sábado, agosto 21, 2010

ACUERDO: LAS DESVENTAJAS DE URUGUAY.






RelojesWeb para Pisos!





Acuerdo:
las desventajas de Uruguay


por Jorge Azar-Gómez

Hace unos días, los presidentes de Uruguay y Argentina firmaron un compendio de resoluciones (no un acuerdo), mediante las cuales intentan gestionar el fin del conflicto entre las dos naciones.

Leyendo a primera vista lo firmado, da la impresión de que estas resoluciones sólo tratan de ser efectistas y no efectivas, y demostrar que algo se ha hecho en este tiempo y para cumplir con los plazos acordados en Anchorena.

Es que al leerlo, viene a la memoria los papeles firmados por los Dres. Fernández (de Uruguay y Argentina) hace unos años en Anchorena y que quedaron flotando en la mitad del Río de la Plata, es como ver la misma película nuevamente y ver a Kirchner y Vázquez anunciando, abrazados, un acuerdo para solucionar el conflicto.

Releo las resoluciones firmadas , y me da la impresión que fue un documento elaborado a “las apuradas”, lavado, con futuro incierto y posiblemente conflictivo y sin tener en cuenta que con los Kirchner y con Timerman, no se puede dejar nada prendido “con alfileres”, todo debe ser concreto , bien definido, escrito y firmado , ellos no conocen el valor de la palabra empeñada.

Ocurre que hay varios puntos a cumplirse en el futuro, que demuestran que su elaboración fue improvisada e irresponsable. A tal punto que en el literal C de las resoluciones tomadas, se expresa que: “El monitoreo del Comité Científico de la CARU comenzará con la planta de Botnia UPM y la desembocadura del Río Gualeguaychú, en el Río Uruguay, seguirá en Argentina con un establecimiento o lugar a elección de la parte uruguaya. A partir de entonces continuará alternativamente en uno u otro país”.

Es decir que, Uruguay se presentó a la reunión sin haber hecho un estudio serio de la zona a monitorear y especificar concretamente con que establecimiento argentino se continuará el monitoreo. Por otro lado si bien en el numeral 3 del literal B se menciona el número máximo que se podrá ingresar en cada establecimiento, no se especifica si el monitoreo es interno y con limitaciones , o si será no irrestricto o externo , a juzgar por lo prometido en el día miércoles 4 de agosto por Timerman a los piqueteros subversivos, la intención del colegiado argentino es entrar a UPM con todos los poderes , Timerman hasta se da superpoderes para venir y cerrar la planta de UPM si ÉL considera que contamina ( ya lo advertí .... CUIDADO CON TIMERMAN).

Además no es equitativo a los efectos posteriores monitorear un rio que una planta, pues, supongamos que UPM contamina (cosa que no es real) y que el río también, por lógica deducción suponemos que los argentinos exigirán el inmediato cierre de UPM y Uruguay ¿que exige?....tapar el río con tierra?




Y si UPM no contamina y el río sí, cosa que ya se sabe, que puede exigir Uruguay en este caso?.

El alcance del término "alternativamente", en una interpretación simple, pues luego de las inspecciones a UPM y la contrainspecciòn anunciada a la desembocadura del Gualeguaychú, bastaría con que Argentina manifestara que no le interesa controlar más nada en Uruguay para que Uruguay deje de tener derecho a controlar las demás industrias contaminantes del lado argentino.

No se ha especificado quien laudará en caso de surgir diferencia entre los científicos y/o con la CARU.

A tal punto flotó la informalidad en la redacción de estas resoluciones, que en las mismas se refieren a la planta como Botnia.

Analizando el literal A, de las resoluciones firmadas, se presenta como muy vago lo referente a la conformación del “Comité Científico”, pues no se especifica si los científicos deben contar o no con el aval de los dos gobiernos.

Estas resoluciones “huelen a viejo”, a algo mal cocinado o recalentado, y eso que aún no han gritado los piqueteros sediciosos.

Da la impresión que , como dijera Mujica, este “no es un acuerdo histórico...es de historieta”, dentro de 30 días, o antes, leeremos el final de la historieta.


por Jorge Azar-Gómez

lunes, agosto 02, 2010

QUÍMICO DR. ÓSCAR VENTURA: "Ambos países hemos ganado con el acuerdo" PARA MONITOREAR EL RÍO URUGUAY.

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Químico Dr. Óscar Ventura: “Ambos países hemos ganado con el acuerdo” para monitorear el río Uruguay.


EL ESPECTADOR - MONTEVIDEO - URUGUAY 30.07.2010 17.04


Óscar Ventura, catedrático de Química Cuántica, calificó positivamente el acuerdo alcanzado entre Uruguay y Argentina para el monitoreo ambiental del río Uruguay, agregando que es “superador” de los que había hasta el momento ya que se podrá examinar todas las fuentes puntuales de contaminación. “Resuelve el conflicto, establece un mecanismo claro de control y respeta la soberanía de los países”, manifestó. El científico explicó que los controles serán los mismos que venía realizando la Dinama. “La única diferencia va a ser que cuando la Dinama ingrese, como ingresa todos los meses a UPM, va a ir acompañada por un comité científico de la CARU”, explicó.




EMILIANO COTELO:
En un plazo de un mes Uruguay y Argentina ya tendrán conformado el comité científico que tendrá a su cargo el monitoreo ambiental del río Uruguay y todos los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos que vuelcan sus efluentes a ese curso de agua y sus áreas de influencia.

Así quedó establecido en el acuerdo que en la tarde del miércoles 28 (de Julio 2010)firmaron los presidentes José Mujica y Cristina Fernández, y que puso fin al conflicto por las plantas de celulosa en Fray bentos, que se extendió por más de siete años.

El grupo de trabajo científico funcionará en el seno de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) y estará integrado por dos científicos uruguayos y dos científicos argentinos, a elección de cada país. Cuando se trate de un monitoreo en la margen izquierda del río Uruguay las acciones estarán a cargo de la DINAMA, acompañada por el comité científico de la CARU, y se utilizará la normativa de la CARU y normativa uruguaya que sea de aplicación. Y cuando se trate de un monitoreo en la margen derecha del río Uruguay las acciones estarán a cargo de la autoridad argentina correspondiente, acompañada por el comité científico y se utilizarán la normativa de la CARU y la argentina que sea de aplicación.

El número máximo de ingresos de control del comité científico a cada establecimiento a monitorear será de 12 veces por año. El comité científico de la CARU realizará el primer monitoreo en la planta de Botnia-UPM y en la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay. Luego seguirá un monitoreo en un establecimiento o lugar argentino que elegirá la parte uruguaya. Y a partir de entonces se continuará alternativamente en uno y otro país.

***

EC - Ayer tuvimos un primer análisis del acuerdo Uruguay-Argentina, dialogamos con el presidente de la delegación uruguaya en la CARU, Héctor Lorenzo, y con el abogado especialista en derecho internacional público Alejandro Pastori.

Hoy les proponemos examinarlo desde el punto de vista científico, y para eso vamos a conversar con el doctor Óscar Ventura, catedrático de Química Cuántica, que ha estudiado el impacto de la planta de UPM y de otros establecimientos sobre las aguas del río Uruguay.

¿Qué balance hace, en general, del acuerdo?

ÓSCAR VENTURA:
El acuerdo es muy bueno. Es un acuerdo marco, por supuesto, hay todavía varias cosas que hay que establecer en detalle, pero es un acuerdo muy bueno, superador de lo que teníamos hasta ahora. Resuelve el conflicto entre los dos países, establece un mecanismo claro de control, respeta la soberanía de los países y espero que dé tranquilidad a las poblaciones concernidas.

EC - Ahí está el punto delicado, usted espera que la población de Gualeguaychú, sobre todo la más militante, la Asamblea Ambientalista de Gualeguaychú, considere esto aceptable y no volvamos a tener el piquete, etcétera.

OV - De entrada ya las reacciones de la Asamblea han sido bastante negativas, porque no es lo que ellos esperaban, ellos esperan que se erradique la empresa, que se expulse a UPM de Uruguay, y el monitoreo lo ven simplemente como una herramienta que permita comprobar lo que ellos piensan que ya saben.

EC - Pero afortunadamente por ahora no están considerando la medida del retorno del corte de ruta, están planteándose otro tipo de movilizaciones, de gestiones, pero no hablan del corte de ruta; incluso alguno de los dirigentes del movimiento ha dicho que no sería la herramienta más apropiada en estas circunstancias.

OV - Tienen la espada de Damocles del juicio pendiente, eso los controla un poco. No a los más militantes, estamos hablando de quizás 200 personas en 40 millones de argentinos.

EC - Volvamos al texto. ¿Desde el punto de vista científico se puede decir que alguno de los dos países resulta más favorecido que el otro?

OV - No es un problema de favorecer, creo que los dos países han sido muy favorecidos en el sentido de que vamos a poder controlar todo el río, algo que hasta ahora no teníamos tan claro. El acuerdo no prevé solamente el control de UPM, UPM no está singularizada, sino que se van a monitorear todos los emprendimientos industriales. Y me importa aclarar algo más: el punto A, al que te referías, se refiere a los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos. Eso es bien importante porque se van a monitorear todas las fuentes puntuales de contaminación del río. Eso es superador, creo que ambos países hemos ganado. Está claro que ha sido un acuerdo muy elaborado, que tiene puntos que rescatan el legítimo interés de Argentina de saber que un emprendimiento grande como este no va a contaminar y el legítimo interés de Uruguay de saber que tampoco Argentina está contaminando el río. Creo que ambos ganamos.

EC - Parecería que se pone en marcha un trabajo, un proceso que más tarde o más temprano va a conducir a tener el río Uruguay en mejores condiciones.

OV - Eso es lo que pensamos todos. Hay un artículo del ingeniero Martínez, el presidente del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) argentino, en el que decía que el problema no está tanto en los estudios científicos que se hagan sino en que la gente tenga confianza en las instituciones que hacen esos estudios científicos. Si tú te fijás en el acuerdo, lo que se va a hacer es básicamente lo mismo que se hace ahora, el control que se va a hacer es el mismo que hace la DINAMA, la única diferencia va a ser que cuando la DINAMA ingrese, como ingresa todos los meses a UPM, va a ir acompañada por este comité de cuatro científicos, un comité chico, que va a verificar que se realicen los controles que se dice que se realizan y que se realizan de acuerdo con protocolos internacionales, y va a tener un duplicado de las muestras para dar confianza de que efectivamente los resultados que se obtienen son los que se dice que se buscan. Eso es bueno.


EC - Ahí estaba el punto clave, al menos del lado de Argentina, en la etapa posterior a la Corte Internacional de La Haya, el reclamo de que hubiera un permiso que habilitara a científicos de Argentina en particular a ingresar a la planta de Botnia. ¿En principio esto no era necesario, el control, el monitoreo del impacto ambiental de cualquier fábrica se puede hacer afuera?

OV - Correcto. Si hablamos del impacto en el ambiente, el ambiente está fuera de la fábrica. Es lo mismo que si quisiéramos controlar el nivel de sonido de una discoteca; lo que nos interesa, más allá de los motivos de salud internos, es que los vecinos no sean afectados por el sonido que sale de la discoteca; se insonoriza y demás, pero el sonido se mide fuera de la discoteca. Lo mismo con esto: el impacto se mide en el ambiente.

Se ha hecho aquí una concesión, porque el fallo de la Corte Internacional de Justicia no dice que Argentina tenga que entrar a UPM. El gobierno uruguayo, en acuerdo con UPM, ha hecho una concesión, la empresa se ha mostrado totalmente cooperadora, y va a haber dos científicos argentinos que van a acompañar a la DINAMA y van a verificar que efectivamente lo que se hace es correcto, van a llevar confianza al gobierno y a la sociedad argentinos de que lo que se está monitoreando es como corresponde. Obsérvese que los controles los hace la DINAMA, no es que venga Argentina cuando se le ocurra a hacer lo que se le ocurra, ni nada por el estilo.

EC - Se ha recalcado que no hay afectación de soberanía. El artículo 44 del Estatuto del río Uruguay preveía algo de esto. Dice: “Cada parte autorizará a la otra a efectuar estudios e investigaciones de carácter científico en su respectiva jurisdicción, siempre que le haya dado aviso previo a través de la Comisión, con la adecuada antelación, e indicado las características de los estudios e investigaciones y las áreas y plazos en que se efectuarán”.

OV - Correcto. Pero el artículo 44 en realidad no refiere a esto de que estamos hablando, se refiere a estudios científicos, y aquí se mezcla un poquito. No se hace a propósito, pero un monitoreo no es un estudio científico, un monitoreo es seguir determinados protocolos para hacer determinadas medidas, algo que hacen los técnicos, no involucra ninguna investigación científica para obtener un resultado de algo desconocido ni nada por el estilo.

EC - ¿Usted dice que se está forzando un poco el alcance del artículo 44 para avalar un procedimiento como el que se acordó?

OV - El acuerdo no hace referencia al artículo 44, eso es parte del folclore que rodeó las negociaciones, se dijo si se iba a usar el artículo 44. Existen otras posibilidades, se habló mucho de cuáles eran los artículos del fallo, etcétera. Pero lo que dice el acuerdo es mucho más sencillo, es lo mismo que se está haciendo, solamente que la DINAMA cada vez que ingrese a UPM llevará invitados argentinos, tan sencillo como eso. Va a haber personas con conocimiento, obviamente no va a ser una persona que no sepa lo que se está haciendo, son científicos, son técnicos, son personas que saben lo que se hacen, que van a observar los procedimientos que realiza la DINAMA y van a tener un duplicado de todas las muestras que se tomen, de manera de saber que efectivamente los resultados que después comunica la DINAMA son los mismos que pueden obtener ellos. Obviamente no hay una desconfianza, es simplemente dar un aseguramiento adicional de que lo que se hace es correcto.

EC - Recién decíamos que para controlar el impacto ambiental de una determinada fábrica no es imprescindible ingresar a ella, pero usted acaba de decir que la DINAMA ya ingresa a UPM.

OV - Por supuesto.

EC - ¿Cómo es esto?

OV - La DINAMA no solamente controla el impacto ambiental, controla también que la fábrica funcione de acuerdo con los permisos que se emitieron en su momento, y esos permisos no solamente tienen que ver con el impacto ambiental, sino con que los efluentes de la fábrica, dentro de la fábrica, cumplan con determinadas restricciones. En el momento en que se emitieron los permisos para que funcionara la planta se dijo que no debían excederse determinados parámetros en las concentraciones de determinadas sustancias químicas en el efluente, antes de que el efluente llegue al río. Aparte de eso hay un monitoreo ambiental, se hace un monitoreo sobre el río y se hace un monitoreo sobre la atmósfera. Eso sí es ambiental; lo otro, los sensores que están en las chimeneas de UPM, los análisis que se hacen periódicamente todos los meses dentro de UPM, son para asegurar que se cumpla con la legislación uruguaya.

EC - En la práctica, ¿cuáles son esos controles que DINAMA realizará en UPM y que observará esta comisión de científicos, cuatro miembros, dos por cada país?

OV - Son exactamente los mismos controles que se hacen ahora. Se controla que en los efluentes líquidos no exista una concentración superior a la que tiene autorizada de ciertas variables que están explícitamente controladas, por ejemplo la demanda biológica de oxígeno y cosas por el estilo. No quisiera entrar en los detalles de la parte química. Eso es lo mismo que se va a observar. ¿Qué pasa? La CARU no tiene una determinación de límites para esos parámetros, nunca llegó a ponerse en efecto la discusión que se había dado en su momento sobre el control de la zona de influencia de las plantas de celulosa, un plan que se llamaba Procel que se iba a aplicar. La CARU tiene que discutir ahora, en función de que existen plantas de celulosa, una serie de límites para esos parámetros.

EC - Mientras tanto, de acuerdo con lo que dice el texto que se conoció el miércoles, se utilizará la normativa uruguaya.

OV - No solo mientras tanto, la normativa uruguaya está más avanzada en esta materia, justamente porque tuvimos la instalación de esta pastera, y debe ser un insumo para que la CARU elabore sus propios límites. Evidentemente tiene que considerar también la necesidad de Argentina. Argentina está más atrasada ambientalmente que Uruguay, tiene límites mucho más permisivos para los vertidos al río, y si uno fuera a aplicar directamente los límites uruguayos o de la DINAMA, del lado argentino estarían en problemas. Tiene que haber una discusión entre los dos países para fijar progresivamente esos límites. Obviamente, no se van a poner límites más permisivos que los que ya tenemos, pero va a haber que dar tiempo a las empresas para que se adapten a esos límites de vertidos.

EC - El comité de científicos se llevará un segundo ejemplar de cada toma que se realice.

OV - Exactamente, se toma por duplicado, y una de las muestras va para la DINAMA y la otra va para este comité científico. No está muy claro, porque en el acuerdo no está.


EC - ¿Qué se va a hacer con esa segunda muestra?

OV - Eso no está en el acuerdo, tiene que ser parte de la letra chica del acuerdo, de lo cual hablaba el presidente Mujica. Supongo que en este momento en la CARU están discutiendo ampliamente acerca de cómo implementar el acuerdo. Por ejemplo, cómo ese comité científico responde a la jerarquía de la CARU, cuál es su posición dentro del organigrama de la CARU. Qué pasa si no se ponen de acuerdo las delegaciones; qué pasa con la muestra, se analiza siempre o se analiza solo en caso de que haya duda; cómo se conserva, cómo se manipula. Hay infinidad de detalles que todavía no están discutidos. Esto es un acuerdo marco que tiene que reglamentarse.

***

EC - Uno de los tantos detalles que no están explicitados en el texto del acuerdo es cómo se elige a los cuatro científicos, los dos y dos que van a conformar este comité científico. Ahí aparece mezclado el reclamo de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú de tener presencia, y alguna demanda que ya está circulando en la prensa de tener por lo menos un veedor en esa comisión que va a ingresar a UPM a controlar las emanaciones. ¿Qué dice usted sobre esa posibilidad?

OV - Sí, leí eso que usted comenta, pero creo que quienes tienen que conformar ese equipo de parte de Argentina y Uruguay tienen que ser personas que tengan una trayectoria dilatada en ambiente, contaminación química, etcétera. Hasta ahora todas las personas sensatas que en Argentina se han manifestado sobre esto, la gente que tiene conocimiento, los científicos y los técnicos, han dicho reiteradamente que si la fábrica se operaba de la manera que estaba diseñada no iba a contaminar. Y esto ha hecho que la Asamblea de Gualeguaychú haya denunciado reiteradamente a esta gente, en la Asamblea tienen un dicho que es “quien dice que Botnia no contamina es o bien ignorante o bien corrupto”, entonces es muy difícil satisfacer a la Asamblea, y por suerte eso no es un problema uruguayo. Uruguay va a designar a sus científicos, gente de capacidad que va a saber lo que está haciendo, y espera –supongo– que Argentina haga lo mismo. Creo que dentro del gobierno argentino está suficientemente claro que no puede poner en esa comisión gente que no esté preparada. Gualeguaychú no tiene gente preparada para eso, ninguna de las personas que están en lo que ellos llaman su equipo técnico tiene una preparación adecuada como para estar ahí, y todos esperamos que el gobierno argentino actúe con la misma sensatez y visión con que actuó para firmar este acuerdo.

EC - El primero de los controles se hará, como se esperaba, en la planta de UPM-Botnia, pero al mismo tiempo –lo dice el propio acuerdo– se habilita otra inspección en la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay. ¿Qué importancia le adjudica a este detalle?

OV - El acuerdo no dice que primero se va a hacer en UPM, dice que se va a hacer simultáneamente.

EC - Sí, en el primer escalón están UPM y también la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay.

OV - Exactamente, es así, y es muy importante que sea así. Un poquito de historia. Tenemos un Estatuto del Río Uruguay que habla sobre la contaminación, y hay otro documento, que se nombra menos, que es el Digesto, en el cual están referidas cuáles son las sustancias químicas que hay que controlar, cuáles son las variables físicas, cuáles son los límites, etcétera. Eso se aplica a todo el río, es una descripción de lo que hay que controlar que se aplica a todas las fuentes eventuales de contaminación, fuentes puntuales –las que son claramente identificadas, como por ejemplo la fábrica de UPM– y fuentes difusas –todos los pequeños arroyitos y los lavados de las tierras agrícolas que caen en el río–; también son fuentes puntuales las desembocaduras de ríos como el Gualeguaychú.

El río Gualeguaychú recoge no solo una cantidad de vertidos industriales de la zona de Gualeguaychú, sino que además a él llegan todos los vertidos del Parque Industrial de Gualeguaychú (PIGCHU). Ya hace mucho tiempo que la CARU determinó que uno de los puntos críticos en la región, uno de los puntos donde se nota que existe algún tipo de contaminación puntual es la desembocadura del río Gualeguaychú. Entonces en este momento en esa zona los grandes focos posibles –no quiere decir que lo sean– de contaminación por medio de vertidos que deben controlados son la fábrica de UPM y la desembocadura del río Gualeguaychú.

Es importante que esto esté en el acuerdo, porque si solamente se controlara a UPM y se dijera “UPM vierte tal cantidad de sustancias químicas”, esa cantidad de sustancias químicas que se vierten está dentro de lo autorizado por la DINAMA, pero siempre se puede decir “pero la DINAMA autoriza cualquier cosa” o “fíjense qué brutalidad de cosas que se vierten”. Si ahora tenemos al mismo tiempo un análisis de lo que pasa con el río Gualeguaychú, que es la contrapartida, el espejo del lado de enfrente, uno puede decir: “Acá se vierten tantas sustancias químicas, acá se vierte tanto de las mismas sustancias químicas, y el río lleva tanto de las mismas sustancias químicas”. Se puede hacer la comparación, eso es sumamente importante.

EC - Pasada la primera etapa, a la hora de elegir otros establecimientos o poblaciones a controlar del lado argentino, ¿se le ocurre cuáles debería elegir Uruguay?

OV - Sí, hay varios que son bien conocidos, están incluso dentro de la documentación que presentó Uruguay en La Haya. Es clarísimo que hay que elegir las empresas de PIGCHU, que no vierten directamente al río Uruguay, vierten a una cañada que se llama Melgar, y eso a su vez termina en el río Gualeguaychú y finalmente en el río Uruguay. El PIGCHU tiene 27 empresas instaladas cuyos vertidos no son públicos, no se sabe qué y cuánto vierten.

EC - Entonces además de este control que se va a hacer de la calidad del agua en la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay, Uruguay después podría solicitar, del mismo modo que Argentina tiene interés en ingresar a UPM, que la comisión de científicos ingrese a las fábricas del PIGCHU.

OV - Exactamente la misma cosa. Por supuesto, en las mismas condiciones en que los científicos argentinos ingresan a las uruguayas, no a medir nada, sino junto con el organismo correspondiente de control argentino.

EC - ¿Y del lado uruguayo qué puede pedir Argentina, después de Botnia?

OV - Del lado uruguayo hay muchas menos cosas importantes, se podría hablar de frigoríficos, de curtiembres. Del lado argentino también tenemos las avícolas en la parte de Concordia, por ejemplo. Focos de eventual contaminación hay muchos. Esto va a llevar a que apuntemos a resolver los problemas, porque la cuestión no es decir “tal fábrica –supongamos Fanaquímica del lado argentino– ¿contamina o no contamina?”. Se puede encontrar algún proceso que no esté convenientemente optimizado, y entonces no se va a decir “cierren Fanaquímica”, sino “vamos a darle plazos, vamos a tener un proceso de actualización”. Lo mismo del lado uruguayo, por ejemplo los vertidos cloacales; el hecho de que Fray Bentos va a hacer el tratamiento de sus aguas servidas a través de UPM es una mejora en la salud del río.

***

Transcripción: María Lila Ltaif

domingo, agosto 01, 2010

Químico Óscar Ventura: “Ambos países hemos ganado con el acuerdo” para monitorear el río Uruguay.
EL ESPECTADOR - MONTEVIDEO - URUGUAY 30.07.2010 | 17.04
Óscar Ventura, catedrático de Química Cuántica, calificó positivamente el acuerdo alcanzado entre Uruguay y Argentina para el monitoreo ambiental del río Uruguay, agregando que es “superador” de los que había hasta el momento ya que se podrá examinar todas las fuentes puntuales de contaminación. “Resuelve el conflicto, establece un mecanismo claro de control y respeta la soberanía de los países”, manifestó. El científico explicó que los controles serán los mismos que venía realizando la Dinama. “La única diferencia va a ser que cuando la Dinama ingrese, como ingresa todos los meses a UPM, va a ir acompañada por un comité científico de la CARU”, explicó.




EMILIANO COTELO:
En un plazo de un mes Uruguay y Argentina ya tendrán conformado el comité científico que tendrá a su cargo el monitoreo ambiental del río Uruguay y todos los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos que vuelcan sus efluentes a ese curso de agua y sus áreas de influencia.

Así quedó establecido en el acuerdo que en la tarde del miércoles firmaron los presidentes José Mujica y Cristina Fernández, y que puso fin al conflicto por las plantas de celulosa en Fray bentos, que se extendió por más de siete años.

El grupo de trabajo científico funcionará en el seno de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) y estará integrado por dos científicos uruguayos y dos científicos argentinos, a elección de cada país. Cuando se trate de un monitoreo en la margen izquierda del río Uruguay las acciones estarán a cargo de la DINAMA, acompañada por el comité científico de la CARU, y se utilizará la normativa de la CARU y normativa uruguaya que sea de aplicación. Y cuando se trate de un monitoreo en la margen derecha del río Uruguay las acciones estarán a cargo de la autoridad argentina correspondiente, acompañada por el comité científico y se utilizarán la normativa de la CARU y la argentina que sea de aplicación.

El número máximo de ingresos de control del comité científico a cada establecimiento a monitorear será de 12 veces por año. El comité científico de la CARU realizará el primer monitoreo en la planta de Botnia-UPM y en la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay. Luego seguirá un monitoreo en un establecimiento o lugar argentino que elegirá la parte uruguaya. Y a partir de entonces se continuará alternativamente en uno y otro país.

***

EC - Ayer tuvimos un primer análisis del acuerdo Uruguay-Argentina, dialogamos con el presidente de la delegación uruguaya en la CARU, Héctor Lorenzo, y con el abogado especialista en derecho internacional público Alejandro Pastori.

Hoy les proponemos examinarlo desde el punto de vista científico, y para eso vamos a conversar con el doctor Óscar Ventura, catedrático de Química Cuántica, que ha estudiado el impacto de la planta de UPM y de otros establecimientos sobre las aguas del río Uruguay.

¿Qué balance hace, en general, del acuerdo?

ÓSCAR VENTURA:
El acuerdo es muy bueno. Es un acuerdo marco, por supuesto, hay todavía varias cosas que hay que establecer en detalle, pero es un acuerdo muy bueno, superador de lo que teníamos hasta ahora. Resuelve el conflicto entre los dos países, establece un mecanismo claro de control, respeta la soberanía de los países y espero que dé tranquilidad a las poblaciones concernidas.

EC - Ahí está el punto delicado, usted espera que la población de Gualeguaychú, sobre todo la más militante, la Asamblea Ambientalista de Gualeguaychú, considere esto aceptable y no volvamos a tener el piquete, etcétera.

OV - De entrada ya las reacciones de la Asamblea han sido bastante negativas, porque no es lo que ellos esperaban, ellos esperan que se erradique la empresa, que se expulse a UPM de Uruguay, y el monitoreo lo ven simplemente como una herramienta que permita comprobar lo que ellos piensan que ya saben.

EC - Pero afortunadamente por ahora no están considerando la medida del retorno del corte de ruta, están planteándose otro tipo de movilizaciones, de gestiones, pero no hablan del corte de ruta; incluso alguno de los dirigentes del movimiento ha dicho que no sería la herramienta más apropiada en estas circunstancias.

OV - Tienen la espada de Damocles del juicio pendiente, eso los controla un poco. No a los más militantes, estamos hablando de quizás 200 personas en 40 millones de argentinos.

EC - Volvamos al texto. ¿Desde el punto de vista científico se puede decir que alguno de los dos países resulta más favorecido que el otro?

OV - No es un problema de favorecer, creo que los dos países han sido muy favorecidos en el sentido de que vamos a poder controlar todo el río, algo que hasta ahora no teníamos tan claro. El acuerdo no prevé solamente el control de UPM, UPM no está singularizada, sino que se van a monitorear todos los emprendimientos industriales. Y me importa aclarar algo más: el punto A, al que te referías, se refiere a los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos. Eso es bien importante porque se van a monitorear todas las fuentes puntuales de contaminación del río. Eso es superador, creo que ambos países hemos ganado. Está claro que ha sido un acuerdo muy elaborado, que tiene puntos que rescatan el legítimo interés de Argentina de saber que un emprendimiento grande como este no va a contaminar y el legítimo interés de Uruguay de saber que tampoco Argentina está contaminando el río. Creo que ambos ganamos.

EC - Parecería que se pone en marcha un trabajo, un proceso que más tarde o más temprano va a conducir a tener el río Uruguay en mejores condiciones.

OV - Eso es lo que pensamos todos. Hay un artículo del ingeniero Martínez, el presidente del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) argentino, en el que decía que el problema no está tanto en los estudios científicos que se hagan sino en que la gente tenga confianza en las instituciones que hacen esos estudios científicos. Si tú te fijás en el acuerdo, lo que se va a hacer es básicamente lo mismo que se hace ahora, el control que se va a hacer es el mismo que hace la DINAMA, la única diferencia va a ser que cuando la DINAMA ingrese, como ingresa todos los meses a UPM, va a ir acompañada por este comité de cuatro científicos, un comité chico, que va a verificar que se realicen los controles que se dice que se realizan y que se realizan de acuerdo con protocolos internacionales, y va a tener un duplicado de las muestras para dar confianza de que efectivamente los resultados que se obtienen son los que se dice que se buscan. Eso es bueno.


EC - Ahí estaba el punto clave, al menos del lado de Argentina, en la etapa posterior a la Corte Internacional de La Haya, el reclamo de que hubiera un permiso que habilitara a científicos de Argentina en particular a ingresar a la planta de Botnia. ¿En principio esto no era necesario, el control, el monitoreo del impacto ambiental de cualquier fábrica se puede hacer afuera?

OV - Correcto. Si hablamos del impacto en el ambiente, el ambiente está fuera de la fábrica. Es lo mismo que si quisiéramos controlar el nivel de sonido de una discoteca; lo que nos interesa, más allá de los motivos de salud internos, es que los vecinos no sean afectados por el sonido que sale de la discoteca; se insonoriza y demás, pero el sonido se mide fuera de la discoteca. Lo mismo con esto: el impacto se mide en el ambiente.

Se ha hecho aquí una concesión, porque el fallo de la Corte Internacional de Justicia no dice que Argentina tenga que entrar a UPM. El gobierno uruguayo, en acuerdo con UPM, ha hecho una concesión, la empresa se ha mostrado totalmente cooperadora, y va a haber dos científicos argentinos que van a acompañar a la DINAMA y van a verificar que efectivamente lo que se hace es correcto, van a llevar confianza al gobierno y a la sociedad argentinos de que lo que se está monitoreando es como corresponde. Obsérvese que los controles los hace la DINAMA, no es que venga Argentina cuando se le ocurra a hacer lo que se le ocurra, ni nada por el estilo.

EC - Se ha recalcado que no hay afectación de soberanía. El artículo 44 del Estatuto del río Uruguay preveía algo de esto. Dice: “Cada parte autorizará a la otra a efectuar estudios e investigaciones de carácter científico en su respectiva jurisdicción, siempre que le haya dado aviso previo a través de la Comisión, con la adecuada antelación, e indicado las características de los estudios e investigaciones y las áreas y plazos en que se efectuarán”.

OV - Correcto. Pero el artículo 44 en realidad no refiere a esto de que estamos hablando, se refiere a estudios científicos, y aquí se mezcla un poquito. No se hace a propósito, pero un monitoreo no es un estudio científico, un monitoreo es seguir determinados protocolos para hacer determinadas medidas, algo que hacen los técnicos, no involucra ninguna investigación científica para obtener un resultado de algo desconocido ni nada por el estilo.

EC - ¿Usted dice que se está forzando un poco el alcance del artículo 44 para avalar un procedimiento como el que se acordó?

OV - El acuerdo no hace referencia al artículo 44, eso es parte del folclore que rodeó las negociaciones, se dijo si se iba a usar el artículo 44. Existen otras posibilidades, se habló mucho de cuáles eran los artículos del fallo, etcétera. Pero lo que dice el acuerdo es mucho más sencillo, es lo mismo que se está haciendo, solamente que la DINAMA cada vez que ingrese a UPM llevará invitados argentinos, tan sencillo como eso. Va a haber personas con conocimiento, obviamente no va a ser una persona que no sepa lo que se está haciendo, son científicos, son técnicos, son personas que saben lo que se hacen, que van a observar los procedimientos que realiza la DINAMA y van a tener un duplicado de todas las muestras que se tomen, de manera de saber que efectivamente los resultados que después comunica la DINAMA son los mismos que pueden obtener ellos. Obviamente no hay una desconfianza, es simplemente dar un aseguramiento adicional de que lo que se hace es correcto.

EC - Recién decíamos que para controlar el impacto ambiental de una determinada fábrica no es imprescindible ingresar a ella, pero usted acaba de decir que la DINAMA ya ingresa a UPM.

OV - Por supuesto.

EC - ¿Cómo es esto?

OV - La DINAMA no solamente controla el impacto ambiental, controla también que la fábrica funcione de acuerdo con los permisos que se emitieron en su momento, y esos permisos no solamente tienen que ver con el impacto ambiental, sino con que los efluentes de la fábrica, dentro de la fábrica, cumplan con determinadas restricciones. En el momento en que se emitieron los permisos para que funcionara la planta se dijo que no debían excederse determinados parámetros en las concentraciones de determinadas sustancias químicas en el efluente, antes de que el efluente llegue al río. Aparte de eso hay un monitoreo ambiental, se hace un monitoreo sobre el río y se hace un monitoreo sobre la atmósfera. Eso sí es ambiental; lo otro, los sensores que están en las chimeneas de UPM, los análisis que se hacen periódicamente todos los meses dentro de UPM, son para asegurar que se cumpla con la legislación uruguaya.

EC - En la práctica, ¿cuáles son esos controles que DINAMA realizará en UPM y que observará esta comisión de científicos, cuatro miembros, dos por cada país?

OV - Son exactamente los mismos controles que se hacen ahora. Se controla que en los efluentes líquidos no exista una concentración superior a la que tiene autorizada de ciertas variables que están explícitamente controladas, por ejemplo la demanda biológica de oxígeno y cosas por el estilo. No quisiera entrar en los detalles de la parte química. Eso es lo mismo que se va a observar. ¿Qué pasa? La CARU no tiene una determinación de límites para esos parámetros, nunca llegó a ponerse en efecto la discusión que se había dado en su momento sobre el control de la zona de influencia de las plantas de celulosa, un plan que se llamaba Procel que se iba a aplicar. La CARU tiene que discutir ahora, en función de que existen plantas de celulosa, una serie de límites para esos parámetros.

EC - Mientras tanto, de acuerdo con lo que dice el texto que se conoció el miércoles, se utilizará la normativa uruguaya.

OV - No solo mientras tanto, la normativa uruguaya está más avanzada en esta materia, justamente porque tuvimos la instalación de esta pastera, y debe ser un insumo para que la CARU elabore sus propios límites. Evidentemente tiene que considerar también la necesidad de Argentina. Argentina está más atrasada ambientalmente que Uruguay, tiene límites mucho más permisivos para los vertidos al río, y si uno fuera a aplicar directamente los límites uruguayos o de la DINAMA, del lado argentino estarían en problemas. Tiene que haber una discusión entre los dos países para fijar progresivamente esos límites. Obviamente, no se van a poner límites más permisivos que los que ya tenemos, pero va a haber que dar tiempo a las empresas para que se adapten a esos límites de vertidos.

EC - El comité de científicos se llevará un segundo ejemplar de cada toma que se realice.

OV - Exactamente, se toma por duplicado, y una de las muestras va para la DINAMA y la otra va para este comité científico. No está muy claro, porque en el acuerdo no está.


EC - ¿Qué se va a hacer con esa segunda muestra?

OV - Eso no está en el acuerdo, tiene que ser parte de la letra chica del acuerdo, de lo cual hablaba el presidente Mujica. Supongo que en este momento en la CARU están discutiendo ampliamente acerca de cómo implementar el acuerdo. Por ejemplo, cómo ese comité científico responde a la jerarquía de la CARU, cuál es su posición dentro del organigrama de la CARU. Qué pasa si no se ponen de acuerdo las delegaciones; qué pasa con la muestra, se analiza siempre o se analiza solo en caso de que haya duda; cómo se conserva, cómo se manipula. Hay infinidad de detalles que todavía no están discutidos. Esto es un acuerdo marco que tiene que reglamentarse.

***

EC - Uno de los tantos detalles que no están explicitados en el texto del acuerdo es cómo se elige a los cuatro científicos, los dos y dos que van a conformar este comité científico. Ahí aparece mezclado el reclamo de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú de tener presencia, y alguna demanda que ya está circulando en la prensa de tener por lo menos un veedor en esa comisión que va a ingresar a UPM a controlar las emanaciones. ¿Qué dice usted sobre esa posibilidad?

OV - Sí, leí eso que usted comenta, pero creo que quienes tienen que conformar ese equipo de parte de Argentina y Uruguay tienen que ser personas que tengan una trayectoria dilatada en ambiente, contaminación química, etcétera. Hasta ahora todas las personas sensatas que en Argentina se han manifestado sobre esto, la gente que tiene conocimiento, los científicos y los técnicos, han dicho reiteradamente que si la fábrica se operaba de la manera que estaba diseñada no iba a contaminar. Y esto ha hecho que la Asamblea de Gualeguaychú haya denunciado reiteradamente a esta gente, en la Asamblea tienen un dicho que es “quien dice que Botnia no contamina es o bien ignorante o bien corrupto”, entonces es muy difícil satisfacer a la Asamblea, y por suerte eso no es un problema uruguayo. Uruguay va a designar a sus científicos, gente de capacidad que va a saber lo que está haciendo, y espera –supongo– que Argentina haga lo mismo. Creo que dentro del gobierno argentino está suficientemente claro que no puede poner en esa comisión gente que no esté preparada. Gualeguaychú no tiene gente preparada para eso, ninguna de las personas que están en lo que ellos llaman su equipo técnico tiene una preparación adecuada como para estar ahí, y todos esperamos que el gobierno argentino actúe con la misma sensatez y visión con que actuó para firmar este acuerdo.

EC - El primero de los controles se hará, como se esperaba, en la planta de UPM-Botnia, pero al mismo tiempo –lo dice el propio acuerdo– se habilita otra inspección en la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay. ¿Qué importancia le adjudica a este detalle?

OV - El acuerdo no dice que primero se va a hacer en UPM, dice que se va a hacer simultáneamente.

EC - Sí, en el primer escalón están UPM y también la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay.

OV - Exactamente, es así, y es muy importante que sea así. Un poquito de historia. Tenemos un Estatuto del Río Uruguay que habla sobre la contaminación, y hay otro documento, que se nombra menos, que es el Digesto, en el cual están referidas cuáles son las sustancias químicas que hay que controlar, cuáles son las variables físicas, cuáles son los límites, etcétera. Eso se aplica a todo el río, es una descripción de lo que hay que controlar que se aplica a todas las fuentes eventuales de contaminación, fuentes puntuales –las que son claramente identificadas, como por ejemplo la fábrica de UPM– y fuentes difusas –todos los pequeños arroyitos y los lavados de las tierras agrícolas que caen en el río–; también son fuentes puntuales las desembocaduras de ríos como el Gualeguaychú.

El río Gualeguaychú recoge no solo una cantidad de vertidos industriales de la zona de Gualeguaychú, sino que además a él llegan todos los vertidos del Parque Industrial de Gualeguaychú (PIGCHU). Ya hace mucho tiempo que la CARU determinó que uno de los puntos críticos en la región, uno de los puntos donde se nota que existe algún tipo de contaminación puntual es la desembocadura del río Gualeguaychú. Entonces en este momento en esa zona los grandes focos posibles –no quiere decir que lo sean– de contaminación por medio de vertidos que deben controlados son la fábrica de UPM y la desembocadura del río Gualeguaychú.

Es importante que esto esté en el acuerdo, porque si solamente se controlara a UPM y se dijera “UPM vierte tal cantidad de sustancias químicas”, esa cantidad de sustancias químicas que se vierten está dentro de lo autorizado por la DINAMA, pero siempre se puede decir “pero la DINAMA autoriza cualquier cosa” o “fíjense qué brutalidad de cosas que se vierten”. Si ahora tenemos al mismo tiempo un análisis de lo que pasa con el río Gualeguaychú, que es la contrapartida, el espejo del lado de enfrente, uno puede decir: “Acá se vierten tantas sustancias químicas, acá se vierte tanto de las mismas sustancias químicas, y el río lleva tanto de las mismas sustancias químicas”. Se puede hacer la comparación, eso es sumamente importante.

EC - Pasada la primera etapa, a la hora de elegir otros establecimientos o poblaciones a controlar del lado argentino, ¿se le ocurre cuáles debería elegir Uruguay?

OV - Sí, hay varios que son bien conocidos, están incluso dentro de la documentación que presentó Uruguay en La Haya. Es clarísimo que hay que elegir las empresas de PIGCHU, que no vierten directamente al río Uruguay, vierten a una cañada que se llama Melgar, y eso a su vez termina en el río Gualeguaychú y finalmente en el río Uruguay. El PIGCHU tiene 27 empresas instaladas cuyos vertidos no son públicos, no se sabe qué y cuánto vierten.

EC - Entonces además de este control que se va a hacer de la calidad del agua en la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay, Uruguay después podría solicitar, del mismo modo que Argentina tiene interés en ingresar a UPM, que la comisión de científicos ingrese a las fábricas del PIGCHU.

OV - Exactamente la misma cosa. Por supuesto, en las mismas condiciones en que los científicos argentinos ingresan a las uruguayas, no a medir nada, sino junto con el organismo correspondiente de control argentino.

EC - ¿Y del lado uruguayo qué puede pedir Argentina, después de Botnia?

OV - Del lado uruguayo hay muchas menos cosas importantes, se podría hablar de frigoríficos, de curtiembres. Del lado argentino también tenemos las avícolas en la parte de Concordia, por ejemplo. Focos de eventual contaminación hay muchos. Esto va a llevar a que apuntemos a resolver los problemas, porque la cuestión no es decir “tal fábrica –supongamos Fanaquímica del lado argentino– ¿contamina o no contamina?”. Se puede encontrar algún proceso que no esté convenientemente optimizado, y entonces no se va a decir “cierren Fanaquímica”, sino “vamos a darle plazos, vamos a tener un proceso de actualización”. Lo mismo del lado uruguayo, por ejemplo los vertidos cloacales; el hecho de que Fray Bentos va a hacer el tratamiento de sus aguas servidas a través de UPM es una mejora en la salud del río.

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Transcripción: María Lila Ltaif

viernes, julio 09, 2010

Recomponer relaciones… ¿con quién?

RelojesWeb para Pisos!


Recomponer relaciones… ¿con quién?

por Raúl Seoane


Te lo dije, te lo dije, te lo dije, y lo voy a repetir hasta el cansancio porque el Pepe o es sordo, o se hace, o es un caprichoso empatista que caprichosamente sigue buscando que el gobierno argentino le patee donde no da el sol.

Ahora Uruguay denuncia "acoso" naval argentinoDespués de Botnia y Atucha II, ahora advierten un problema militar en el Atlántico Sur. El tema ya habría sido tocado en una reunión entre los cancilleres. Uruguay denuncia "acoso" argentino a sus buquesAcciones de la Armada argentina en aguas internacionales http://www3.elpais.com.uy/10/07/06/pnacio_500104.asp .

Uruguay denuncia que sus barcos sufren un "acoso naval" de buques argentinos .El gobierno uruguayo informó a su parlamento que buques civiles y de la Armada sufren el "acoso" de naves argentinas en aguas internacionales del Atlántico Sur. El hecho habría sido planteado al gobierno argentino cuando el canciller Héctor Timerman estuvo en Montevideo la semana pasada.

Pepe, sacate las anteojeras. Los Kirchner recibieron una patada en los gobelines con el fallo de La Haya. Ellos esperaban otra cosa. Si bien sabían que no era posible un fallo totalmente favorable, como la orden de destrucción de Botnia-UPM, un fuerte rezongo a Uruguay y un reconocimiento de la posición argentina. Esperaban algo más propicio que pudieran utilizar como pírrica victoria. Para los Kirchner, el fallo de La Haya fue una derrota humillante y al ser rencorosos y malos perdedores, esta afrenta no nos la perdonarán nunca más.
Digan lo que digan los humanistas “derechos y humanos”, el corte del puente internacional General San Martín, que une las localidades de Gualeguaychú (Argentina) con la de Fray Bentos (Uruguay), pudo ser desarticulado muchísimo tiempo atrás. Si no querían hacerlo por la fuerza, podrían haberlo realizado cuando por las noches una o dos personas eran las únicas que quedaban de guardia en el corte. Con solo enviar un escuadrón de Gendarmería el puente hubiera quedado habilitado. Pero no lo hicieron, porque eso hubiera sido claudicar frente a David, y ellos se creen Goliat.
Durante ese lapso Argentina cortó las importaciones con Uruguay. Es cierto que también con Brasil y otros países del mundo entero. Pero con Uruguay y Brasil, existe un tratado de libre comercio que se llama Mercosur y que únicamente es un pedazo de papel para que quien quiera se limpie los zapatos con él y lo bote.
Ahora el acoso a naves de bandera uruguaya en el Atlántico Sur. ¿Y mañana… qué?, porque las continuas fricciones con nuestro país no van a parar por más acercamiento o buena voluntad que quiera el Pepe. Es cierto que el ministro de Defensa, Luis Rosadilla,
salió presurosamente a desmentir el acoso, pero sus palabras no fueron del todo convincentes, y un error en la información que recorrió el mundo es cuando menos muy raro, porque inclusive se vincula al servicio de inteligencia naval. También hay que tener en cuenta que el rumor existió, y… ¿a quién beneficia?, ni al gobierno argentino ni al uruguayo. ¿Qué oculta el gobierno frentista detrás de esta desmentida?, ¿hubo apriete, o es un nuevo intento de poner la otra mejilla en aras de la empatía bolivariana?
"
Kirchner es un hijo de puta" dijo el piquetero Luis D’Elía indicando que el pingüino es un tipo duro. Pero no sólo es rudo, sino que es rencoroso y vengativo. Los Kirchner no nos van a perdonar la afrenta de ganar en todos los foros la Guerra de las Papeleras. Jamás nos lo van a perdonar.
Entonces, ¿por qué ponemos la otra mejilla para que nos sigan flagelando? ¿Realmente necesitamos tener relaciones carnales con Argentina? ¿Nadie se percató todavía de que es el gobierno argentino el que más pierde?


Pepe… pensalo.

martes, julio 06, 2010

RelojesWeb para Pisos!

Experto discrepa con que Argentina ingrese a planta de UPM para monitorear contaminación.
18.06.2010 18.07


El gobierno argentino plantea realizar controles dentro de la planta de UPM (ex Botnia) para monitorear los niveles de contaminación del río Uruguay. El doctor en Química Óscar Ventura manifestó a En Perspectiva que para realizar dicho monitoreo no es necesario ingresar a la empresa y agregó: “Desde el punto de vista teórico no habría ningún problema [...] El tema está más bien en la soberanía, en las relaciones internacionales. Si Argentina va a controlar fábricas en Uruguay, Uruguay tendría que tener el derecho a controlar fábricas en Argentina”. Ventura opinó que los científicos de la región están perfectamente capacitados para llevar adelante los controles y sostuvo que el río Uruguay es un río “limpio que tiene fenómenos locales de contaminación”.

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:En una semana clave, nuestro país y Argentina comenzaron a marcar posiciones con respecto al futuro monitoreo ambiental del río Uruguay.Por un lado, el gobierno argentino se propone insistir con el control dentro de la planta de
UPM en Fray Bentos y con la participación de técnicos de ambos países. Por el otro, la administración de José Mujica aspira a involucrar a Brasil en el monitoreo e incorporar otros emprendimientos productivos ubicados en la cuenca del río. El mandatario uruguayo dijo ayer a Búsqueda que el río tiene un buen recorrido en Brasil cuando llega acá “y puedo decir que algunas cositas vienen de allá”.Vale recordar que el curso de agua internacional tiene 1.800 kilómetros de extensión y forma parte de los territorios de Argentina, Brasil y Uruguay, y que el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya señala que Argentina y Uruguay coinciden en que la concentración total de fósforo en el río era elevada antes de que comenzara la construcción de la fábrica y que el aporte de la planta es insignificante en comparación con otras fuentes.Con estos antecedentes se disparan algunas preguntas: ¿En qué estado se encuentra el río Uruguay? ¿Qué tipo de controles ambientales se realizan hoy a lo largo de los 1.800 kilómetros de cauce? ¿Qué explica que las aguas tengan altas concentraciones de fósforo y de nitrógeno? ¿Qué garantías ofrecen los controles ambientales que ya se realizan a la pastera UPM en Fray Bentos? ¿Y cuánto inciden las ciudades ribereñas, las industrias y la agricultura?Para responder estas y otras preguntas estamos en diálogo con Óscar Ventura, doctor en Química, catedrático de Química Cuántica, que ha estudiado el impacto de la planta de Botnia y de otras actividades sobre el río Uruguay.

***

JAE - Antes de entrar en los aspectos ambientales y las características, vamos a repasar rápidamente las definiciones que suelen hacerse con respecto al río Uruguay: tiene 1.800 kilómetros y se puede considerar que tiene tres tramos, el alto Uruguay, el medio y el bajo Uruguay; la parte superior es rápida, poco navegable, abarca el recorrido desde la confluencia del Pelotas y el Canoas al norte medio de Brasil hasta la desembocadura del Piratiní, extensión 1.816 kilómetros; el medio Uruguay entre el Piratiní y Salto, en nuestro país, y el bajo Uruguay, desde Salto hasta la desembocadura.¿En qué estado se encuentra el río Uruguay en su extensión total?

ÓSCAR VENTURA:Vamos a ponerlo un poco más en contexto. El río Uruguay no es un cauce de agua aislado, por tanto debemos considerar toda la cuenca del Río de la Plata, que incluye el río Uruguay y el río Paraná, que desembocan en el Río de la Plata. Todo eso constituye un recurso hídrico muy importante para nuestros países, e involucra a Brasil, Argentina, Uruguay y eventualmente también a Paraguay.En concreto respecto al río Uruguay y a tu pregunta, podemos encararlo desde dos puntos de vista: cómo estaba hace muchos años, cuando no hay duda de que no estaba afectado por esta industria ni por otras, y cómo está en este momento. Para eso podemos recurrir a la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), que se creó hace muchos años y en 1994 produjo un informe sobre el estado del río tras siete años de estudio que concluyó que el río Uruguay era un río limpio.¿Qué quiere decir que es un “río limpio”? El río Uruguay tiene un régimen un poquito especial, hay una parte central, que es donde está el canal, que es la que tiene mayor profundidad, donde el agua corre muy rápidamente, y luego tiene las zonas de playa, las zonas cercanas a las riberas de Argentina y Uruguay y de las islas intermedias, que tienen otro régimen, allí el agua se renueva mucho menos frecuentemente y eventualmente hay fenómenos de contaminación local.Desde el punto de vista del río en su conjunto, es un río limpio que tiene fenómenos locales de contaminación. En el informe de la CARU de 1994 se decía específicamente que las pocas violaciones de los estándares –la contaminación se mide respecto a determinados estándares– se concentraban en tres puntos: Bella Unión-Monte Caseros, que es el punto de entrada al sistema uruguayo-argentino –ahí se vincula con lo que dice el presidente Mujica, que Brasil está muy involucrado en lo que pasa en el río Uruguay, porque el curso superior transcurre en Brasil–, Salto-Concordia y el tramo en Fray Bentos. Lo curioso es que este informe decía específicamente que en la estación de Fray Bentos, que coincide con la descarga del río Gualeguaychú, se habían encontrado algunos valores altos de metales pesados, sobre todo de plomo.JAE - Gualeguaychú tiene un parque industrial que también ha estado en el tapete en estos días.OV - Efectivamente, Gualeguaychú tiene el Parque Industrial de Gualeguaychú (PIG), que desemboca en el río Gualeguaychú, que a su vez vierte sus aguas en el río Uruguay.JAE - La CARU históricamente se maneja como tratado en la parte inferior, en lo que tiene que ver con Argentina y Uruguay.

OV - Por supuesto, es una comisión binacional.

JAE - Entonces, ¿qué pasa al norte, en los primeros tramos, en los largos primeros kilómetros que tiene el río Uruguay en Brasil, con frontera con Argentina y demás?

OV - No hay algo similar a la CARU en ese ámbito. Una vez que abandonamos Uruguay, el río Uruguay tiene todavía una ribera Brasil y otra Argentina. No hay un organismo similar a la CARU entre Brasil y Argentina, y lo que pasa en ese lugar recién ahora se empieza a analizar. Debido a todo el problema que se ha dado con la pastera recién ahora se trae al tapete que si queremos conservar la salud del río no podemos fijarnos solamente en lo que tenemos, sino también en lo que entra en el río. Por eso hacía la precisión de que ya en el 94 se hablaba de que el punto de entrada al sistema entre Uruguay y Argentina venía con problemas.


Eso se refleja en el caso del fósforo, el fósforo que tiene el río fundamentalmente viene de las actividades agrícolas, de los fertilizantes y algún otro tipo de agroquímico. El tenor de fósforo del río Uruguay ha sido elevado desde siempre, no es una cosa que se haya constatado en los últimos años. Hay un informe de la
Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) que se publicó en 2007, cuando se hicieron cuatro campañas –allí están reportadas tres, pero fueron cuatro campañas–, en el que las gráficas muestran claramente que mucho antes de que empezara a funcionar en aquel tiempo Botnia, hoy UPM, el tenor de fósforo era sistemáticamente elevado.

JAE - ¿Qué quiere decir esto en términos ambientales, en términos de la salud de las personas?OV - En general cuando tú hablas de la contaminación de las aguas separás dos grupos de posibles contaminantes, uno son los realmente tóxicos, por ejemplo los metales pesados, no podemos admitir que existan mercurio, cromo, plomo, fenoles, y por otro lado los nutrientes, que son nitrógeno y fósforo. Los nutrientes de por sí no tienen ningún efecto deletéreo sobre la salud humana ni la salud animal, no es que porque haya mucho fósforo en el río si alguien toma de esa agua se va a enfermar.

JAE - Son productos que se utilizan mucho en la agricultura y la ganadería.

OV - Exactamente. Cuando están en el río algunos organismos, fundamentalmente algas, se desarrollan mucho porque tienen mucha “comida” –por eso se llaman nutrientes–, y cuando se desarrollan demasiado se dan los fenómenos de floraciones algales, que se conocen muy bien en el río Uruguay, en la represea de Salto Grande y demás, que quitan el oxígeno del agua. Se forma una colonia que impide que la luz penetre en las profundidades y a su vez consume el oxígeno del agua, entonces otros organismos como los peces no pueden desarrollarse. Ese es un fenómeno de daño indirecto sobre el río. Y no es un fenómeno que ocurre solamente en el río Uruguay, ocurre en muchos lados, y me gustaría vincularlo con la idea del presidente Mujica de involucrar a Brasil.En el mar Báltico se da una cooperación del estilo de la que el presidente Mujica quiere llevar adelante. El mar Báltico está rodeado por muchos países (Rusia, Polonia, Alemania, Dinamarca, etc.) y tiene una salida muy chiquita, es un sistema cuasi lacustre, un mar donde las aguas se renuevan muy lentamente, y tiene los mismos problemas que tenemos nosotros. Polonia, por ejemplo, que tiene una agricultura muy intensa y extensa, contribuye con muchos nutrientes al Báltico, entonces se creó una comisión, la Helcom, la Comisión de Helsinki, que hace lo que nosotros deberíamos hacer aquí y lo que el presidente Mujica está tratando de llevar adelante.

JAE - Además Brasil tiene la zona de Mato Grosso, que es muy intensiva en uso de recursos y con un área importante de agricultura.

OV - Sí. Yo no soy un experto, no puedo decir exactamente cuáles son los vertidos industriales y los vertidos de la agricultura que hace Brasil. Es un tema que recién se está poniendo en el tapete, sobre el cual la literatura no es demasiado extensa, pero lo vamos a tener que estudiar en los próximos años.

JAE - Para hacer estos controles, si se avanza con la voluntad política de extender el monitoreo ambiental a todo el río, como plantea Uruguay, ¿hay material, hay capacidad suficiente y personal capacitado adecuadamente?

OV - Sin duda, hay científicos brasileños, argentinos y uruguayos, y técnicos, porque hay que diferenciar la actividad que realizan unos y otros. Sin ninguna duda, hay material humano capacitado, hay procesos de formación. Esto no es una cosa estática, 10 años atrás la DINAMA no tenía las posibilidades que tiene hoy, los recursos humanos que tiene hoy. Todo se sigue desarrollando, vamos aprendiendo y cada vez tenemos mejores recursos. Los técnicos para realizar los análisis existen, pero hay aspectos muy puntuales en los cuales tenemos los técnicos para hacer los análisis pero no tenemos el equipamiento. Por eso el presidente Mujica dijo que los análisis se van a mandar a Canadá, en particular se refiere a los análisis de dioxinas y furanos que no tenemos capacidad local para efectuar. No quiere decir que no existan los analistas, tenemos personas preparadas, pero no tenemos los equipos, entonces hay que mandarlos afuera. Pero sin duda que la ciencia y la técnica en Uruguay, Argentina y Brasil están perfectamente equipadas para llevar adelante esos controles.

JAE - Para explicar el estado del río Uruguay están por un lado la agricultura y los aportes de fósforo y nitrógeno; ¿hay también problemas con los vertidos de las ciudades?

OV - Por supuesto. Generalmente se habla de fuentes puntuales y fuentes difusas; la agricultura, el lavado de los suelos, es una fuente difusa, porque viene por muchos lados. En el caso de las ciudades están las salidas de los vertidos de las aguas servidas, en esos puntos existe una alta concentración de coliformes termorresistentes, de fósforo y nitrógeno, porque todo eso viene de las aguas servidas no procesadas. Cada vez que una de estas ciudades de 20.000, 30.000, 100.000 habitantes, incorpora un sistema de tratamiento de las aguas servidas mejoramos la salud del río.En nuestra ribera en particular tenemos el plan de tratamiento de las aguas servidas de Fray Bentos, que se va a hacer en el sistema de tratamiento de efluentes de la propia UPM, y están en carpeta las plantas de tratamiento para Salto y Paysandú. Del lado argentino, la ciudad de Gualeguaychú tiene una planta de tratamiento de efluentes cloacales, por tanto no salen tan mal, pero por ejemplo el balneario Ñandubaysal, donde se juntan miles de personas, tiene un tratamiento muy primario. Hace poco hubo un suceso, una centena de bañistas tuvieron sarpullido porque por las grandes lluvias y las crecidas del río se desbordaron las piletas y la materia fecal ingresó en el río.

JAE - A nivel industrial destaca como foco Gualeguaychú con su parque industrial.

OV - Hay muchos, el emprendimiento industrial que está mejor controlado y que tiene los estándares más exigentes de todos es UPM. Hay un parámetro que se llama la demanda biológica de oxígeno que está relacionado con la salud del río; si tú te fijás en los límites establecidos en Entre Ríos y en Uruguay, mientras que el PIG excede en un 600% el permiso para alterar este parámetro, UPM apenas utiliza un 3% de lo que tiene asignado. Esa es la diferencia, en un caso está excedido seis veces y en el otro no llega a consumir siquiera el 10% de lo que podría consumir.

JAE - Vamos a repetir ese concepto, porque es impactante la diferencia.
OV - En estos momentos, el PIG, debido a que tiene un tratamiento de efluentes inadecuado para las fábricas que tiene en su seno, está arrojando al río Gualeguaychú concentraciones de posibles contaminantes que son el 600% del permiso que tiene para operar, está actuando en completa contravención de sus propios principios internos.

JAE - ¿Quién fija esos límites?

OV - Son límites internos de los países. Y en Argentina, como es un país federal, los límites varían de provincia en provincia; Entre Ríos tiene unos determinados límites, y la provincia de Buenos Aires, por nombrar otra, tiene otros límites diferentes.

JAE - ¿Y en el caso de UPM, que utiliza el 3% de su capacidad?OV - UPM tiene un valor límite autorizado de 250 y utiliza 8. Te dicen “semejante fábrica monstruosa…”, el tema es que semejante fábrica monstruosa tiene los últimos elementos conocidos, la mejor técnica disponible para evitar esos vertidos al río, mientras que hay una cantidad de otras industrias, que están en Argentina, porque es un país más industrializado, pero también en Uruguay, que vierten al río cantidad de cosas, desde grasa, que la ves flotando, hasta cosas más complicadas. Por ejemplo, la fábrica Fanaquímica en Entre Ríos fue famosa porque de ella provenía una de las manchas que aparecieron en el río, y fue clausurada porque tenía un problema de vertido. En Entre Ríos solamente el 5% de los emprendimientos industriales tiene habilitación industrial, el restante 95% no tiene permiso ambiental.

***

JAE - Argentina plantea realizar controles dentro de la planta de UPM con participación de técnicos de ese país. ¿Eso cambia algo con relación a la información disponible en la actualidad?

OV - Desde el punto de vista totalmente teórico, de los datos que se obtienen, las conclusiones y demás, no cambia absolutamente nada que dentro de la fábrica de Botnia vengan a inspeccionar un argentino, un ingeniero turco, un ingeniero finlandés o un ingeniero inglés. No cambiaría absolutamente nada, los resultados son exactamente los mismos. De hecho eso se hace, el Banco Mundial para otorgar los créditos que necesitaba Botnia para operar contrató a EcoMetrix, que es una consultora cuyos ingenieros y técnicos son extranjeros, y ellos hacen exactamente ese tipo de análisis, analizan lo que pasa dentro de la fábrica. Quiere decir que desde el punto de vista teórico no habría ningún problema en que viniera cualquier persona a mirar cómo son los procesos de la fábrica, cómo es la producción y demás. El tema está más bien en la soberanía, en las relaciones internacionales. No es un problema técnico. Lo planteado muy bien por el presidente Mujica y por la oposición –en particular el senador Ope Pasquet, que planteó lo mismo ayer en el Senado– es qué es lo que se controla y cómo, y además que exista una reciprocidad, que si Argentina va a controlar fábricas en Uruguay, Uruguay tendría que tener el derecho a controlar fábricas en Argentina.

JAE - Ese es el planteo. ¿Qué opina con respecto al sistema de monitoreo que está funcionando hoy en la zona de influencia de UPM?

OV - El sistema de monitoreo es perfecto. Dividamos la cosa en dos partes, para simplificar un poco. Supongamos que tú tenés en tu casa un equipo de sonido muy potente y lo ponés a todo volumen. ¿Qué es lo que importa desde el punto de vista de tus vecinos? Que ese sonido no perturbe su paz, que no salga de tu casa; lo que se monitorea no es cuál es volumen de tu equipo de sonido, sino cuánto de ese sonido sale de tu casa y molesta a los vecinos. Con las emisiones pasa lo mismo. La CARU monitorea la salud del río, monitorea el uso racional y eficiente del río Uruguay, porque si uno de los países contamina el río el otro ve menoscabados sus derechos. Lo que se monitorea es el ambiente, el río Uruguay. Para eso no existe necesidad de ingresar a las empresas, y de hecho el Estatuto del Río Uruguay, que rige todas nuestras relaciones, dice en su artículo 41 que los responsables de realizar el monitoreo de las industrias son las partes, los países, Argentina en su jurisdicción y Uruguay en la suya. Eso en lo que respecta al ambiente.Otra cosa es lo que hace Uruguay. Uruguay, mediante sus organismos de control propios, por ejemplo la DINAMA, monitorea que se cumpla la legislación doméstica uruguaya y con los estándares de la CARU. Eso es lo que hace Uruguay en las empresas. Entonces en particular con Botnia, pero con cualquier otra, como Isusa o cualquier otra de las empresas químicas, la DINAMA monitorea los datos, los procesos, verifica que las medidas se hagan de acuerdo con los protocolos internacionales. En UPM se hacen visitas programadas y visitas sorpresivas; eso que tanto se ha dicho, que es territorio finlandés y que no se puede entrar es una macana total.

JAE - Ese es un elemento importante que teníamos chequeado también por otro lado, que los controles dentro de la planta ya se hacen.

OV - Por supuesto, se han hecho desde el primer momento. Es más, la DINAMA tiene una línea de base que comenzó dos años antes del funcionamiento de la fábrica, la DINAMA sabe contra qué está comparando, sabe cómo estaba el río antes de que funcionara Botnia. Y aparte de monitorear el río, monitorea que los efluentes, lo que sale del caño de vertido de efluentes líquidos y de las chimeneas, esté conforme a las autorizaciones que le dio. La fábrica tiene una serie de autorizaciones de las cuales no se puede escapar, porque es penalizada.

JAE - Hace poco tiempo aparecieron, a raíz del caso de British Petroleum (BP) en el golfo de México, algunos elementos vinculados a la calidad de información para prevenir, para advertir posibles inconvenientes. ¿El sistema actual en el caso de UPM permite eso? ¿Es suficiente lo que se conoce para advertir a la industria y a la sociedad y evitar efectos nocivos para el medioambiente?

OV - Son procesos industriales bastante diferentes. En el caso de BP es un pozo de petróleo que no se puede tapar, algo que está permanentemente contaminando.JAE - Eso está claro, me refiero a la capacidad de anticipación de eventuales problemas.OV - La capacidad de anticipación existe, este accidente de BP no ocurrió sin que los técnicos supieran que podía ocurrir, hubo o bien errores humanos o bien errores de mal manejo de la situación, o quisieron ahorrar de dinero, o miles de otras cosas, el tema es que ignoraron las advertencias previas y no hicieron lo que tenían que hacer. Hasta ahora, en los casos en que ha habido pequeños accidentes en Botnia, los sistemas siempre han funcionado y en ningún caso hubo ningún peligro de vertido al río o de cualquier tipo de contaminación.

JAE - Tengo dos preguntas de la audiencia. Héctor de Buceo dice: “Si el agua de UPM sale limpia, pregunto qué destino tienen los contaminantes resultantes de su depuración”.

OV - El agua que se toma del río para los procesos de Botnia pasa por un proceso de depuración antes de ser utilizada, porque el río ya tiene una cantidad de “contaminantes”, una cantidad de sustancias químicas que no es bueno que entren a los procesos. Cuando se hace el proceso, hay una cantidad de elementos que están presentes en la madera, que son naturales, que vuelven a salir al río- Si yo ingresara de nuevo esos elementos en el proceso, si yo siguiera recirculando esa agua, todo aquello que está en la madera y que termina en el agua, que es natural, se empieza a concentrar y llega un momento en que se forma una masa muy grande de elementos químicos naturales que en esa cantidad producen problemas. Entonces se utilizan los cursos de agua para que esas sustancias que son naturales, que existen en la naturaleza, nunca excedan los valores límites, pero en realidad no exceden siquiera una décima parte de esos valores límites que pueden ser metabolizados por el ambiente, que el río tiene presentes en su curso natural. Mucha gente plantea: ¿vos te tomarías el agua a la salida del agua de Botnia? No, como tampoco me la tomaría en el río Uruguay antes de que Botnia la recoja, no es agua potable, es agua de río. Lo mismo que te hace antes de entrar te hace después de salir.

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sábado, abril 24, 2010

LO QUE DEJA LA HAYA y LO QUE QUEDA POR VENIR.

LO QUE DEJA LA HAYA y LO QUE QUEDA POR VENIR.

23.04.2010
Análisis político de Oscar A. Bottinelli

EMILIANO COTELO: Ha habido muchas noticias, opiniones y comentarios sobre el fallo que emitió el martes al mediodía –hora uruguaya– la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya. Hoy incorporamos otro enfoque. El politólogo Oscar A. Bottinelli, director de Factum, analiza lo que deja esa sentencia y lo que queda por venir, en particular los pasos a dar por el gobierno y los riesgos en que incurre.***EC – ¿Por dónde empezamos?
OSCAR A. BOTTINELLI: Es un fallo dentro de lo previsto, esto lo ha señalado casi todo el mundo, no ha habido sorpresas. Sin embargo, a nuestro juicio hubo una novedad –esto sí imprevisto– extraordinariamente favorable a Uruguay que no apareció recalcada en el comentario oficial del ministro de Relaciones Exteriores como vocero del gobierno ni en las opiniones vertidas del oficialismo, pero tampoco en la oposición y los especialistas. Y es el contenido estricto de la primera de las tres cláusulas dispositivas del fallo, que dice textualmente: “Por 13 votos contra 1 dice que la República Oriental del Uruguay ha faltado a sus obligaciones de naturaleza procesal que a ella le incumben en virtud de los artículos 7 a 12 del Estatuto del Río Uruguay de 1975, y que la comprobación por la Corte de esta violación constituye una satisfacción apropiada”. Esto resalta más aún lo que fue la victoria uruguaya, pues acentúa por un lado el carácter estrictamente procesal de la violación, lo cual queda ratificado en el segundo punto dispositivo cuando dice que no hubo violación sustantiva. Pero además lo importante es que al decir que la comprobación por la Corte es por sí la satisfacción apropiada está calificando cuál fue la gravedad de la violación. Es decir, una violación a una parte procesal, que basta declarar que lo violó para que quede ya satisfecha la otra parte, ya se produjo la reparación suficiente.
EC – O sea, lo que está diciendo en definitiva la Corte es que es una violación menor.
OAB – Que es una violación casi insignificante, lo que dice es eso realmente. Ahora bien, también el tema con esto queda clausurado, Argentina lo siente como una victoria moral, así lo quiso juzgar el gobierno argentino, el oficialismo y los socialistas argentinos. Pero en lo sustantivo no cabe duda del triunfo uruguayo. Como escribe Carlos Malamud, catedrático de historia de América, investigador y jefe del Real Instituto Elcano de Madrid: “ Si hubiera que dictaminar la existencia de un ganador, este debería ser, por los puntos, Uruguay, cuyas principales tesis, que la planta no contamina ni debe ser desmantelada, fueron refrendadas por los magistrados internacionales”.
La Haya deja pues un triunfo uruguayo y una derrota del gobierno argentino. Pero además una limitante significativa para Uruguay -esto se ha encargado reiteradamente de marcarlo el gobierno argentino-: de aquí en más no puede haber ningún emprendimiento que afecte al río Uruguay sin aplicar las consultas previstas en el tratado de 1975, lo cual confiere una inusual importancia a la integración de la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay) que en general fue manejada con poca importancia política, y en la parte técnica muchas veces se buscaba gente de la Armada. Ahora el gobierno va a designar como presidente de la Comisión a un asesor técnico de altísima confianza del canciller, el doctor Mata –que no es del gobierno– por su alta capacidad técnica. Y Malamud agrega otro elemento significativo: “Si algo demostró el contencioso fue la incapacidad del Mercosur y de sus gobiernos de solucionar la disputa o de arbitrar los resultados para llegar al mismo resultado”. Lo que puede leerse como que otro gran derrotado en este conflicto ha sido Brasil, porque demostró una incapacidad de liderar una región –una región de cuatro donde él tiene el papel sustancial–, fue incapaz de buscar soluciones, incapaz de arbitrar, incapaz de llegar a un tipo de resultado. Lo que queda ahora es lo que todos sabemos, lo que no estuvo en La Haya: el corte del puente binacional General San Martín que une Fray Bentos con Puerto Unzué.
EC – ¿Y por dónde pasa la posibilidad de levantamiento de ese bloqueo?
OAB – Lo primero es que hay que ver quién es el responsable del corte del puente. La tesis sostenida por Uruguay a lo largo del gobierno pasado es que el corte es responsabilidad del gobierno argentino. ¿Por qué? La tesis es que porque ante una violación tan flagrante del derecho nacional e internacional –la violación del derecho a la libre circulación– en general sólo caben dos posibilidades: que el Estado responsable no puede impedirlo o que no quiere terminar con esa violación. Si no puede –esto se sostuvo muchas veces– es que un Estado está reconociendo su incapacidad de ser un Estado en sentido pleno, porque no tendría la posibilidad del uso de la fuerza para imponer el derecho, que es un elemento básico en la definición de Estado. Si es al revés, si puede hacer valer el derecho y la violación continúa, es porque hay un aval explícito o tácito de ese Estado. En otras palabras, la tesis uruguaya siempre fue que la responsabilidad del corte es del gobierno argentino y no de los llamados asambleístas de Gualeguaychú.Esta tesis fue esgrimida por primera vez –dando la importancia que el corte del puente era un tema previo a todo– por [Julio María] Sanguinetti, un hombre que maneja mucho las relaciones políticas internacionales, en febrero de 2006. Vázquez primero no fue por esa línea, cometió aquel traspié del acuerdo con Kirchner en Chile que obtuvo enseguida un griterío de la oposición, hubo un sordo malestar interno en la propia fuerza política, hubo una caída muy fuerte de su popularidad –la primera que tuvo–. Y en 30 días hizo un giro de 180 grados y caminó sin vacilaciones, y hasta con dureza, por la tesis que fue apoyada en su momento por todo el sistema político: que el desbloqueo del puente pasaba a ser un tema previo a cualquier otra discusión con Argentina. ***
EC – ¿Esa posición uruguaya sigue así o últimamente están dándose cambios?
OAB – Acá hay una primera punta, alguna señal de cambio en la posición uruguaya. El ministro de Relaciones Exteriores uruguayo acaba de declarar que es la Justicia argentina la responsable de liberar los cortes, lo cual quiere decir que exculpa al gobierno argentino de responsabilidad. Y esto en sí mismo es un viraje sustancial respecto a lo sostenido en la administración Vázquez, que con contó en aquel momento con el apoyo de todo el sistema político. Entonces la duda queda planteada: si el presidente Mujica no empieza a caminar en una línea de considerar que las relaciones argentino-uruguayas, como también las venezolano-uruguayas, se debilitaron por un tema de enfrentamiento personal de los mandatarios. Vale decir que del lado uruguayo este fue un problema de Vázquez y no un problema entre Estados o entre gobiernos. Los pasos posteriores despejarán si aquí hay un viraje y un intento de desmarcarse de la tesis sostenida por el gobierno de Vázquez.En realidad en esta misma línea apareció el internacionalista González Lapeyre, en una postura técnica, que dijo que el corte era responsabilidad de un grupo particular: los asambleístas de Gualeguaychú. A favor de la otra tesis, que sostuvo Vázquez, se señala que el gobierno de Néstor Kirchner y el actual de su esposa despejaron todos los cortes habidos en territorio argentino que tuvieran consecuencias internas para Argentina –dejemos de lado los dos puentes–. Despejaron los cortes desde el Chaco hasta la Patagonia; cortes de ruta, de puentes, de calles, no sobrevivió uno sólo. Acá hay que ser muy claro y muy realista: los terminó en algunos casos la fuerza pública, pero en otros lo terminaron los piqueteros que responden al gobierno argentino –algunos de ellos conducidos por el célebre D’Elía–. En general los Kirchner se han caracterizado por no aceptar la menor disputa del poder, el menor desafío, en ningún terreno.Entonces estas declaraciones del canciller uruguayo marcan un viraje, sorprenden un poco, sobre todo porque después afirma: “No nos podemos dirigir al Poder Judicial argentino y decirles que levanten el corte ahora. Esa es la lógica, no hay piquete en Argentina que no se haya levantado a través de un dictamen judicial, este no es ajeno a este esquema”. Con esas declaraciones aparecen dos cosas: primero, tenemos una información errónea sobre la historia de los cortes y los piquetes en Argentina al sostener que no hubo ningún caso en que el levantamiento no haya sido decisión judicial. Y está surgiendo una contraposición con la tesis sostenida por el gobierno Vázquez. Si uno tiene un conflicto en países de Estado de derecho porque un poder judicial no se pronuncia, no genera la tensión entre gobiernos que se generaron en todos estos casos. Si no hay levantamiento al corte del puente antes de la cumbre presidencial de la semana que viene, claramente ese solo hecho quiere decir que hay un cambio de tesis en Uruguay –que estará bien o estará mal, ese es otro tema– porque ya no sería de previo pronunciamiento el levantamiento del mismo o de los mismos.
EC – En el comienzo del planteo del tema de hoy tú también proponías hablar de posibles riesgos en este camino que empieza a seguirse.
OAB – Del lado argentino se oyen versiones, rumores, de que Uruguay iría a un intercambio de concesiones, a lo que se dice un quid pro quo. Si llega a ser eso, se está hablando mucho desde el lado argentino y surgen como rumores de la diplomacia argentina que Uruguay iría al levantamiento del veto de la figura de Kirchner para la Secretaría General de la Unasur. Del lado uruguayo no ha habido ninguna señal en ese sentido, e incluso el canciller dijo que no se estaba considerando el tema. La Unasur tiene una reunión ahora en mayo para tratar entre otras cosas esto, lo podrá tratar o lo podrá postergar, como en veces anteriores. Acá viene del lado argentino y Uruguay no ha dado ninguna señal, pero queda picando ese riesgo. Lo que vemos es que existe alguna confusión –lo hemos visto en sectores del gobierno– entre concesiones a la Argentina y concesiones al gobierno Kirchner, como si fueran sinónimos, haciendo una lectura de lo que pasa en Argentina como si fuera la realidad uruguaya. Quizás también hay algo de soberbia, uno oye frases como “A enemigo que huye, puente de plata”, lo cual es peligroso porque da la impresión de que a alguna gente el éxito de La Haya se le sube a la cabeza, y no es la mejor forma de actuar. Pero sobre todo no comprender que la oposición argentina no está toda junta detrás del gobierno, al contrario. Es un tema que obviamente no conmueve demasiado a Argentina como conmueve a Uruguay, fue titular de los diarios al día siguiente y después prácticamente la noticia se ha ido diluyendo, pero lo que se observó en figuras importantes de la oposición fue una gran dureza contra el gobierno argentino por como condujo todo este conflicto, por la derrota en La Haya. Frases como la de Carrió: “Si Argentina no tenía argumentos, no sabía defenderse, no se va a la Justicia. No se plantea un fallo de esta manera para quedar derrotados como quedamos”. Es decir, hay un cobro de cuentas a Kirchner y alguno ha expresado el temor – sobre todo esto se ha visto más en rumores que salen en cosas privadas–de que Uruguay aparezca tirándole un salvavidas a los Kirchner y que entonces quede a merced de generar malestar a la oposición. A veces acá cuesta darse cuenta de que a los Kirchner les queda muy poquito más de 19 meses. No se sabe el futuro, en este momento es muy mala la opinión pública y las intenciones de voto que puede tener ese espacio político. Y es muy riesgoso para el gobierno uruguayo torear a la oposición y quedar a merced de los vaivenes políticos argentinos. Y un levantamiento de veto a la Unasur, si no cuenta con la expresa autorización o apoyo político de Tabaré Vázquez, puede ser visto como una desautorización a Vázquez y además generar malestar en la oposición argentina; es decir, darle un lugar de relieve a una persona a la que están combatiendo por tierra, mar y aire.
EC – ¿Una última consideración?
OAB – El triunfo en La Haya obliga al gobierno uruguayo a actuar con mucha fineza. El presidente sabiamente se ha llamado a silencio, porque cualquier error que cometa el gobierno uruguayo le puede costar caro, no inmediatamente sino en el mediano plazo, de aquel lado del río; pero también le puede costar caro, también a mediano plazo, de este lado del río. Así que en medio de la algarabía de la fiesta conviene mucha prudencia.***

RelojesWeb para Pisos!

sábado, marzo 06, 2010

RelojesWeb para Pisos!



PAPELERAS :





Las mentiras tienen patas cortas.

por Alejandro Villaverde





Los informes de laboratorio de tres Universidades Nacionales confirman lo que el sentido común y las fotos satelitales señalaban. Las afecciones de diarrea y sarpullido a turistas en la playa de Ñandubaysal ubicada a 15 km de Gualeguaychú y a otros 15 km de la planta de celulosa surgen del desborde de dos lagunas sanitarias que se encuentran en el parador propiedad del Señor Carlos Sánchez Álzaga y que desbordan aguas arriba de la playa. El Intendente Municipal de Gualeguaychú Señor Juan José Bahillo hace varios días que tiene los análisis en su despacho. Lo mismo el Señor Carlos Sánchez Álzaga así como los principales referentes de la ACAG. El resultado es conocido: "materia fecal diluída". Y el hilo se cortó por lo más fino con la renuncia del Secretario de Ambiente de la Municipalidad de Gualeguaychú Dr. Piaggio. ¿Aplicará el Señor Intendente Municipal de Gualeguaychú Juan José Bahillo las multas que corresponden al Señor Carlos Sánchez Álzaga? La desesperación de los Señores de la Asamblea de Gualeguaychú es cada día más evidente, y ya no saben que inventar para defender lo indefendible. El río Uruguay viene de la crecida más grande luego de 1959, donde camalotes y juncos estuvieron semanas enteras completamente bajo el agua, se secaron y parece que la razón es otra. No se puede tapar la verdad con una excursión de turismo aventura con políticos oportunistas y demagogos como el Dr. Jorge Pedro Busti, el mismo que hace pocos años firmara un decreto para promover la instalación de pasteras en su provincia. Informes decididamente falsos como los que suman alegremente toneladas demostrando supina ignorancia de gente sin ninguna base técnica ambiental, y disimulan lo que es más que evidente, que no hay un sólo parámetro de calidad de agua y aire que haya cambiado luego de la puesta en marcha de la pastera.

Ni que decir que ninguna de las catástrofes que se anunciaron se han cumplido, como la supuesta imposibilidad de producir y exportar a la Comunidad Europea alimentos un un radio de 100 km de una pastera. Gualeguaychú viene de una cosecha record de trigo y su Cooperativa Apícola sigue exportando miel a Europa. Mientras tanto Gualeguaychú tiene su sistema cloacal desbordado, sus olores nauseabundos como lo indica la propia prensa local invaden la ciudad, y su Parque Industrial (PIG) tiene su planta de tratamiento de efluentes totalmente desbordada desde hace años, y la promesa de construir una planta de efluentes nueva se posterga indefinidamente. Ni que decir que ninguna empresa del PIG -incluyendo la multinacional inglesa Unilever que fabrica los nonilfenoles de uso libre para fumigar mezclados con glifosato la soja en Gualeguaychú- ni tiene estudio de impacto ambiental, ni monitoreo de efluentes, ni publicación de sus resultados, ni información a Uruguay en clara violación al Estatuto del río Uruguay. Lo del principio, la mentira tiene patas bien cortas.


© Alejandro Villaverde para Informe Uruguay



PAPELERAS : Para Bahillo el episodio de sarpullidos a bañistas “es más difícil de vincular” a Botnia Luego de insistentes versiones sobre que las afecciones de diarrea y sarpullido a turistas en la playa de Ñandubaysal fueron producto del desborde de dos lagunas sanitarias de ese balneario, así como que la intendencia ya cuenta con los estudios que así lo confirman, DIARIOJUNIO, entrevistó en la mañana de hoy al Intendente Juan José Bahillo. Categórico, Bahillo dijo “todavía no tenemos nada, estos estudios se realizan en la Universidad de La Plata y en la UBA, me aseguraron que estarán esta semana”. De todos modos y al hacerle mención a estas versiones, el Intendente de Gualeguaychú reconoció que el episodio de sarpullidos a bañistas “es más difícil de vincular” a Botnia y como forma de despegarse de esa aseveración, agregó. “esa madrugada llovieron 140 mm.”. Cuando lo consultamos si no es contraproducente acusar tan rápido a Botnia, titubeó y respondió “ehhhh, porque acá hay una sensibilidad muy especial”. Reconoció que el apoyo al corte ya no es unánime y sobre lo que vaya a dictaminar La Haya dijo que “como Estado, como individuos y como comunidad, los fallos de la justicia deben ser acatados”. Los rumores ya publicados aseguran que los trastornos en la piel provocados a un centenar de bañistas en Gualeguaychú se deben al desborde de liquidos cloacales en el camping El Ñandubaysal ubicado a 15 km de Gualeguaychú y a otros 15 km de la planta de celulosa Botnia. Como se sabe, el parador es propiedad de Carlos Sánchez Álzaga.