descarguen el efluente en el mismo punto, y que el río tenga siempre el caudal mínimo, la concentración sigue siendo ridículamente pequeña, insignificante y despreciable.
Tenga en cuenta que usé siempre las peores de las situaciones. Si además hiciéramos estas cuentas con los valores promedios de caudal, serían aún mucho más bajas.
Con esto queda demostrado que Busti y sus asesores están equivocados.

Hablemos de las Dioxinas.

En otra nota escrita por mí y publicada en este mismo espacio el día 16 de febrero (Errores del Informe de la CFI – http://www.montevideo.com.uy/noticia_26424_1.html ), sostuve que las dioxinas que potencialmente los efluentes de las industrias de la celulosa pueden liberar al ambiente son exactamente iguales a las que existen en la naturaleza, mono y dicloradas, asimilables y no bioacumubles. Y que no van a producir cáncer, ni deformaciones, ni parálisis cerebral ni mucho menos caída de pelo, o muerte de peces, destrucción del ecosistema del Río Uruguay, por mencionar algunas de las acusaciones dirigidas diariamente a las dioxinas, y por transitiva a los irresponsables uruguayos que permiten que se instalen estas plantas.
Hasta ahora no he leído ni escuchado en ningún medio que los ambientalistas hayan siquiera puesto en tela de juicio lo que sostengo. Puede deberse a dos aspectos, que no me lee nadie (lo que afectaría mi autoestima), o que no pueden argumentar en contra porque saben que tengo razón, que no escondo ni tergiverso información o datos.
Expliquemos a todos de qué estamos hablando cuando decimos dioxinas.
Las dioxinas son compuestos orgánicos conformadas por carbono (C), oxígeno (O) e hidrógeno (H) que son tres de los elementos más comunes en este planeta. Tienen una configuración espacial que las identifica, diferenciándolas de otras moléculas que tienen los mismos componentes. Los átomos de hidrógeno que están unidos al carbono son suplantados por átomos de cloro (Cl), también presente en la naturaleza. Así podemos tener dioxinas mono-, di-, tri- y tetracloradas que conforman una familia de 75 congéneres. Si sumamos los isómeros y polímeros llegan a más de 200.


Estas dioxinas son producidas y liberadas en el ambiente por procesos naturales.

De hecho hay mayor concentración de dioxinas en el suelo de los bosques que en un suelo industrial. Los microorganismos, con un sistema fascinante de procurarse alimento, degradan la materia vegetal separando la lignina (biomasa de baja energía biológicamente aprovechable) para quedarse con la celulosa. En realidad la actividad industrial de obtención de pasta de celulosa comete es casi un plagio del proceso biológico. Este es uno de los procesos, entre los más comunes, responsable por la presencia de dioxinas en la naturaleza.

¿Cuál entonces, exactamente, es la dioxina a la que se refieren los autodenominados ambientalistas?
Hay una sola de todas ellas, una dioxina tetraclorada (2,3,7,8 tetracloro-dibenzo – p – dioxina o TCDD) que además es sólo una de los 22 posibles isómeros de las dioxinas tetracloradas, que ha sido acusada, y aclaremos que en forma alevosamente exagerada, de ser la toxina más peligrosa conocida y sintetizada intencionada o involuntariamente por el hombre.
Quien escribió esta noticia por primera vez, tomada de resultados de laboratorio que no son verdaderamente extrapolables, se olvidó del botulismo y del tétanos, toxinas naturales mucho más peligrosas (producidas por Clostridium botulinium y Clostridium tetani respectivamente) que la 2,3,7,8 TCDD.

40 Millones de Veces.

Creo oportuno comentar que la actividad humana en general, igual que los procesos naturales, también está continuamente generando y liberando dioxinas al ambiente. Pero no voy a recurrir al ejemplo de la leña y el asado, que de tan repetido y cotidiano es hasta aburrido.
Las personas usamos cotidianamente un líquido que tiene un potencial de generar dioxinas 40 millones de veces más que el efluente de las plantas de celulosas. En la limpieza y desinfección usamos tradicionalmente, desde hace mucho tiempo y espero que también por mucho tiempo más, hipoclorito de sodio.
La concentración en las aguas cloradas de uso común y doméstico en Uruguay es de 40 gr de cloro activo (Cl2) por litro. Si comparamos 1 mgr/l de concentración de dioxinas en el efluente, la concentración entonces de 40 gr/l de cloro molecular (o cloro elemental para usar los mismos términos que los ambientalistas) disponibles para formar dioxinas en cuanto entran en contacto con compuestos orgánicos, es realmente 40 millones de veces más elevada.
Usted dirá que en su casa, de vez en cuando, usa un litro de hipoclorito cada tanto.
Como dijimos, en Uruguay la concentración es de 40 gr de cloro elemental por litro (en Argentina es de 60 gr y en Brasil 20 gr, otra cosa en la que no pudimos ponernos de acuerdo en el MERCOSUR).
Por año, en promedio, se consumen en este país para uso doméstico unos 8 millones de litros de hipoclorito. Dicho en otras palabras, liberamos al ambiente con nuestras actividades de limpieza y desinfección más o menos unas 320 toneladas de cloro elemental por año.
Si resulta un número grande que dificulta entenderlo, pasemos a días, y resulta en 890 k/día.
Aclaro que no está incluido en esta cuenta el cloro que se usa en la potabilización del agua, ni en la limpieza y desinfección de tanques de agua en los edificios, ni tampoco otras actividades industriales. Insisto que esto es sólo considerando el uso doméstico de cloro elemental.

Por cierto, valga la aclaración, las plantas de celulosa NO van a utilizar cloro elemental.



(*)en INFORME URUGUAY. (*) Luis Anastasía es Licenciado en Oceanografía Biológica, Tesis de grado en Oceanografía Física. Más de 10 años de experiencia como consultor en estudios y evaluación de impacto ambiental de proyectos.

LOS 60 MILLONES Y LA QUINTA VIOLACIÓN.

Los 60 millones y la Quinta Violación

Lic. Luis Anastasía (*)

Agradecemos al Lic. Luis Anastasía el permitirnos reproducir este artículo que aclara lo oscuro de la posición argentina en materia de "La Guerra de las Papeleras"




A lo largo del continuo intercambio de argumentos que sustentan las posiciones a favor y en contra de la instalación de plantas de celulosa en Uruguay hemos sido testigos de la muerte y el entierro de la lógica, de la inteligencia y hasta del sentido común.

Despreciando todo tipo de expresión xenófoba, que lo único que lleva es a la mayor intolerancia e incomprensión, recordemos que en cualquiera de las dos posiciones hay tanto uruguayos como argentinos. La diferencia en ambos grupos radica, nada más y nada menos, que en uno de ellos, los que argumentan a favor, se rigen por un estricto análisis de los datos y de la realidad, utilizando la fuerza de la razón. El otro grupo, por el contrario, aparenta manejarse más por sentimientos y sensaciones, en información sesgada y tergiversada, en afirmaciones mentirosas y en imposiciones empleando la razón de la fuerza.

En ese marco hemos visto y leído una serie de afirmaciones carentes de fundamento.
Haciendo un rápido repaso recordemos los 97 kilos de dioxinas del Gobernador Jorge Busti, que después Romina Picolotti, actual titular de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Argentina, redujo a unos 20 y algo de kilos.
El caso de los 29 casos de cáncer por año, conclusión a la que llegó Carrasco Letelier, chileno radicado en Uruguay, y que luego el uruguayo Ing. Quím. Stolkin elevó a la cifra de 35, está basado en la incorrecta aplicación de una metodología y en un muy grueso error final.
La Abogada Romina Picolotti, de nuevo ella, sostuvo que las plantas de celulosa iban a tomar 1.500 millones de metros cúbicos de agua desde el Río Uruguay, equivocándose en 1.455 millones, en números gruesos.
Ya en el top del ranking, Picolotti inventó un nuevo compuesto químico, el bisulfito de cloro y además lo catalogó como un producto altamente contaminante. Alguien podrá pensar que es absurdo decir que es un contaminante algo que no existe. Por supuesto que contamina, aunque sea inexistente, pues sigue inculcando miedo y en este caso es funcional cualquier cosa, aunque sea una absurda mentira propalada rápida y eficazmente por la prensa. Pero en este caso no habría por qué dudar de la información o de la fuente: un parte de prensa de la propia Secretaría de Ambiente.

Apenas nacido el mes de noviembre nos encontramos con que Uruguay es acusado por parte de Argentina de haber agravado el conflicto por autorizar que Botnia extraiga del Río Uruguay un volumen de 60 millones de metros cúbicos de agua, ampliando al doble la capacidad que se utilizó para los estudios de impacto ambiental.
En la prensa se maneja como que Uruguay otorgó un permiso que duplica el original y desde el Gobierno de Argentina lo han interpretado como una nueva violación al Estatuto del Río Uruguay, la quinta vez, y en contravención con la reciente sentencia de la Corte Internacional de Justicia.
Nuevamente se equivocan. El permiso de toma de agua ha sido siempre uno hasta ahora, dado por la Dirección Nacional de Hidrografía del Ministerio de Transporte y Obras Públicas y el Servicio de Hidrografía, Oceanografía y Meteorología de la Armada, permitiendo a Botnia tomar hasta 2 metros cúbicos por segundo.

Tratemos de aproximarnos al por qué desde el Gobierno de Argentina surge la interpretación de una incorrecta actitud de Uruguay. Creo que la clave está en la palabra "hasta como límite superior" de caudal a tomar.
Al considerar este límite máximo de 2 metros cúbicos por segundo se llega al final del año a utilizar, en números redondos, unos 60 millones de metros cúbicos de agua en la producción de pasta de celulosa. Sin embargo nada ha cambiado en el proceso industrial: no van a producir el doble de pasta ni van a utilizar el doble de agua. En realidad la toma de agua está prevista en 1 metro cúbico por segundo, equivalente a una utilización de 30 metros cúbicos de agua por tonelada de pasta de celulosa producida .

En la línea de fibras, desde que entra la madera hasta que sale el producto terminado se van a utilizar 15,5 metros cúbicos, mientras que en los demás procesos industriales subsidiarios a la línea de fibras se usarán 12 metros cúbicos. Hasta aquí el total es de 27,5 metros cúbicos por tonelada de pasta producida. Pero sumemos también otros 2-3 metros cúbicos más a utilizar en la refrigeración de efluentes con lo que, redondeando, llegamos a 30 metros cúbicos (29,5-30,5).
Sin embargo debemos ser precisos, el último volumen que incorporamos a la suma será utilizado exclusivamente en circulación, devueltos al río enseguida.

La cuestión del límite superior de 2 metros cúbicos por segundo es simplemente porque, así como puede haber momentos en los cuales ni siquiera se llegue a medio metro cúbico por segundo de toma, en otros momentos puntuales y extraordinarios se aproxime a esa cantidad. Nada más simple y racional.

Es muy pesado de leer tanto número y explicación. Si lo traducimos a algo más cotidiano es como cuando se contrata determinada potencia en el suministro de energía eléctrica. Muy escasas veces llegará Usted a consumir el máximo de potencia en un momento dado en su hogar.

Pero llegado a este punto y aclarado el tema valga una reiteración: no habrá una duplicación de la producción ni una duplicación de agua a ser tomada y devuelta al Río Uruguay.

Aún cuando quienes sostienen la posición contraria a la instalación de las plantas dicen que el agua se consumirá o poco menos que desaparecerá recordemos que el agua será devuelta al río en casi su totalidad después del correcto tratamiento de los efluentes para adecuarlos a los valores exigidos por las normas de referencia internacional más estrictas.
Lo que no es devuelto al río en forma líquida será integrada al ambiente en forma de vapor que, dicho sea de paso, es lo único que se podrá apreciar visualmente saliendo de la chimenea en días fríos.

Entonces, para tranquilizar al Director de Asuntos Ambientales de la Cancillería Argentina, el Embajador Estrada Oyuela, le aseguramos que no habrá, tal como él afirma, un incremento de nitrógeno y fósforo por sobre los valores actuales (originados mayoritariamente en las descargas de ciudades, de industrias y de la actividad agrícola, como el cultivo de soja en Entre Ríos), ni mucho menos se llenará el río de algas venenosas como consecuencia.
Aún cuando sabemos que Estrada Oyuela es propenso a las afirmaciones estentóreas, si recordamos todas las veces que él mismo ha dicho que la gente se morirá de cáncer o la afectación por los olores que sostiene se tornarán insoportables, le recomendamos que cambie sus asesores o consulte otras fuentes.

Y para tranquilizar también al Canciller Taiana le aseguramos que ninguna, repito, ninguna de las actividades de Botnia tendrá "entidad suficiente para afectar la navegación, el régimen del río y la calidad de sus aguas". Ya que estas expresiones del Canciller Taiana surgen por esta supuesta y muy infundada ampliación de permiso de toma de agua al doble de lo establecido lo que queda es razonar por el absurdo. Aunque Botnia tome 100 veces el volumen de agua no logrará secar al río. De forma escandalosa sostienen que Botnia consumirá 60 millones de metros cúbicos de agua al año. Aún cuando el agua será devuelta al río, como estamos razonando por el absurdo vamos a suponer que Botnia inventó un método por el cual el agua es desintegrada o enviada a otra dimensión. ¿Sería esta la forma por la cual la navegación se verá afectada? Pues ni siquiera con este absurdo de hacer desaparecer el agua los barcos se verán impedidos de navegar. El Río Uruguay tiene un caudal promedio anual de 196 mil millones de metros cúbicos de agua. Si Botnia volatilizara 60 millones de metros cúbicos significaría el 0,03% del volumen total o, en otras palabras, 3 litros cada 10.000 litros. Es como si le sacara menos de medio balde a una piscina de 3 metros de diámetro por 1,5 de profundidad llena con agua. No alcanza ni para cocinar un paquete de pasta

Así que como ni siquiera por el absurdo es posible decir que la navegación se verá afectada, y además ya vimos que no es posible sostener un incremento de nutrientes ni de algas venenosas entonces, de buena fe, le sugiero a Taiana que no lleve adelante su amenaza explícita de llevar este tema a los tribunales internacionales.

Pero no lo digo por Uruguay o por Botnia. Lo digo por él mismo y por el Gobierno Argentino. Lo digo también por todos los científicos, técnicos y especialistas de varias áreas de Argentina que conozco, a quienes mucho aprecio y de quienes mucho aprendo. No quisiera que vuelvan a experimentar la vergüenza ajena de una pérdida del sentido del ridículo ante un tribunal internacional.


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(*) Luis Anastasía es Licenciado en Oceanografía Biológica, Tesis de grado en Oceanografía Física. Más de 10 años de experiencia como consultor en estudios y evaluación de impacto ambiental de proyectos. (Ver ficha completa)



LOS "MIEDOAMBIENTALISTAS".

Historia Repetida: los “miedoambientalistas” vuelven a la carga

Lic. Luis Anastasía (*)

Agradecemos al Lic. Luis Anastasía que tan gentilmente nos envió una seria de artículos de su autoría para aclarar lo oscuro de la posición argentina en materia de "La Guerra de las Papeleras"




La semana pasada estuvo agitada por acciones de las organizaciones no gubernamentales (ONGs) ambientalistas. Una vez más, se repiten argumentos infundados y procedimientos destinados a crear alarma en la población. Veamos cuáles son, cómo funcionan y por qué son falsos.

El lunes, una delegación del grupo Guayubira le manifestó a la Directora Nacional de Medio Ambiente, Alicia Torres, su contundente rechazo a la aprobación ambiental de un proyecto de forestación de la empresa Stora Enso en el centro del país.
El grupo ambientalista intenta, una vez más, imponer sus criterios aún cuando estén basados en falsedades y un desconocimiento flagrante de la realidad. Sus argumentos básicos siguen siendo la carencia de agua y la desertificación, la disminución de la biodiversidad, la disminución del empleo rural, entre otros temas. La culpa de todo, por supuesto, la tiene la forestación.

Sequía y “miedoambiente”

Nada de lo que dicen es cierto, y es evidente que siguen desconociendo la capacidad técnica y la experiencia acumulada de los especialistas que trabajan en el seguimiento y control de la forestación. Me llevó unos dos meses reunir, analizar, comparar y sintetizar la información existente en el país para recabar los datos que apuntan a conclusiones contrarias a lo que ellos sostienen y que los resumí en mi artículo “Los desiertos que vos hacéis”.

Mientras yo apelo a los datos y hechos, a la información y a la experiencia, los grupos “miedoambientalistas”, y especialmente la ONG Guayubira, apelan a los sentimientos, generando miedo (que se ceba en la incertidumbre de la gente) con avisos de catástrofes inminentes.

Para muestra basta un botón. El buque insignia de estos grupos es que en este siglo, o a más tardar en este milenio, se acaba el agua en el planeta y que vendrán las guerras por el dominio y el control de este recurso. Este argumento es absurdo y no resiste el mínimo análisis. El agua ha permanecido prácticamente constante desde que el planeta se formó y seguirá hasta mucho después que eventualmente la humanidad desaparezca, cuando el sol envejezca y cambie, lo que pasará en algunos millones de años. Consideremos algunos ejemplos.

El caudal medio del Río Uruguay, a la altura de Fray Bentos, es de unos 6.000 metros cúbicos por segundo. Esto significa que estamos en condiciones potenciales de darle a cada habitante del planeta unos 86 litros de agua por día. Sin embargo, este río no es de los más caudalosos. Veamos que sucede con el Río Amazonas. Aún tomando el mínimo de caudal que este río lleva al Océano Atlántico (unos 100.000 metros cúbicos por segundo) tiene una capacidad potencial de suministrar 1.440 litros de agua por día para cada habitante existe en el planeta, un volumen sin duda suficiente.

En Uruguay el promedio de lluvias es de unos 1.200 mm, lo que equivale a 1.200 litros de agua por metro cuadrado por año. Aún redondeando en 1.000 mm por año, para hacer la cuenta más fácil, en todo Uruguay se precipita aproximadamente unos 176 billones de litros, de los cuales la mitad al menos escurre por la superficie, con o sin forestación, y termina evacuado en la red hidrográfica. Esta cantidad equivale a unos 86 millones de millones de litros. No estamos ante un escenario de escasez, precisamente.

Tampoco se puede explicar como causa la poca disponibilidad de agua en algunos sectores del país por la presencia de la forestación. No encontré ningún estudio conducido de forma seria que relacionara estos hechos. Por otra parte, el argumento no toma en cuenta que también hay algunos pozos en el país que se secan o tienen poco agua sin que haya un solo árbol en las inmediaciones. Pero la semana pasada vio a los ambientalistas pasar de las palabras a los hechos.

Disparen contra la DINAMA (El Regreso)

El miércoles nos enteramos que se había cortado el tránsito en la Ruta 21. Esta manifestación pública se realizó ejerciendo el derecho de expresión pero que sin duda cercena el derecho a la libre circulación. Este corte de ruta fue resuelto por un grupo de vecinos y de ONGs (entre ellos nuevamente Guayubira) para oponerse a la instalación de la empresa ISUSA cerca de Agraciada, en el departamento de Soriano. Si hacemos un rápido repaso de los fundamentos que se expusieron a través de las declaraciones a la prensa, vemos que son los mismos repetidos.

Uno es que la DINAMA no tiene técnicos, y que a éstos “los contrata la propia empresa que se instala para evaluar el impacto ambiental”, lo que según un productor de la zona, vuelve “medio ridículo todo eso". Esta afirmación no hace más que reiterar lo que clama el grupo Guayubira y otras ONGs ambientalistas, pero sólo demuestra que desconoce la normativa del país y de la mayoría de los países del mundo. Es cierto que las empresas que van a ejecutar un proyecto incluido en el listado de la normativa ambiental, deben realizar el estudio de impacto ambiental y presentarlo a la DINAMA. La ley admite que las empresas realicen ese estudio con su personal especializado o con personal externo contratado. El proceso del trabajo, que se basa en protocolos y manuales aceptados a nivel internacional, consiste básicamente en estudiar y reconocer el ambiente receptor de un proyecto y luego, en un análisis prospectivo, identificar aquellos impactos relevantes generados por la ejecución, operación y abandono del proyecto. Una vez realizado este paso, se diseñan las medidas y procedimientos apropiados para minimizar los impactos, ajustándolos a una situación en que los impactos estén por debajo de lo exigido por la normativa. Para lograr ésto se diseñan procedimientos a ser contemplados durante la ejecución y la operación de la obra, en lo que denomina Plan de Gestión Ambiental, cosa que el proyecto debe cumplir ya que se toma en cuenta en las condicionantes en las que la DINAMA, eventualmente, otorga la autorización ambiental previa.

Ahora bien, este estudio es analizado y evaluado por los técnicos especializados de la DINAMA y puede ser rechazado o solicitarse ampliación de información hasta cubrir todos los aspectos que se consideren relevantes. Si este estudio está mal hecho o con información insuficiente y la DINAMA lo rechaza, como ha sucedido, el responsable del estudio corre el riesgo de perder su trabajo. Si es hecho por profesionales externos, contratados con ese objetivo, su principal cometido es realizar correctamente el trabajo ya que el profesional es responsable por el estudio. Si falla o no realiza una adecuada gestión en la obtención de la autorización correspondiente, está arriesgando su prestigio y sus futuros contratos, en un mercado que en Uruguay se ha vuelto muy competitivo.

En síntesis, la DINAMA no carece de técnicos capacitados ni los profesionales que realizan los estudios son unos mercenarios, aún cuando las ONGs ambientalistas y las personas en general tienen esa opinión. Esto se repite sistemáticamente desde hace tiempo, con mayor énfasis en los procesos referidos a las autorizaciones de las plantas de celulosa.

La miel y los “miedoambientalistas” .

Otro de los argumentos planteados y reiterados es el de los efectos sobre la producción de la miel. En este caso lo que se plantea es que no podrán vender miel de producciones situadas dentro de un radio de 5 kilómetros donde haya industrias instaladas. Relacionados con las industrias celulósicas comenzaron manejando unos 50 km de radio y ahora son 100 km donde no se podrá vender ninguna producción. Varias personas hemos investigado tratando de encontrar la normativa específica a este tema. Nunca hemos encontrado nada, a excepción de la información que existe en las propias páginas web de los sitios de organizaciones ambientalistas. Lo más cercano que estuvimos es que alguien maneja una hermética información que sostiene que dentro de 6 años esa normativa se pondrá en vigencia en la Unión Europea pero por más que intenté profundizar esa información no obtuve ningún resultado. Hace unos meses se contactó conmigo alguien de la Provincia de Entre Ríos preocupado porque le habían dicho que CONAPROLE no iba a adquirir ningún producto lácteo ni miel en 100 km a la redonda de las plantas. Busqué el número de teléfono y me contacté con una secretaria del Directorio. Lo que recibí como respuesta fue unos cuantos segundos de silencio y luego el asombro ante mi pregunta: CONAPROLE nunca se había planteado eso.

Pero además, como siempre, no explican por qué se va a ver afectada la producción de miel de los 56 apicultores poseedores de 2.400 colmenas en un radio de 5 km de la posible futura planta de ISUSA. No lo explican por una sencilla razón y es que no lo pueden hacer. No hay un solo efecto del funcionamiento de esta industria que altere o inhiba la producción de miel.

ISUSA: una empresa modelo en la mira “miedoambiental” .

Es cierto que el predio donde se plantea construir la planta tiene un índice CONEAT elevado para el promedio del país, pero no quiere decir que el funcionamiento de la planta altere o afecte mínimamente, ya sea de manera inmediata o por efecto acumulado, los suelos del entorno. Basta con hacer una sencilla investigación para encontrarse con una información relevante. La empresa ISUSA lleva funcionando más de medio siglo y es la única en el país que fabrica fertilizantes. Miles de toneladas de insumos han sido utilizados por el agro. La investigación constante de esta empresa en la producción y empleo eficiente de fertilizantes ha sido un punto de apoyo en el explosivo crecimiento de los productos del agro. ISUSA no sólo actúa dentro de la normativa ambiental vigente en el país, sino que además cuenta con profesionales especializados en salud ocupacional y en temas ambientales, que llevan adelante el programa de responsabilidad ambiental de la empresa. Además, está adherida al Programa de Cuidado Responsable, de aplicación internacional en la industria química y antecesora de la norma ISO 14.000. ISUSA fue una de las primeras empresas en certificarse por las norma ISO 9002/200 por UNIT, que incluye en su protocolo capítulos inherentes al correcto comportamiento ambiental y que están relacionados con el control de calidad de la empresa. Además está en proceso de certificación ISO 18.000, una moderna norma que abarca la calidad, salud ocupacional y medio ambiente.
Como si fuera poco, tiene contratado un auditor externo que realiza informes mensuales a partir del monitoreo aleatorio de sus emisiones y la situación del entorno.

La planta de producción de fertilizantes que se plantea instalar, uno de cuyos subproductos es el ácido sulfúrico, utiliza tecnología del 2006, que incorpora todos los cuidados inherentes a un sistema sin efluentes líquidos o “efluente 0”. En realidad debemos precisar que el único efluente líquido, para el cual se va a desarrollar el adecuado tratamiento, es el producido por los efluentes líquidos de baños y vestuarios, contenidos y aislados del suelo. Las emisiones gaseosas están sometidas a un sistema que asegura que no producirá ningún efecto en el entorno, ni mucho menos lluvia ácida.
Otro de los argumentos que se maneja es que el proceso industrial utiliza vanadio (más precisamente pentóxido de vanadio o anhídrido vanádico), considerado peligroso. Sin embargo este compuesto, que se emplea como catalizador, es almacenado en recipientes adecuados y posteriormente vendido, ya que tiene valor de mercado.

Contra los “miedoambientalistas”, el pensamiento crítico
Hace dos meses se realizó una reunión informativa ante la comunidad para explicar las características del proyecto. Sin embargo, lo que tuvo mayor relevancia en la prensa fue esta manifestación en la que los que opositores al emprendimiento pretendieron alertar a la población, anticipándose así a otra reunión informativa que iba a realizar ISUSA junto a la Intendencia de Soriano y la DINAMA. Sin embargo, la mayoría de los habitantes de la zona está a favor de la instalación, aunque de esta información se publicó sólo dos o tres renglones.

Una forma de intentar el dominio sobre las personas es infundiendo miedo. Históricamente, la estrategia de comunicación de los radicales ambientalistas apeló a la manipulación de los datos con el objetivo de sembrar el pánico con pronósticos catastrofistas que jamás se cumplen. Muchas veces esta manipulación sistemática fue ejecutada con prepotencia. Pero si dejamos que el miedo se imponga perderemos nuestra capacidad de pensar, de preguntarnos por qué, de reclamar y construir respuestas lógicas y debidamente fundamentadas. El pensamiento crítico es lo que nos permite sobreponernos a nuestras dudas y temores, y lo que nos libera de la manipulación de los “miedoambientalistas”. Así podremos evitar que la historia vuelva a repetirse.


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(*) Luis Anastasía es Licenciado en Oceanografía Biológica, Tesis de grado en Oceanografía Física. Más de 10 años de experiencia como consultor en estudios y evaluación de impacto ambiental de proyectos. (Ver ficha completa)



¿ ARGENTINA vs. URUGUAY ?

Gualeguaychú vs. Fray Bentos:
¿Argentina Vs. Uruguay?

Escribe: Ernesto Martínez Battaglino

En el actual momento, no creo que pueda haber algo más importante y de mayor trascendencia para el Uruguay que el conflicto que se ha orquestado alrededor de la construcción –originalmente- de las fábricas de pasta de celulosa de la firma finlandesa Botnia y de la española Ence, ambas en construcción a las afueras de la ciudad de Fray Bentos, departamento de Río Negro, República Oriental del Uruguay.


Desde el año 2002, en plena crisis bancaria y monetaria que sufría el país por arrastre de la devaluación y de la corrida bancaria que en el momento estaba pasando la Argentina, dentro de una gran debacle política que había convulsionado a ahorristas y ni que decir que a inversionistas locales y extranjeros, en Uruguay, dentro de ese desorden en que también se vio inmerso, se prendía una luz de esperanza ante la venida de esas dos empresas de prestigio internacional y líderes en su especialidad, tanto en forestación como en comercialización e industrialización de la madera, pero, fundamentalmente, como fabricantes de pasta de celulosa, materia prima y paso previo a la fabricación de cartones y papeles.

En el peor momento llegaba la mejor inversión extranjera de la historia del Uruguay. Piensen que para un pequeño país como el nuestro, con apenas tres millones trescientos mil habitantes, una inyección de más de dos mil millones de dólares, trabajo para varios miles de personas con buenos salarios y perspectivas de futuro jamás soñadas, fueron como un regalo para aquella alicaída y pueblerina Fray Bentos, que como por una inyección de vitalidad ha venido sufriendo los cambios más notorios y rápidos de todo el país.

Pasó de ser una ciudad sin perspectivas, sin fuentes de empleo, con emigración permanente donde un día sí y otro también iban apareciendo locales comerciales cerrados, casas deshabitadas y con carteles de “Vendo o Alquilo”, sabiéndose que tanto una como otra cosa cada vez se trocaba en un imposible.

Pero como tocada por una varita mágica, aquella alicaída ciudad se fue desperezando y resurgiendo. Empezaron a instalarse prestigiosas firmas comerciales de Montevideo, se fueron creando grandes Supermercados, todos aquellos locales sin actividad empezaron a tomar vida con rubros hasta desconocidos para el medio, mientras las casa-habitación se fueron restaurando, reciclando y vendiendo o alquilando a precios en continua alza.

Ya en plena construcción las infraestructuras de Botnia y Ence, fueron dando entrada a cientos y luego a miles de obreros y de técnicos, nacionales y extranjeros, donde rápidamente se llegó a alrededor de los diez mil, que con sus familias la mayoría de ellos, le fueron cambiando la cara a la tranquila Fray Bentos.
Claro que esto llevó a que las empresas y principalmente la firma Botnia, se avocara a la construcción de un barrio denominado con su nombre, con excelentes fincas al estilo americano o europeo. Escuelas públicas y Colegios privados se fueron agrandando y embelleciendo, al compás y a la espera de más y mejores tiempos aún. Pretender encontrar una cama en los hoteles de la ciudad, se fue convirtiendo en algo casi imposible. Se fueron ocupando casas y hospedajes del balneario Las Cañas, a 7 u 8 kilómetros del centro de la ciudad, aprovechando la bonita infraestructura casi solo usada para veraneo.

Las perspectivas no podían ser mejores, por lo que no podía sernos tan fácil encontrar un camino de despegue económico.

La guerra emprendida primero desde Gualeguaychú por seudos ambientalistas defensores (dicen) del medio ambiente, preocupados por la salud, el bienestar de sus habitantes y por la preservación de su turismo que veían amenazado, empezaron a ejercer una presión casi enfermiza y sin razones, dado que tanto autoridades uruguayas como de las propias Botnia y Ence, no escatimaron en suministrar datos y asegurar controles para que se tuvieran todas las seguridades de que se iban a estructurar utilizando la última técnica en cuanto al tratamiento de la materia prima, sin provocar polución dañina, ni restarle potabilidad al agua del Río Uruguay, ni limpidez a la atmósfera.

Aparentando no creerlo, cada vez más se movilizan exigiendo a las autoridades provinciales primero y nacionales después a que intercedieran para que las pasteras no se construyeran en Fray Bentos, sin tener en cuenta no solo lo afirmado hasta el cansancio por Uruguay y por las empresas, y que ellos negaban como ciertos, sino que hasta le restaron credibilidad a dictámenes de reconocidos técnicos extranjeros pedidos incluso por ellos mismos, al concluir, ellos también, que las pasteras no iban a contaminar.

Así fue creciendo la presión, se cortaron los puentes de comunicación internacional en forma unilateral sin que las autoridades movieran un pelo para evitarlo, sino que, incluso, se alentaban desde las propias autoridades. Tan es así, que hasta llevó a que la empresa española Ence desistiera de continuar con la instalación de su fábrica en el predio previsto (a poca distancia de la de Botnia) aduciendo que no hubiera sido el lugar adecuado cuando ambas estuvieran en plena producción, dado que el tránsito de camiones y de ferrocarriles iba a ser tan intenso que dificultarían el buen funcionamiento y manejo de la mercadería, dado que la red carretera no estaba prevista para el movimiento que dos empresas de esa envergadura provocarían. Si bien esto tiene cierta lógica, bien es sabido que las razones fueron otras, donde la presión argentina no estuvo lejos de ello. Por suerte y aparentemente, Ence igualmente mantendría su interés de establecerse con una fábrica de pasta de celulosa en Uruguay, pero en otro lugar, al cual aún no ha determinado. ¿Será así?
La actitud argentina se ha tornado tan ladina, que hasta asombra el desparpajo con que se presentó el presidente Kirchner en la Reunión de Presidentes Iberoamericanos realizado días atrás en la ciudad de Montevideo, que luego de una retrasada y hasta último momento incierta participación, se presentó solo para la cena de recepción y en la mañana siguiente para la sesión del plenario, para desde allí, rápidamente volverse a Buenos Aires sin hablar con autoridades uruguayas.
Lo que chocó, y a mi gusto disgustó, fue la especial deferencia con que nuestro Presidente Tabaré Vázquez, en la apertura de su discurso, se dirigiera hacia el “amigo” Presidente Argentino, cosa que llevó a que Kirchner, cuando le tocó su turno, no tuviera más remedio que dirigirse “al querido amigo Tabaré, Presidente de la República Oriental del Uruguay”, pretendiendo con eso, dejar olvidado toda las presiones a nivel internacional que venía haciendo para que Uruguay no se viera beneficiado con emprendimientos industriales que le iba la vida, al punto que, al otro día de la reunión con tantos “elogios” y “queridos”, el propio Presidente Kirchner y de su puño y letra, le enviaba una carta al Presidente del Banco Mundial, para que le fuera negado el préstamo que estaba gestionando en ese organismo internacional la empresa Botnia.

Inaudito el comportamiento de Kirchner, e inaudito la no presencia del Presidente Lula de Brasil, Presidente “pro témpore” del MERCOSUR, aduciendo “cansancio”, pero más por sacarle el cuerpo al compromiso que se le enfrentara el propio Presidente anfitrión, Tabaré Vázquez, pidiéndole su intervención o sus buenos oficios para que fuera tratado en la próxima reunión del MERCOSUR el problema de Uruguay con la Argentina, que cada vez toma características más difíciles y de escabrosa solución.

Se tiene que reconocer que la pastera de Botnia no puede ser objeto de negociación alguna por parte de Uruguay, hasta por un problema de soberanía y de orgullo nacional, pero, para Argentina, ya no le alcanzan ni lo expresado por técnicos internacionales independientes, ni por los técnicos que asesoran al Banco Mundial solicitado su pronunciamiento por parte de Argentina, ni tampoco le alcanza lo resuelto por la Corte Internacional de la Haya, también pedido su pronunciamiento por parte de Argentina, ni tampoco le sirvió lo resuelto por el Tribunal de Controversias del MERCOSUR, donde todos ellos fallaron a favor de Uruguay y aseguraron que la puesta en funcionamiento de las fábricas de celulosa no serían contaminantes y que se ajustarían a la última palabra técnica conocida y admitida internacionalmente. Y eso era considerando que estuvieran funcionando Botnia y Ence juntas, cosa que hoy tampoco será así, razón más para reconsiderar que si juntas no contaminaban, con una menos, lo hará menos aún.
Pero no, para Argentina, lo único que hoy admite es que Botnia tampoco se construya donde está y que se vaya de Fray Bentos y de la cuenca del Río Uruguay. Y si es posible, que se vaya también del Uruguay.

¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Es solo “miedo” a una contaminación asegurada técnicamente que no ocurrirá o serán celos porque esas empresas prefirieron instalarse en Uruguay y no en Argentina?
¿No habrán intereses “non sanctos” tras todo esto?

¡Y todavía hay quienes tienen esperanzas que el MERCOSUR sea una ayuda para el despegue económico del Uruguay!

en INFORME URUGUAY.

LA PAPELERA FINLANDESA ES YA UNA REALIDAD.

my pet!





La papelera finlandesa es ya una realidad.

por Sócrates. (ARGENTINA).

Pese a las presiones que nacen en Gualeguaychú, las obras de Botnia avanzan raudamente: la obra civil ya está casi terminada y ha comenzado la construcción de la planta electromecánica.


Mientras los ruidosos ambientalistas vernáculos –habiendo vuelto a perder el marco del respeto a la ley, cometiendo obvios delitos– siguen presionando a las autoridades orientales y a la propia empresa, lo que provoca que se ganen la antipatía de muchos, las obras de la empresa Botnia siguen su curso, con la reconocida eficiencia que caracteriza al andar de las compañías finlandesas.

La obra civil de la planta, que se denomina “Orion”, ya está en un 95% de ejecución. Las decenas de estancieros y explotadores de balnearios y lugares de diversión sobre el río, que pretenden que su panorama visual no cambie, están comenzando a resignarse a lo que sucede.
La fábrica es una realidad, aunque aún no opere. La planta electromecánica ha comenzado su construcción. Hasta el momento, se han consumido en ella unos 110.000 metros cúbicos de hormigón. Hoy, trabajan en la construcción unos 2.900 obreros y para fines de noviembre se espera que lo hagan unos 4.500, ya que éste es el mes pico de ocupación (trabajo) generado por la obra. Hay entre ellos más de mil operarios calificados, que residen en un barrio con 79 viviendas construidas y en 140 casas adicionales en convenio con las autoridades municipales, así como unos 120 grandes contenedores que han sido especialmente adaptados para proveer espacio precario para viviendas provisorias.

En este momento, el nivel de actividad es grande. Hay unas veintiséis empresas subcontratistas procedentes de Brasil, Austria, Finlandia, la República Checa y, naturalmente, del propio Uruguay.
Ninguna empresa de la Argentina, lo que debe entenderse como una de las consecuencias obvias del conflicto que “nos supimos conseguir” con la invalorada ayuda de Néstor Kirchner, quien –concurriendo al rescate de su aliado incondicional, el gobernador Busti– nacionalizó, de pronto y ante la sorpresa de todos, el problema.

Botnia ya ha instalado en la zona una notable estación meteorológica, que realiza mediciones diarias de humedad, temperatura y vientos y obtiene datos y muestras. Cuenta, incluso, con un dirigible para realizar estudios térmicos en la zona.
Todo un dato para los que creen que las cosas allí se toman, como aquí, a “la ligera”.
Algo similar está realizando la Dirección Nacional de Medio Ambiente del Uruguay, en paralelo con las labores de la empresa. También están involucradas la Intendencia de Río Negro, la Junta Departamental, la sociedad civil y otras empresas. Muchos, entonces.

La Argentina se ha negado, pese a haber sido expresamente invitada, a participar conjuntamente en estas tareas de monitoreo. Porque, alegó, ello sería consentir el proyecto que se alza en el país al que –en esta administración– no todos parecen considerar hermano.

La fábrica, a juzgar por las noticias que difunden los medios, estará operativa para el último trimestre del año que viene.
Pero, en el verano, muchachos, ya la costa será diferente. En ella, la vista –para quienes están acostumbrados a matear frente al río– será definitivamente otra. Menos pacífica y somnífera, ciertamente. Mucho más dinámica y laboriosa, al menos en el soberano país vecino. Distinta, en todo caso.
Cuando la planta se ponga en marcha, más allá de los dichos de Busti, del lado uruguayo habrá unos 300 puestos de trabajo permanentes y un vigoroso efecto multiplicador de una modernísima inversión en un sector que cambiará definitivamente el perfil industrial y exportador del Uruguay. Así está previsto.

La Argentina sigue tratando, por todos los medios, de torpedear el proyecto e impedir que sea una realidad.
Por esto, nuestro canciller, tratando políticamente de congraciarse con todos, afirma que “las plantas no serán una realidad”. Veremos si esto termina siendo así y a qué costo, eventualmente.
Particularmente si nuestro país pierde en su intento, lo que, más allá del idealismo, no deja de ser una de las posibilidades.

El embajador oriental Héctor Gross Espiel, uno de los artífices del triunfo uruguayo en La Haya en las etapas preliminares, ha lanzado un desafío: el de acordar un plan ambiental regional para toda la cuenca, que incluiría a la zona de Buenos Aires, donde el daño ambiental que los argentinos hemos generado con impacto en ambas márgenes del Río de la Plata es ya gigantesco, e irreversible.
Para pensar, por aquello que los abogados llaman “los actos propios” que, para los argentinos que buscamos “la paja en el ojo ajeno”, no luce nada bien.

A que no aceptamos la invitación?

Fuente; ©
www.economiaparatodos.com.ar








miércoles, noviembre 22, 2006

LA FURIA DEL PRESIDENTE KIRCHNER, ATACANDO INCLUSO A TABARÉ VAZQUEZ.

ESTE ARTICULO DE "LA NACIÓN" DESATÓ HOY LA FURIA DEL PRESIDENTE KIRCHNER en la Casa Rosada, donde pronunció un explosivo, dinamitero discurso, atacando incluso a Tabaré Vazquez :


Miércoles 22 de noviembre de 2006

Joaquín Morales Solá
El análisis de la noticia


Kirchner no acertó con ninguna estrategia.



¿Quién le aconsejó al Presidente que debía firmar una dura carta al Banco Mundial contra el crédito a la empresa Botnia?

Sea quien fuere -y ciertamente no se sabe quién fue-, debería estar hoy fuera del Gobierno. No se puede someter a un presidente a semejante desaire, como tampoco se puede seguir colocando al país en el centro de estrategias perdidosas.

Hay que decir las cosas tal como son: es imposible imaginar una solución posible para la controversia con Uruguay mientras la política exterior se resuelva con los ojos puestos en las intransigencias de Gualeguaychú.

Kirchner detesta la sola idea de que lo llamen "traidor" en la ribera entrerriana y nadie ha hecho un trabajo serio para separar el fanatismo ideológico, de la mayoría social, seguramente sensata, de Gualeguaychú.

La Argentina ya ha perdido de manera aplastante en el tribunal de La Haya y en el Banco Mundial; también recibió una advertencia del tribunal arbitral del Mercosur. En La Haya y en Washington, donde está la sede del Banco Mundial, sólo el voto de la Argentina encontró razonable la posición de la Argentina. El resto del mundo, incluidos los países europeos y los Estados Unidos, votó contra la posición del gobierno nacional. ¿Acaso todo el mundo está equivocado y sólo a la Argentina la ha sorprendido la razón?

Para peor, la silla que la Argentina ocupa en el directorio del Banco Mundial no es exclusivamente suya; tiene, además, la representación de varios países, entre ellos la del propio Uruguay. La abstención era una cuestión de buenos modos, sobre todo cuando ya estaba todo perdido. El representante argentino en el directorio, que también representa a Uruguay, recibió órdenes de votar contra Uruguay. Así están las cosas.

Las primeras voces argentinas que se escucharon ayer fueron de duras críticas al Banco Mundial. El Banco no era tan malo cuando viajó a Washington, hace quince días, la secretaria de Medio Ambiente, Romina Piccolotti, ni cuando el Presidente le envió la carta firmada de su puño y letra. En aquellas declaraciones fue fácil advertir un viejo e inútil divertimento nacional: la Argentina nunca comete errores y, por el contrario, siempre es víctima de una conspiración mundial. Ese recurrente consuelo nacional no permitió nunca explorar con Uruguay la posibilidad de clima propicio para el diálogo, salvo la gestión que hizo el Presidente ante el rey Juan Carlos, que a estas alturas se parece más a un traslado de responsabilidades al monarca que a una búsqueda desesperada de soluciones. No sería raro: el Gobierno necesita que alguien le diga a Gualeguaychú que tendrá que ceder y que nadie puede darse todos los gustos en vida.

El propio gobierno uruguayo descubrió la contradicción de la administración argentina en el acto.

Desde ese momento, Tabaré Vázquez ordenó a su gobierno bajar todas las expectativas sobre la gestión del monarca. La decisión del mandatario uruguayo llegó a tal extremo que él no recibió al enviado del monarca, el embajador español en las Naciones Unidas. El acto fue grave, porque Tabaré Vázquez es un hombre cordial que suele dedicarle un lugar en su cargada agenda a cualquier extranjero de cierta importancia que pasa por Montevideo. El presidente uruguayo no volverá a negociar bajo presión de los asambleístas o del propio gobierno argentino haciendo gestiones en el exterior.


* * * En Madrid también hay temor. La figura del rey es la única institución intocable de la democracia española, que ciertamente logró sortear enormes riesgos, algunos viejos y otros más recientes. A ningún político español, sea opositor u oficialista, le gustaría madrugar con titulares en la prensa que informaran de un fracaso del rey en el Río de la Plata. Es probable que nadie pueda escribir nunca esos titulares. El rey dará por finalizada su gestión no bien entrevea que la vocación de diálogo está ausente entre los contendientes del sur americano.

La carta que el rey le envió a Kirchner, y que hace pocos días le entregó su enviado, fue elocuente: la oportunidad de aproximarse debe ser aprovechada con sinceridad en las posiciones, dice la misiva real, aunque con otras palabras.

La estrategia de hacer colapsar los créditos a las papeleras en el Banco Mundial llevaba una dosis no menor de agresividad contra Uruguay. El gobierno argentino no contó ni siquiera con buena información. Hace unos quince días, justo cuando viajó Piccolotti a Washington, altos funcionarios del gobierno aseguraban que el Banco Mundial se aprestaba a rechazar los créditos o a postergar su resolución hasta una fecha imprecisa. Ayer, dos docenas de votos favorables a los créditos, en el directorio del Banco, abrumaron a la Argentina y a sus funcionarios.

Salvo que el Gobierno se encierre en el círculo de la verdad absoluta, ya es hora de que acepte que no acertó con ninguna estrategia frente al conflicto por las papeleras.

Su obstinación fue tan grande que dejó pasar la oportunidad de aprovechar, con miras a un acuerdo, la decisión de la española ENCE de relocalizar su planta fuera de Fray Bentos.

La sociedad de Gualeguaychú necesita que un acuerdo entre los dos gobiernos la tranquilice entre tanto tremendismo y que le garantice que no verá perjudicados la calidad de su vida ni su ecología ni los buenos estándares del medio ambiente.

Habría vocación de Uruguay y de la española ENCE, incluso, de incorporar a Gualeguaychú en los beneficios de un acuerdo. El rey Juan Carlos podría aportar una gestión al gobierno de Finlandia, que tiene ahora la presidencia semestral de la Unión Europea, para flexibilizar a Botnia. Todavía es posible una solución acordada.

La única pregunta que nadie responde es si el gobierno argentino se hará cargo del pequeño porcentaje de fanatismo que seguramente quedará siempre en Gualeguaychú. Hasta ahora no ha hecho nada con nadie. No lo ha hecho el Gobierno ni tampoco la Justicia, que vio, sin inmutarse, cómo se violaban todas las leyes frente a sus propias narices. Todo problema que no se resuelve tiende a agravarse. Ya se oyen voces en el litoral entrerriano que exhortan a acciones directas en el otro lado del río. Ya hubo, también, automovilistas ofuscados del lado argentino por los cortes de los puentes. Las palabras y los actos están esbozando los trazos de una violencia que no podría descartarse.

Por Joaquín Morales Solá Para LA NACION

HOY, TANTA FURIA DEL PRESIDENTE KIRCHNER, NO OBEDECERÁ A QUE LAS VERDADES IRREFUTABLES QUE SURGEN DE ESTAS LÍNEAS, LE HAN DEJADO TOTALMENTE DESNUDO ANTE LA OPINIÓN PÚBLICA MÁS SENSATA ?

AL VICEGOBERNADOR DE LA PROVINCIA DE ENTRE RIOS, Sr. PEDRO GUILLERMO GUASTAVINO.

Dijo el Vice Gobernador Guastavino:

“la de Gualeguaychú es una comunidad que se siente absolutamente fastidiada, agredida, ofendida por los funcionarios del Gobierno uruguayo que permanentemente están haciendo declaraciones y que lo único que hacen es justamente generar este fastidio como por la sensación que se tiene de que efectivamente el Banco Mundial terminará otorgándole el crédito a la empresa Botnia; y por el recibimiento que ha tenido el emisario del rey en el Uruguay cuando fue recibido y atendido por un funcionario de tercera línea”.
De igual manera, hizo alusión a los comentarios de funcionarios uruguayos en relación a que el tema de la posibilidad de la relocalizacion de la planta de Botnia es innegociable: “son todos elementos que llevan a que la comunidad de Gualeguaychú con total naturaleza y lógica genere este tipo de acciones como fue la gran movilización de ayer, donde hay que tener en cuenta que hay que recorrer 30 kilómetros, donde la única forma de llegar al puente es con movilidad y la gente fue espontáneamente ante la convocatoria de la Asamblea ambiental."

De las palabras del Vicegobernador se desprende que no ha logrado comprender que la República Oriental del Uruguay , no es una provincia argentina ni ningún territorio dependiente :
Uruguay es un Estado Independiente, dirigido por la voluntad de sus ciudadanos.
¡ Y atención que nuestro gobierno nacional, en esta situación, tiene el respaldo unánime de todos los partidos políticos del país, como resultado del total apoyo del PUEBLO URUGUAYO a la posición y actitudes de sus gobernantes.

Guastavino: ¡Claro que el Banco Mundial hoy aprobó el respaldo internacional a las fábricas de celulosa que se van a instalar en el Uruguay!

No le quepa duda que al emisario del Rey de España se le recibió con total dignidad, con buena voluntad, por funcionarios de igual y superior jerarquía que el enviado, no cayendo en la cursilería-lambetería-adulación propios de gobiernos débiles y pusilánimes.

¡Claro que le reubicación de la planta de Botnia es absolutamente innegociable!

Sr. Guastavino: ¿a Usted le cabe alguna duda?

Personas como Usted, el Gobernador Busti, personajes del gobierno nacional argentino y la prensa defensora de intereses, HAN ENVENENADO AL NOBLE PUEBLO ENTRERRIANO (¡ ¡ ¡ Le han dicho a los niños de las escuelas, que van a morir de cancer y que no van a poder tener hijos ! ! !)
¡Están azuzando al pueblo argentino contra el uruguayo, que apoya masivamente y decididamente a su gobierno nacional! ¡Están defendiendo intereses porteños! (del puerto de Bs. Aires) ¡intereses de las papeleras argentinas!

Todos comprendimos y participamos de las inquietudes del pueblo entrerriano contra la Contaminación Ambiental ; nos pareció lógico que no aceptaran los estudios de impacto ambiental realizados en Uruguay, aunque Argentina se negara a participar en ellos.
Aceptamos que se pidieran que esos estudios se realizaran por organismos y consultorías internacionales:
un año despues, CON TRES INFORMES O ESTUDIOS CIENTÍFICOS DE IMPACTO AMBIENTAL INTERNACIONALES, CON TECNICOS ESPECIALISTAS AL MÁS ALTO NIVEL, QUE PRESENTAN CONCLUSIONES ABSOLUTAMENTE CONTUNDENTES, coincidentes con los estudios anteriores ya realizados en Uruguay, DE QUE NO HABRÁ CONTAMINACIÓN NI EN EL RÍO, NI EN GUALEGUAYCHÚ NI EN FRAY BENTOS ,

¿a donde quieren llegar algunos argentinos?

Desde los tiempos de Sarratea, la Historia nos ha enseñado que hay malos argentinos que son anti uruguayos.

SR. GUASTAVINO: NO VA A HABER CONTAMINACIÓN DEL RIO DE LOS PAJAROS PINTADOS, COMO NO LA HUBO EN EL RIO PARANÁ CON LA CONSTRUCCIÓN DE LA REPRESA DE ITAIPÚ.

( "En la década de los 70, atravesamos un conflicto sumamente parecido, que no terminó de solucionarse sino más de una década y media después. En efecto, en aquella época, Brasil, acompañado por Paraguay, anunció que construiría Itaipú, por aquél entonces la represa hidroeléctrica más grande del mundo, solo comparable a la de Asuán en Egipto. Ella sola iba a producir más energía eléctrica que toda la Argentina en su conjunto. Reaccionamos exactamente igual que ahora con las pasteras uruguayas: Argentina se enemistó durante años con Brasilia, cortamos puentes y rutas de acceso, impedimos el comercio de terceros países con Brasil, etc."
"Uno de los adalides de esa cruzada, el almirante Isaac Francisco Rojas, sostenía que las consecuencias medioambientales para Argentina iban a abarcar hasta los arrabales de Rosario, con daños catastróficos." )