sábado, mayo 20, 2006

CELULOSA: UNA ARGENTINA QUE PIENSA Y USA LA RAZÓN.

Papeleras, patoteos y papelones.


Por Malú Kikuchi


*/Si nuestra Argentina tuviera políticas de estado; si nuestra Argentina
respetara los acuerdos y protocolos firmados; si nuestra Argentina
viviera un pleno estado de derecho; si nuestra Argentina fuera en serio
"un país en serio" no sólo como eslogan electoral; si, si... pero no.
Patoteamos a un vecino país hermano, hacemos papelones internacionales y
hablamos de papeleras cuando se trata de plantas de celulosa. ¡Ni en el
idioma somos correctos!/ *


Las "papeleras" --que no son tales-- son plantas de celulosa, tienen
demasiadas aristas y el tema es complejo. Lo mejor es ir a los hechos.


Hechos. El Banco Mundial otorga un crédito de U$S 1.800 millones a dos
empresas europeas, la española ENCE y la finlandesa BOTNIA, para
establecer sendas plantas de celulosa en las cercanías de Fray Bentos,
en el vecino país, frente a Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos; río
Uruguay de por medio. Río que compartimos. Inversión importantísima, que
no compartimos y promete muchos puestos de trabajo... para la República
Oriental del Uruguay.


Hechos. De un lado, Gualeguaychú y su gente, los intendentes ribereños,
las ONG ambientales, la provincia de Entre Ríos y el gobernador Busti,
casi todos los medios y hasta el gobierno Federal, gritan:
"¡contaminación!". Exigen parar la construcción de las plantas. Para
presionar, cortan los puentes internacionales que unen a los dos países.
Hecho que configura un delito que no sólo afecta a los uruguayos sino
que también lo hace con los argentinos que pretenden viajar al Uruguay.
Sostienen que el estudio sobre impacto ambiental que se hizo a pedido
del Banco Mundial, es "trucho" (¿?) Es sabido que el Banco Mundial,
subjetivismos de lado, es sumamente cuidadoso en el tema ambiental.


Hechos. Todas las plantas de celulosa, contaminan. Toda acción humana
tiende a la contaminación. Al aparecer, sobre el planeta la especie
humana es, en sí misma, un impacto ambiental. El hombre es el único
animal capaz de modificar la naturaleza para ponerla a su servicio. Al
hacerlo, contamina. Pero también tiene la inteligencia suficiente, y
ahora los conocimientos necesarios, como para minimizar el impacto
negativo. Las modernas plantas de celulosa, las llamadas de "generación
verde", contaminan en cantidades absolutamente inocuas. A esa generación
pertenecen las plantas que se construyen en el Uruguay.


Hechos. ¿Si las plantas de celulosa contaminan, aunque sea poco (y luego
esa poca contaminación se remedie), para qué necesitamos celulosa?
Porque consumimos papel para comunicarnos, a través de medios gráficos y
computadoras; porque usamos papel para todo aquello que tenga que ver
con el "packaging" y, en este último caso, sólo se lo podría reemplazar
por plástico y sería inconmensurablemente más dañino e imposible de
remediar. Mientras usamos papel, forestamos. Y forestar es la mejor
manera de mantener limpio el ambiente. Los árboles son seres mágicos que
tragan anhídrico carbónico y nos devuelven oxígeno. La magia de los
árboles nos permite respirar. Los países altamente contaminantes pagan
su pecado ambiental, forestando. Es un acuerdo internacional, se
contamina en Arkansas y se plantan árboles en Paraguay. Se llaman bonos
verdes y ayudan a paliar los excesos industriales. Además, las
forestaciones son la prueba tangible del desarrollo sustentable. Es
decir, se puede hacer uso de los recursos naturales renovables siempre y
cuando no los agotemos. Se planta, se tala, se vuelve a forestar. Y el
equilibrio de la naturaleza se respeta.


Hechos. La Unión Europea no permite construir a ninguno de los países
que la integran, plantas fuera de su territorio que no cumplan con los
mismos requisitos que en sus naciones. España y Finlandia, forman parte
de la Unión Europea. Se ha calificado a Finlandia como el primer
guardián del cuidado ambiental del planeta. También es el país que
figura primero en todas las encuestas de honestidad y transparencia.
Finlandia es el país con más plantas de celulosa en toda la UE. ¡Hay 19!
Y las 19 tienen totalmente controlada la contaminación. La calidad de
vida de los finlandeses es envidiable.


Hechos. La celulosa se obtiene de la madera. El procedimiento es
relativamente simple. Acá se usan eucaliptus, (se calcula que el
Uruguay, desde la ley de forestación de 1987 del presidente Sanguinetti,
está en condiciones de proveer la madera necesaria para varias plantas
de celulosa, estas dos van a fabricar más pasta de celulosa que todas
las plantas argentinas sumadas). Se separa la corteza de la madera, ésta
es tratada con químicos, se convierte en fibra, se la pasa por una
especie de cedazo y la pulpa resultante, llegado el caso, se plancha y
se convierte en papel. El tema son los químicos. Hasta finales de los 80
sólo se usaba cloro elemental para blanquear la pasta. El cloro es
altamente contaminante, libera dioxinas. (Fuera de las plantas de
celulosa, en Argentina, usamos cloro para potabilizar el agua y en la
lavandina con la que limpiamos y desinfectamos a nivel doméstico. Nunca
nos han medido el impacto ambiental hogareño). A partir de 1993, por
ley, Finlandia establece que las plantas deben estar a 5 kilómetros de
distancia de las zonas habitadas (Fray Bentos está a 5 kilómetros de las
dos plantas y Gualeguaychú a 27 kilómetros) y deshecha el uso de cloro
elemental para usar dióxido de cloro, muy poco contaminante. Esa mínima
contaminación se remedia luego debidamente. La UE exige que todas las
plantas de celulosa usen dióxido de cloro a partir de 2007. Las dos
plantas que se construyen en el Uruguay lo hacen bajo las normas que
regirán en la UE desde 2007. ¿Dónde está el problema? El problema es que
existe otro sistema de producción de celulosa sin usar cloro. Ese es el
sistema que exige Greenpeace para las plantas.


Hechos. El sistema sin nada de cloro, también tiene sus problemas. Al no
usar ni siquiera dióxido de cloro, se usan otros químicos que son
igualmente poco contaminantes, pero que contaminan. Además, al no usar
blanqueadores, el papel que producen no tiene aceptación porque no sirve
para imprimir o escribir sobre él. Sirve para embalaje. De manera tal
que de las 19 plantas de celulosa que hay en Finlandia, 17 usan dióxido
de cloro y sólo dos, nada de blanqueadores. Greenpeace, como cualquier
entidad o ciudadano tiene derecho a expresar sus opiniones, pero la
política exterior de una Nación, se supone, la debe manejar el Gobierno
Nacional y no una ONG.


Hechos. La gente sostiene, inducida por la locura generalizada, que los
europeos instalan sus plantas en el sur porque contaminan y no quieren
contaminarse ellos. La simple verdad es que a los europeos no les
alcanzan los bosques que tienen para producir todo el papel que
necesitan. Nosotros tenemos forestaciones aptas para pasta de celulosa y
es mucho más económico exportar la pasta que exportar la madera.


Hechos. Así como Finlandia es el país con mejor imagen en cuanto a
cuidado ambiental y la UE es la región del planeta más "ecológica", el
Uruguay es el país de Latinoamérica que se lleva el premio en normas
ambientales. "Uruguay, un país natural". ¿Estarán dispuestos a
contaminarse y contaminar? ¿No ha hecho el Uruguay, un país muy, pero
muy serio, ningún estudio de impacto ambiental? Es difícil de creer.


Hechos. De este lado del río Uruguay, en nuestra Argentina, con una
larga tradición en plantas de celulosa (hoy tenemos 10), según Juan
Carlos Villalonga, de Greenpeace, tenemos 10 problemas; hoy no se habla
de cloro, ni de dióxido de cloro, ni de métodos sin blanqueadores. ¿No
contaminan nuestras plantas de celulosa? ¿No arrojan con o sin
tratamiento los desechos de las plantas a los ríos que compartimos con
los vecinos? Nuestras plantas no pertenecen a la generación verde. ¿Por
qué no investigamos? Nos estamos contaminando, pero ¿a nadie le interesa
si la contaminación proviene del territorio nacional? ¿Adherimos a la
contaminación patriótica?


Hechos. ¿Qué pasaría si la República Oriental del Uruguay nos exigiera
que limpiáramos el Riachuelo que desemboca en el Río de la Plata, río
que compartimos? Conste que en la Asamblea de 1813 se hace referencia a
"los saladeros que arrojan las visceras de los animales al Pequeño Río y
con sus hedores no dejan vivir a los vecinos". Es un hecho que casi 200
años no han sido suficientes para que solucionemos un serio problema
ambiental, que nos afecta a todos los que vivimos en la cuenca del
Matanza-Riachuelo-Río de la Plata. ¿Y si, como quiere nuestro
Presidente, consiguiéramos poner en marcha la planta atómica de Atucha
II, paralizada durante 20 años, lo que la convierte en altamente
peligrosa y causáramos un desastre tipo Chernobyl que afectara a
nuestros vecinos? Esta posibilidad preocupa seriamente al Uruguay.


Hechos. La Argentina tiene forestadas en el litoral unas 150.000
hectáreas y, sumando Jujuy y Tucumán, se podría llegar a casi 200.000
hectáreas (sin contar la provincia de Buenos Aires). Un buen capital en
madera. Un buen capital en trabajo para los argentinos. Siempre y cuando
establezcamos reglas de juego claras, iguales para propios y extraños;
aseguremos un real estado de derecho y nos dispongamos a cumplir
tratados ya firmados.


Hechos. En marzo de 2004, el canciller argentino Rafael Bielsa y el
canciller uruguayo Didier Operti (gobierno del presidente Battle),
firmaron un protocolo declarando "solucionado el diferendo sobre las
plantas de celulosa". ¿Qué pasó? ¿No sabía nuestro ex canciller lo que
firmaba?, ¿No fue bien asesorado?, ¿El hecho que tanto Bielsa como
Operti no sean más cancilleres de sus respectivos países invalida el
protocolo?


Hechos. Un hecho positivo, coherente, razonable e internacionalmente
aceptable, sería que nuestro gobierno nombrara un grupo pequeño,
prestigioso y muy conocedor del tema, --tres o cuatro personas
reconocidas mundialmente--, que establecieran los parámetros ambientales
que estemos dispuestos a tolerar. Que luego estudiaran el nivel de
contaminación que produjeran las plantas y sentaran jurisprudencia al
respecto. Si se comprobara que todo está en orden y fuera aceptable para
Argentina, bien. En ese caso, honorablemente, pidamos disculpas. Si no
lo fuera, apelemos a los organismos internacionales. Como lo haría
cualquier país civilizado, sin cortes de puentes ni puebladas. Y las
reglas establecidas, iguales para todos. Para las plantas extranjeras
que pudieran afectarnos, o no, y para las que ya existen en territorio
argentino, que seguramente, nos afectan. Para todas.


Hechos. Hay países que permiten que determinadas industrias contaminen
más de lo tolerable, el nuestro es uno de ellos. Desgraciadamente, la
contaminación se globaliza y no se circunscribe al lugar que la genera.
La contaminación tiene nacionalidad, lo que no tiene son fronteras.


El gobierno tiene la palabra.

El gobierno argentino cortó las tratativas con Uruguay y tomó la iniciativa de recurrir al Tribunal de La Haya, donde le espera un verdadero "papelón" y años de trámite. Mientras tanto que pasa con las relaciones de los dos pueblos, argentino y uruguayo?

El Presidente Kirchner tiene la palabra.

Aún está a tiempo.

viernes, mayo 19, 2006

CORRIENTES Y MISIONES (ARGENTINA), QUIEREN PLANTAS DE CELULOSA.

En Helsinki se bebe el agua del lago donde está instalada Botnia.

Corrientes y Misiones quieren papeleras.

Los gobiernos de las provincias de Corrientes y Misiones analizan que se instalen papeleras en esas dos provincias del noreste argentino según lo que informó a tres medios de Buenos Aires, Rainer Häggblom, principal ejecutivo de una de las consultoras más importantes del mundo en la industria forestal, Jaakko Pöyry, que es, además, la que realizó el estudio de factibilidad de la finlandesa Botnia en Fray Bentos.


ISIDORO GILBERT - CORRESPONSAL EN ARGENTINA*


Ocurre que finalmente Botnia se decidió a invitar a periodistas argentinos a que visiten las instalaciones papeleras en Finlandia y extraigan conclusiones sobre qué impacto ambiental generan realmente. Quieren así contrarrestar la campaña que se despliega contra las pasteras desde Gualeguaychú. Los asambleístas han traslado su queja el miércoles ante las embajadas de Finlandia y Suecia, piensan en días hacerlo frente a la de España y escracharán a los bancos que financien los emprendimientos.


El gobernador de Corrientes, Arturo Colombi ahora no dice ni que sí ni que no, aunque se sabe que él hace tiempo que se entusiasma con atraer capitales para explotar el rico espacio forestal de su territorio. Pero mientras no se defina la situación entre Argentina y Uruguay por las pasteras en Fray Bentos, no quiere entrar en colisión con el presidente Néstor Kirchner. Colombi es de origen radical, pero aliado del gobierno nacional. Había dicho, hace unos meses, en pleno conflicto bilateral por las pasteras de Fray Bentos, que él estaba dispuesto a recibir inversiones para la industria forestal. "Que vengan las papeleras a Corrientes", pidió.


El gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, reaccionó con furia contra Colombi y afirmó que sería una "hipocresía" negociar que industriales del papel se radiquen en Corrientes. A la vez, el ecologista Eduardo Baso del Pont, de la ciudad correntina de Goya, sostuvo que Colombi no sólo inició negociaciones con una empresa finlandesa sino también con otra chilena que, eventualmente, construiría una planta en la localidad de Santo Tomé, a orillas del Uruguay.

Y más. En febrero último, por ejemplo, la población correntina de Santo Tomé se negó a protestar contra la construcción de una fábrica en San Borja, Brasil, ciudad de la que la separa el Río Uruguay. "Hay que aceptar el progreso", dijo entonces el intendente de aquella localidad, Carlos Farizano.


La consultora diseñó también papeleras en China, en Indonesia y en Sudáfrica, por ejemplo.


"La inversión (en Corrientes) sería similar a la de Botnia en Fray Bentos (1.000 millones de dólares, aproximadamente) y la fábrica, de las mismas características o más grande, porque la tecnología crece", contó Häggblom.


Han visitado Finlandia periodistas de los diarios La Nación, Clarín y Página/12
"Corrientes es hoy uno de los tres mejores lugares del mundo para instalar una planta de celulosa. Los otros son Río Grande do Sul y Bahía, en Brasil. Tienen todo: tierras, accesibilidad y posibilidades de plantar árboles de crecimiento rápido. Por eso le dije a Colombi que debíamos estar preparados. Hoy probablemente no sea el mejor momento para construir una pastera, pero tengo experiencia en esto y sé que en algún momento la crisis va a pasar. Para ese entonces, Corrientes debería tener el plan definido", confió Häggblom.



La tendencia mundial para fabricar papel.


Los cronistas verificaron que en Finlandia piensan que será difícil que cualquier empresa quiera invertir en una pastera en la Argentina justo en este momento. La idea está, pero para cuando pase la crisis.


La tendencia mundial, enseñó, es que las pasteras se instalen en América del Sur y las papeleras, en el sudeste asiático. "En Finlandia, y en Europa en general, no quedan más bosques y no se pueden plantar nuevos. Por eso se construyen procesadoras de pulpa cerca de los bosques, donde está la materia prima, y productoras de papel cerca de los mercados. Por eso en América del Sur hay pasteras y en China, papeleras. En ese contexto, Corrientes es uno de los mejores lugares del mundo para poner una pastera", concluyó el CEO de una de las firmas más consultadas dentro la industria forestal mundial.

Una de los periodistas, Nora Veiras, visitó el pueblo donde está instalada Botnia, a 180 kilómetros de Helsinki en Aänekoski, con 14 mil habitantes a orillas del lago Päaijänne. "Con apenas un par de horas en el lugar, cuesta saber si uno no está siendo parte de una remake de The Truman Show. Más de veinte industrias vierten sus efluentes sobre ese lago y de pronto, al mirar por la ventana de un restaurante, el desconcierto obliga a repasar la imagen: sí, un robusto finlandés camina con su toallita en la cintura hasta el borde del muelle y se zambulle desnudo en el agua. Acaba de salir de un sauna, costumbre tan popular como el mate en el Río de la Plata. Es difícil saber si se trata de un suicida o si habrá que creer que el tratamiento de los efluentes es tan avanzado que el agua no está contaminada.", cuenta. Sólo la planta de Botnia procesa 500 mil toneladas de celulosa al año ­la mitad de la capacidad que tendrá la de Fray Bentos­ y además hay una papelera de la firma MReal, una muy cerca de la otra... La misma agua es trasladada 120 kilómetros por cañerías subterráneas hasta Helsinki y es la que después de un proceso de purificación abastece al millón de habitantes de la capital finlandesa.


"No se sabe si son grandes actores formando parte de una gran puesta en escena para los cronistas de la Argentina o habrá que creer que los peces de tres ojos y los mutantes, por ahora, sólo viven en la imaginación.", interesante.


* de La República.

miércoles, mayo 17, 2006

"LAS PAPELERAS" SON PLANTAS DE CELULOSA.

Mis Amigos: tedio? fastidio? aburrimiento? cansancio? indignación? Algo de estos sentimientos afloran al evocar el conflicto de Argentina con Uruguay por las Plantas de Celulosa.

El gobierno argentino, que reivindica para sí las peores tradiciones peronistas, nacionalistas y anti uruguayas, ha ido cambiando de posición, desde olvidarse que ya había acordado y aprobado con el gobierno uruguayo la instalación de las plantas de celulosa en Fray Bentos, hasta vestirse ahora con ropajes de defensor del medio ambiente: hecho escandaloso al mirar la situación interior del país más contaminante del medio ambiente en la región.

Como sostenemos que este conflicto no es por cuestiones ambientales, sino que obedece a fuertes intereses "porteños" anti uruguayos, sostenemos que dichas fuerzas tienen el mérito de haber exacerbado hasta el paroxismo, no escatimando ni la falsedad ni la exageración anti científica, a la buena gente ambientalista de Gualeguaychú , transformada hoy en un grupo absolutamente irracional.
Estas fuerzas defensoras de los intereses porteños también hacen lobby en el gobierno, presionando al presidente Kirchner, que por sus afanes políticos y como es notorio, siempre tiene un ojo mirando a la tribuna.

Además, Argentina tiene un enorme déficit en inversión extranjera: en el último trienio se redujo a una cuarta parte; y los asesores de la banca internacional pregonan a quien quiera escucharlos que no hay que invertir en la Argentina por los próximos 10 años.

El manejo atrabiliario que hace Kirchner del poder, fascina a los argentinos - portadores del gen autoritario rosista-peronista - pero solo a los argentinos.

Este vacío de inversionistas que enfrenta la Argentina es un dato clave para entender el conflicto por las plantas de celulosa. Lo que Argentina busca son las pasteras de celulosa, cuyas inversiones pasan a ser muy importantes; aunque sea un pedazo de las pasteras ( una compensación de los países nórdicos poniendo pasteras también en Argentina ) o cuando menos una parte del proceso industrial ( por ej. la fabricación de papel y cartón ) : desesperadamente inversiones.


Es así que Kirchner decide abrazar la causa ambientalista y la proclama "causa nacional" el pasado viernes 5 de mayo en el Corsódromo de Gualeguaychú.

El pueblo argentino ha sido explotado muchas veces por el poder de turno, gracias a la facilidad de sus tendencias patrioteras y nacionalistas. Para nombrar solo dos casos, vale recordar cuando el conflicto por el canal de Beagle, como el gobierno militar de la época exacerbó a los argentinos, (lo proclama "causa nacional") declarando que todas las islas del canal eran argentinas. Otro tambaleante gobierno militar, buscó la adhesión del pueblo argentino, lanzándose a la conquista de las Islas Malvinas (que también declara "causa nacional"): ¡ el General Galtieri logró que el pueblo llenara la Plaza de Mayo y lo ovacionara !


Hay un claro paralelismo -y una gran diferencia- entre la guerra de las Malvinas y el conflicto por las Plantas de Celulosa.

La gran diferencia es que en el conflicto por las Malvinas, la Argentina está asistida por la razón histórica.

La similitud : Por la explotación política en procura de réditos personales; por la exacerbación a que fueron llevados parte de los argentinos; por los actos de masas arengadas por "el lider" que defiende la "causa nacional". La parlamentaria Elisa Carrió alertó pidiendo en vano que no "malvinizaran" el conflicto con Uruguay.

En este esquema, el acto del pasado 5 de mayo en el corsódromo, de Kirchner discurseando al pueblo sobre "la causa" ,(simplemente preparatorio del que el dia 25 de mayo en Plaza de Mayo tambien tendrá a Kirchner en los balcones), encaja perfectamente con el que el General Galtieri efectuó en Plaza de Mayo en 1982, haciéndose aclamar por haber conquistado las Islas Malvinas.

La similitud en el final: Argentina ha proyectado un final para el conflicto por las Plantas de Celulosa en que terminará igual que en las Malvinas.

Será el resultado de esperar la solución en la Corte Internacional de La Haya.

Argentina necesita reanudar el diálogo con Uruguay lo antes posible.

Y la iniciativa la debe tomar Kirchner.

El gobierno uruguayo ha sido mal tratado por Argentina, y hace bien en mantener un bajo perfil, sin responder declaraciones provocativas, y con el respaldo de todas las fuerzas políticas y sindicales en unidad nacional.


Mientras Uruguay prepara prolijamente la presentación de sus argumentos en La Haya, en Argentina los ambientalistas-piqueteros , se cambian a ambientalistas-escrachadores.



domingo, mayo 14, 2006

DELEGADO DE ARGENTINA ANTE LA HAYA: LA DEMANDA CONTRA LAS PLANTAS DE CELULOSA ESTÁ CONDENADA A FRACASO.

El experto aseguró que el Tribunal no se expedirá sobre un caso hipotético de contaminación.


El especialista argentino en Derecho Internacional y actual defensor del Tribunal Penal de La Haya, Eduardo Hooft, cree que no prosperará el pedido del presidente argentino Néstor Kirchner ante ese tribunal para "frenar" la construcción de las plantas de celulosa en Fray Bentos.
Empero, aclaró que si ésta fuera para obligar a Uruguay a que dé más información es viable, pero para eso no es necesario ir a La Haya. Hooft admitió no estar de acuerdo con que el país litigue ante la Corte Internacional ya que -según cree- el caso no reúne los requisitos para que esto sea así y consideró que el gobierno, antes de apelar a esta instancia, debería haber agotado la vía diplomática o tendría que haber recurrido junto a Uruguay a un arbitraje para dirimir el tema. Advirtió que si la intención última es paralizar las obras "estamos condenados al fracaso", según una entrevista del periódico argentino "La Capital", reproducido por el portal Misiones on line.


Difícil para Kirchner. Así es como se ve, desde Argentina, el conflicto con Uruguay.




­¿Le parece bien o no que se recurra a La Haya?


-Yo estoy en contra porque no está agotada la etapa de la negociación y porque la Corte puede fallar en contra de Argentina. Esto es algo que la gente debe saber. El hecho es que no está comprobado el daño que puedan causar las plantas. Argentina puede argumentar que se violó el Estatuto del río Uruguay, porque no nos habrían informado y consultado sobre las obras. Pero otra cosa que la gente debe saber es que si en La Haya se resuelve que esto fue así, tal vez se considere que con la sola admisión de este hecho el daño estaría reparado.


-¿O sea que con una simple disculpa de Uruguay sobre este punto quedaría resuelto el tema para la Corte?


-Exactamente. Con que Uruguay reconozca y pida disculpas por no haber informado suficientemente a la Argentina el tema quedaría agotado.


-Otro aspecto de la presentación tendrá que ver con un pedido de paralizar las obras. ¿Le parece que los jueces darían una respuesta favorable a esto?


-No sé si es correcto que Argentina quiera paralizar obras por un bloque de cemento que aún no causa ningún perjuicio. Hay un criterio que es el de la tolerancia de la vecindad. No se puede imponer la limpieza absoluta del río. Las cargas de vecindad surgen de vivir en sociedad. El fundamento de toda demanda es el perjuicio sensible para la otra parte. Si no lo hay, las obras pueden realizarse y se pueden poner en funcionamiento. El instante decisivo es el de funcionamiento. La Corte jamás va a entender sobre lo que pueda pasar. Ningún tribunal de justicia actúa ante casos hipotéticos. Nadie le plantearía a un juez que el vecino va a traer dos perros y que lo van a despertar a la noche con sus ladridos. Es un ejemplo tonto, pero en el orden internacional está claro que Argentina no podría demandar hoy a Uruguay diciendo que dentro de dos años se va a empezar a contaminar las aguas y a generar mal olor. Si la demanda fuera para obligar a Uruguay a que dé más información es viable, pero para eso no es necesario ir a La Haya. Pero si la intención última es paralizar las obras estamos condenados al fracaso.


­¿Por qué cree eso?


-Mire, sólo dos veces la corte de La Haya hizo lugar a medidas cautelares y vea la magnitud de los casos: el genocidio de los serbios y montenegrinos en perjuicio de los musulmanes de Bosnia-Herzegovina y el otro caso fue haber impedido la ejecución de 53 mexicanos en Estados Unidos sin dar intervención al cónsul de México. Hay que comparar la magnitud de estos casos con el tema que nos ocupa ahora. Para dictar una medida cautelar se requiere un peligro inminente o presente, grave e irreparable. Acá no sabemos a ciencia cierta si hay un peligro inminente y si lo hay, si será grave o irreparable.


­¿Entonces mientras no haya un daño concreto no habría margen para una respuesta favorable al pedido de paralizar las obras?


-Hoy no sabemos si habrá o no habrá contaminación. Y si la hubiera, desconocemos su gravedad. Si es cierto que Botnia va a usar la misma tecnología que usa en Finlandia, yo no tengo ninguna duda de que la Corte va a desfavorecer a Argentina. La gente también debe saber cómo está compuesta la Corte. En estos momentos hay una jueza inglesa, que es la presidenta, y en su país hay plantas de celulosa que trabajan con esta tecnología. Este es un problema técnico y no un problema de derecho internacional. Acá no estamos hablando de determinar fronteras o de asignar territorios. Es una discusión de ingenieros químicos y ambientalistas que tienen que decir si hay o no contaminación y, si la hay, en qué medida.


­¿Entonces se podría decir que este conflicto es muy poca cosa para la Corte de La Haya?


-Por supuesto. Argentina argumenta que Uruguay no quiere brindar información. Yo no sé qué se ha hecho, pero no me he enterado de que Kirchner haya invitado a Vázquez a crear un tribunal de árbitros peritos especialistas para que dictamen algo al respecto. Yo le digo a los gobiernos: "¿Por qué no nombran a tres expertos que analicen el tema y hagan un dictamen?".


­¿Cree que hay alternativas antes de recurrir a La Haya?


-Sí; como ya le dije, se podría ir a una pericia arbitral hecha por expertos, ni argentinos ni uruguayos, para que hagan un dictamen. Uruguay y Argentina pueden acordar que sea vinculante o no. Tal vez sería prudente decir que no sea vinculante, pero esa es la antesala de La Haya.


­¿En la región no existe otra instancia a la que recurrir, dentro del Mercosur o la OEA?


-No, no hay otro tribunal. Uruguay insiste con el Mercosur pero para gestiones políticas. El sistema de arbitraje del Mercosur es el del Tribunal Permanente de Revisión que entiende en cuestiones comerciales. No tiene previsto tratar temas como el de las papeleras.


­¿En cambio Uruguay sí podría recurrir al tribunal del Mercosur por los perjuicios causados por los cortes de ruta en Gualeguaychú?


-Eso sí. Uruguay puede hacer un planteo en el Mercosur porque se está obstruyendo la circulación de personas y de mercaderías, garantizadas por el Tratado de Asunción. Con este tema también existe la posibilidad de demandas de terceros estados como Chile ante La Haya o de parte de las mismas empresas afectadas.


­A pocos días de que el gobierno recurra a la Corte de La Haya ¿qué debería saber la opinión pública?


-El gobierno debería informar los posibles resultados de este juicio y plantear claramente cuál es la sustancia del reclamo. Una cosa es reclamar información de parte de Uruguay y otra muy distinta es pedir la paralización de las obras. Yo creo que esto último no va a tener éxito. Por eso el gobierno tiene que informar qué costos tiene ganar o perder el proceso. El gobierno tiene que hacerle saber a la población que esta sentencia es la última instancia en ámbito de Naciones Unidas y que habrá que respetarla. *

viernes, mayo 12, 2006

PLANTAS DE CELULOSA: CARTA ABIERTA DEL INTENDENTE DE RÍO NEGRO.

RelojesWebGratis!


lunes, mayo 08, 2006

CARTA ABIERTA DE OMAR LAFLUF, INTENDENTE DE RIO NEGRO, URUGUAY.



Queridos compatriotas:



Me resulta muy difícil resumir todo lo que ha pasado últimamente en el país y en mi departamento respecto al tema de las plantas de celulosa.


Desde hace tres años venimos recibiendo y estudiando informes sobre estas inversiones que, por su volumen y por su apuesta al futuro, colocan a Uruguay en un lugar destacado en el mundo. Nadie invierte cerca de 2.000 millones de dólares para desarrollar una verdadera cadena productiva (que debería terminar produciendo papel, generando aún más riqueza y trabajo para miles de uruguayos y uruguayas) si Uruguay no fuera un país que brinda suficientes garantías de estabilidad social, económica, política e institucional.


La mayoría de nuestras producciones agropecuarias salen del campo al puerto y de allí a los mercados del mundo, sin el suficiente valor agregado. Esto no le sucede a Argentina, que es uno de los más grandes productores de soja pero también de aceite, justamente por su escala de producción, por mencionar sólo un ejemplo.


Como intendente de Río Negro pero también como uruguayo, no quiero seguir viendo cómo se van los troncos (y en el mejor de los casos los chips) del campo al exterior mientras nuestros hombres y mujeres se quedan con las manos vacías y sin aprovechar al máximo el potencial en generar puestos de trabajo. Pero este sólo motivo, con ser importante, no sería suficiente para defender las inversiones en la producción de celulosa.


Siempre dijimos que no estamos únicamente ante una ecuación económica, una inversión que provoca desarrollo económico y social , y por otro lado aporta tecnología de última generación en la que los uruguayos y uruguayas podremos también destacarnos. Digámoslo una vez más: la información de la que se dispone en Uruguay y en el mundo sobre la tecnología que se va a usar en la producción de pasta de celulosa nos da las más absolutas garantías de un manejo ambiental serio y responsable.


Llevamos tres años analizando información, estudios, relevamientos y los datos más exhaustivos de los efectos ambientales de este tipo de plantas. A modo de resumen entre cientos de estudios, contamos con los realizados por las propias empresas, los de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (la DINAMA) y los permisos que ésta otorgó para cada una de las etapas de construcción, el informe de la Ombusman de la CAO, el informe preliminar de la CFI, el informe de la Comisión Binacional, el informe último del experto canadiense Wayne Dwemychuck que evaluó el informe de impacto acumulado de la CFI, además de varios documentos de científicos universitarios argentinos de reconocida trayectoria y prestigio internacional.


En cuanto al argumento de la violación del Tratado del Río Uruguay, vale destacar que el trabajo conjunto de los cancilleres de ambos países, Bielsa y Operti, dio por terminado el diferendo por las plantas de celulosa en Uruguay. El texto de las páginas 106-107 y 126 de la Memoria Anual de la Nación Argentina del año 2004 resulta totalmente esclarecedor.


Por otro lado, las dos delegaciones de Argentina y Uruguay integrantes de la CARU acuerdan un protocolo con el nombre de Plan de Monitoreo de la Calidad Ambiental del Río Uruguay en áreas de Plantas Celulósicas, cuya referencia figura también en la Memoria Anual.


Cuando comienza la protesta argentina se hace en base a que éstas plantas producen dioxinas y que éstas van a producir enfermedades de piel, cáncer, malformaciones y caída del cabello. Nada de eso es cierto. Hace ya muchos años que ha habido un cambio en la tecnología de producción pasta de celulosa. Tanto es así que ya no se incluye esta industria en las fuentes de emisión de dioxinas con potencial de afectación al medio ambiente y a la salud.


Los estudios en el caudal del Río Uruguay están hechos con todos los niveles posibles. Sin embargo, es importante destacar que el diseño de tratamiento de efluentes líquidos está hecho para adecuarse al Digesto del Río Uruguay, que exige una mezcla total antes de los 1000 m a partir del punto de descarga, en el mínimo caudal de 500 metros por segundo, que sería la peor situación posible. Es bueno saber que el caudal promedio del Rio Uruguay es de 6000 m/seg.


Los estudios sobre los olores que puedan emanar del proceso dicen que éstos se pueden producir en el arranque de la planta, hasta que entra en régimen de producción pleno y se estabiliza el sistema, durante un tiempo reducido y hasta una distancia de entre 8 y 10 kilómetros, y luego durante interrupciones que pueden darse y esto será pocos días y pocas horas en esos días. Lo más curioso es que por el régimen de vientos estudiados la concentración de olores que superen el umbral de percepción olfativa será cerca de la planta de Ence y no en las ciudades.


Cuando se habla de los sistemas de producción TCF ( totalmente libre de cloro) y ECF (libre de cloro elemental), significa que antes se usaba cloro como elemento blanqueador de la pulpa y en el ECF se usa dióxido de cloro que prácticamente no genera dioxinas, a diferencia del sistema anterior y las que genera no son bioacumulables, son iguales a las de origen natural , y además en concentraciones prácticamente imperceptibles. Si bien el sistema TCF no usa cloro sino peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) prácticamente no tiene diferencias en los efluentes con el ECF. Además, son muy pocas las plantas que usan este sistema en el mundo porque produce una celulosa que genera un papel con menos brillo y calidad, por lo que los mercados no demandan este papel. Y desde otro punto de vista requieren más madera que el proceso ECF. Vale la pena destacar que el 90% de las plantas en el mundo utilizan tecnología ECF.


Mucho se ha hablado de los problemas que ocasionan las plantas de producción de pasta de celulosa. Pero observamos que reiteradamente se refieren a la planta de Pontevedra en España o a la de Valdivia en Chile, sin mencionar las miles de plantas que existen en el mundo que rondan las 10.000. En la de Pontevedra es cierto que hubo un problema en la década de los noventa, en ese momento se cambia de tecnología. Sin embargo está autorizada a funcionar hasta el año 2017. Este plazo no es por causas ambientales, sino por que se vence la concesión de uso del suelo.


Respecto a lo que pasó en la planta de Valdivia, me remito a la sentencia de la Primera Sala de la Corte Suprema de Justicia de Chile, que, con dictamen unánime de cinco votos contra cero, sentenció: "no hay prueba alguna que el río Cruces y, en lo que interesa, el Santuario de la Naturaleza Carlos Andwandter haya sido contaminado por Celulosa Arauco S.A. al operar su planta de San José de la Mariquina o que exista una amenaza de contaminación".


Es falso que las plantas que se van a construir en Fray Bentos sean las plantas más grandes del mundo. En Brasil hay una planta en funcionamiento que por sí sola produce 2,5 millones de toneladas celulosa al año.Brasil produce entre 10 y 12 millones de tt/año. Por citar otro ejemplo, en Finlandia existe un río binacional, con un caudal 10 veces menor al Río Uruguay, que en una extensión de 13 km se producen 4 millones de toneladas al año. Aguas debajo de ese río, la ciudad de San Petersburgo, en Rusia, toma el agua para distribuir a la población.


El presidente Argentino, Néstor Kirchner, justifica las plantas de su país diciendo que producen la mitad de las nuestras pero el problema no es el volumen de la producción sino la contaminación que genera la tecnología que se usa. Algunas de esas plantas argentinas usan cloro elemental para blanquear la pulpa, produciendo toneladas de dioxinas, por lo que resultan altamente contaminantes, a diferencia de las que se van a instalar en Fray Bentos. El gobierno argentino ha solicitado también que se paralicen las obras para realizar estudios. Nótese que ambas cosas se pueden realizar al mismo tiempo. Si el gobierno argentino necesita analizar mas los estudios realizados, si se necesita mas información somos los primeros en apoyar su realización, como hemos ofrecido en innumerables y reiteradas oportunidades, pero para eso no se necesita detener las obras. Desde que se inició el pedido desde la Argentina, han pasado ya muchas veces noventa días.


Y lo decimos con la seguridad y la tranquilidad espiritual, moral y técnica que nos aportan todos los informes anteriores que sostienen que de los parámetros que se deben estudiar, todos absolutamente todos, están muy por debajo de lo exigido por las normas más estrictas del mundo.


Todas estas plantas deben contar con certificaciones de gestión ambiental muy exigentes para colocar su producción. Los países europeos exigen además que cuando una industria de su país se instala fuera de su territorio, debe cumplir por lo menos las mismas exigencias que en su país de origen.


Además debemos tener en cuenta que estas industrias necesariamente funcionan bajo la certificación de normas ambientales reconocidas a nivel mundial. Estas normas implican que los proveedores y la materia prima utilizada (plantaciones),también deben incorporar en sus empresas un sistema de gestión ambiental. En éste momento Uruguay tiene 400.000 has certificadas y como consecuencia todo esto conduce a una mejora general en el cuidado del medio ambiente con un efecto multiplicador.

Siempre hemos propiciado el diálogo sobre la base de la racionalidad y del objetivo de enfocarnos en intereses comunes tales como la protección del medio ambiente, la generación de puestos de trabajo en consonancia con un desarrollo sustentable y el desarrollo social de nuestras regiones. Muchas veces hemos dicho que los gobernantes somos responsables de hasta donde llevamos la opinión publica, porque justamente somos formadores de opinión. Pero por sobre todas las cosas está el hecho que los gobernantes no somos dueños de las poblaciones sino que somos meros representantes de Instituciones, y por eso, antes que nada, debemos respetarlas. Los gobernantes ni siquiera son dueños de sí mismo sino que debemos ajustarnos permanente en pos del bien común, de la comunidad que representamos, en el marco de las instituciones legales que representamos, dejando de lado nuestros propios sentimientos, subjetividad y hasta el tiempo que le dedicamos a nuestras familias. Ese es el principio primordial que nos mueve y nos motiva día a día a seguir en el camino que consideramos correcto.


Todo lo hecho hasta ahora, y lo que seguiremos haciendo en el futuro, ha sido siempre con el norte puesto en que somos un País que defendemos el medio ambiente, que estamos bien rankeados en el mundo en su protección y en desarrollo sustentable y que lejos está de nosotros el pensar en provocarle daño a nuestras familias y a nuestros vecinos. Vale la pena decir aquí que la distancia de la planta de Botnia a Ñandubaysal (balneario privado en Gualeguaychú ) es de 14 Kmts , y , a la ciudad de Gualeguaychú es de 30, mientras que a Fray Bentos es de 7 Kmts. Que sepan todos que por más trabajo y riqueza que nos traigan estas inversiones , si a cambio provocamos un daño ambiental no habríamos apoyado estas inversiones bajo ningún concepto.


Todo lo dicho reafirma que nuestra defensa no ha sido a la ligera, ha sido como actuamos los Uruguayos, con conocimiento, con respeto, con dignidad y con firmeza. La inmensa mayoría del País está respaldando el trabajo en defensa de ésta causa . He dejado para el final el tremendo daño provocado por un bloqueo del transito fronterizo, ejecutado por la asamblea de Gualeguaychú, pero contemplado, tolerado y apoyado por el gobierno Argentino que era quien tenía la obligación de haberlo evitado.


Esperando que ésta nota aclare algunos puntos, y que sirva para allanar caminos de entendimiento , los saluda muy atte.



Dr Omar Lafluf Hebeich, Intendente Municipal de Río Negro, Uruguay.

lunes, mayo 08, 2006

PRESIDENTE TABARÉ: ¡NADA HAY PARA NEGOCIAR!

Montevideo, lunes 3 de abril de 2006.

Presidente Tabaré:

nada hay para negociar !

ninguna concesion !

solo defender la dignidad y

la soberania de uruguay !

El gobierno argentino no puede acusar a nuestro país de haber iniciado este conflicto binacional "por haber violado el Tratado del Río Uruguay" : ambos países cometieron errores formales, que ya fueron subsanados por los acuerdos firmados el año pasado por las Cancillerías. ¡Basta de pretender ningún revisionismo inconducente!
El presidente Kirchner representa a la totalidad del pueblo argentino y sabe que los grupos piqueteros del litoral no solo representan intereses muy locales, sino que ellos mismos son una expresión minoritaria dentro de su nación. Se sienten con el poder que les dan los actos de fuerza ilícitos que no son reprimidos por la Ley.
Ningún acuerdo que se pueda pactar va a ser aceptado por estos grupos piqueteros.
Ni la Presidencia ni la Cancillería argentinas pueden pretender incluirlos en tratativas binacionales, ni utilizar sus banderas extremistas, maximistas, irracionales.

El gobierno que preside el Sr. Kirchner, debe terminar de asumir plenamente que:
- Las dos Plantas de Celulosa en construcción cerca de Fray Bentos, se van a terminar y van a funcionar allí junto al Río Uruguay.
- Van a utilizar la tecnología ya acordada, es decir la producción de celulosa por el método ECF (libre de cloro elemental).
- Se designará una comisión técnica internacional para que realice un estudio de impacto ambiental físico previo, evaluando la presencia conjunta de las dos plantas, pero destinado exclusivamente a certificar que los valores de contaminación pueden mantenerse por debajo de los límites aceptados internacionalmente y eventualmente recomendar medidas que pudiesen mitigar efectos indeseables. Este dictamen técnico no será vinculante, ya que ello comprometería la soberanía de ambos países.
Por impacto ambiental físico debe entenderse el estudio sobre el agua, sobre el aire y sobre la tierra (pero éste queda solo dentro de la soberanía uruguaya).
La Cancillería argentina ha inventado un tipo de estudio de impacto ambiental que incluye efectos sociales, efectos turísticos, efectos urbanísticos, efectos de mercado, efectos políticos : absurdo y ridículo. Pensar, que el tratado del Río Uruguay solo trata del cuidado de la calidad de las aguas... Uruguay propone y acepta el estudio de impacto ambiental físico, pero no esta ampliación conceptual absurda, porque ya no sería de fundamentación técnica.
- El gobierno uruguayo propone al argentino la integración de otra comisión técnica binacional para hacer el seguimiento de las obras de las dos plantas elaboradoras de celulosa y luego monitorear el funcionamiento de las mismas, monitorear la calidad de las aguas y del aire, comparando sus resultados con los valores establecidos previamente según normas internacionales.

Sea cual sea el acuerdo que se realice entre ambos gobiernos, o que no se realice, el presidente Kirchner deberá resolver la situación de los piqueteros del litoral.
El gobierno argentino al hacer declaraciones a la prensa uruguaya, en el sentido de que si se vuelven a instalar los piquetes en las rutas, no van a intervenir tampoco ahora, procura presionar (a pechar) al gobierno uruguayo. Uruguay esto no lo debe permitir. "No entrar en corral de ramas".
Si se reinstalasen los piquetes con tolerancia del gobierno argentino, Uruguay deberá recurrir a una instancia internacional, como el Tribunal de Solución de Controversias del MERCOSUR. O dejar que la controversia sea resuelta ante la Corte Internacional de Justicia, en La Haya.
Como dijo el Dr. Batlle :Si estuvimos 200 años sin puentes, podemos seguir prescindiendo de ellos ... dejamos a los piqueteros en sus piquetes haciendo terapia de grupos y cuando Argentina se dé cuenta que se perjudica demasiado quizás los convenza de salir.

josepepedro.

domingo, mayo 07, 2006

LAS PLANTAS DE CELULOSA: ¿PROBLEMA AMBIENTAL O PROBLEMA ECONOMICO?




* Raúl Seoane. (Jujuy - Argentina).



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Una nota de Félix Duarte publicada en Tribuna de Periodistas, analiza la razón de que las plantas de celulosa se hayan instalado en Uruguay, de lo que se desprende que la localización de las plantas está dada por la ubicación geopolítica en la cual se encuentra nuestro país.

Si el "incorruptible" Busti no hubiera solicitado un desorbitante incentivo, las plantas se hubieran construido del lado argentino, y en la Provincia de Entre Ríos. Al no poder ser así, las plantas lo único que hicieron fue cruzar el río e instalarse en Fray Bentos.

No es ningún secreto que sólo la planta de Botnia procesa más toneladas que las diez y pico plantas, todas juntas, de Argentina. Si a Botnia le agregamos la de ENCE y la futura de Stora Enso, las plantas celulósicas argentinas van terminar desapareciendo, no por obsoletas, que sí lo son, sino por una simple ecuación económica.

En su nota, Félix Duarte se pregunta ¿Estos vienen a procesar los árboles del pequeño Uruguay? ¿Por qué vienen todas a Uruguay, tan poca cosa él, y no van a la Argentina, que tanto hizo para que -Busti mediante- se quedaran en el reino del dueño del Poder, o sea Don K ?, pero el propio Duarte se contesta diciendo que La ubicación de Uruguay en la cuenca es muy privilegiada, al estar ubicado en la puerta de entrada de una red navegable que va -y trae- desde muy adentro del continente sudamericano.
Además es el nudo de comunicación, con rutas que se unen a los tres puentes y están los mejores puertos del Cono Sur (Paysandú, Nueva Palmira, Montevideo y el oceánico que se construirá en la zona de Rocha) ¿Por qué los puertos de Uruguay son muy buenos y el de Buenos Aires, por ejemplo, no lo es? El Uruguay al desaguar en el Plata imprime su dirección inicial e influye en el Paraná que lo hace en forma lateral a través e una serie de canales desarrollados en una vasta zona del delta. Estos dos ríos dejan barro y suciedad en Buenos Aires, lo que no ocurre con Montevideo. El futuro plantea que Uruguay se convierta en un centro de todo el Cono Sur, para procesar madera y fabricar celulosa...
Además tiene otro detalle muy seductor. La legislación. Uruguay tiene leyes que favorecen la inversión, en algunos casos con demasiada liberalidad, como son las zonas francas. Rutas desde todo el Cono Sur, Buenos puertos a corta distancia y legislación, son aspectos que hacen atractivo a una empresa a hacer base en este país. Hay opiniones de que el movimiento que impulsa Busti, con la tácita aprobación de Kirchner, más que una posible o eventual contaminación es para frenar que se haga realidad ese polo de desarrollo que habría en Uruguay en un futuro cercano.

El Corte de Puentes.

En reiteradas oportunidades lo hemos dicho: "El corte de los puentes internacionales perjudica más a Argentina que a Uruguay" y lo hemos demostrado con números. Esto lo refleja un artículo de Joaquín Morales Solá en el Diario La Nación, cuando dice El encontronazo con Uruguay no es, en ese contexto, un buen antecedente. Brasil comenzó a moverse; Uruguay se lo está reclamando. Los gobernadores del sur brasileño braman además contra los cortes de los puentes en el litoral argentino: no pueden comerciar con la Argentina y Chile.

Otra demostración de esta afirmación fue la reacción de los comerciantes de la ciudad de Colón, a mitad de esta semana, "echando a patadas" a los piqueteros que se habían adueñado del puente, porque la gran mayoría de estos comerciantes tienen como clientes a los vecinos de la ciudad de Paysandú.

El Mercosur .

La razón de que el gobierno argentino no quiera llevar el conflicto al Tribunal del Mercosur, es muy simple y lo explica Morales Solá en esa misma nota Montevideo habla sólo del Mercosur o de La Haya para denunciar los cortes de los puentes. La propia diplomacia argentina asegura que la Argentina perderá por tres a uno en el Mercosur.

La Haya .

A su vez, en un artículo publicado en Informe Uruguay Nº 170, Jorge Asís había realizado un prolijo análisis de que el gobierno argentino también perdía en esta instancia, y es dable recordar lo que decía en esa ocasión: la Argentina se encamina hacia el papelón irreparable de La Haya donde según Oberdán Rocamora perderemos 13 a 2.

El problema ambiental vs. el problema económico.


Wayne Dwernychuk, uno de los científicos que analizó el informe del Banco Mundial sobre el impacto acumulado de las plantas de celulosa en Fray Bentos, afirmó el viernes pasado que la posición argentina es "bastante hipócrita". Hablando con Pedro Lemos desde Australia por intermedio del servicio de Internet, hemos llegado a la conclusión que esta es la opinión mundial, no sólo de la posición Argentina en este conflicto, sino en general sobre el gobierno de ese país.

Desgraciadamente, la incompetencia del presidente y de los políticos argentinos están llevando a que Argentina se encuentre cada vez más aislada del contexto internacional, y aquí es totalmente factible la teoría de Manuel Flores Silva, que se aúna con la de Félix Duarte en que el futuro plantea que Uruguay se convierta en un centro de todo el Cono Sur, para procesar madera y fabricar celulosa... cosa inconcebible en la estrechez mental del actual gobierno argentino, ávido de inversiones para poder mantenerse en el poder.

Si en el reportaje que le hiciera Rolando Hanglin al científico canadiense, éste asegura firmemente que las plantas uruguayas trabajarán con la última tecnología conocida en materia de blanqueo de la celulosa y en el tratado de los efluentes, y de que no existirá contaminación de ningún tipo, incluyendo la carencia de olores y humos, la única teoría válida que queda en pie, dado que la ambiental queda desechada, es la económica; la Argentina NO quiere que Uruguay crezca económicamente y para ello ha desatado este conflicto, por un lado políticamente, y por otro al sentirse despechada por la decisión de los finlandeses de construir las plantas en Uruguay.

Muchos periodistas argentinos están alertando sobre la falacia del crecimiento de la Argentina publicitada por su gobierno. En el diario La Nación se refleja claramente esta situación, cuando Joaquín Morales Solá dice: Algo está sucediendo para que un país que creció -y crece- al 9 por ciento en los últimos tres años y medio no seduzca a la inversión extranjera. Influyen el trato a los inversores que ya están en el país (ningún decreto sobre tarifas termina definiendo las tarifas, por ejemplo), y la decisión de poner un duro con fama de machacador de empresarios para domesticar los precios. Por lo tanto, volvemos a nuestra posición inicial, el problema no es ambiental, el problema con las pasteras es totalmente económico, y convalida la teoría de Flores Silva.

La diarrea de un ministro .


Desde el comienzo de esta disputa con final anunciado, resultó perentorio observar que el kirchnerismo primero alentó los cortes de ruta, luego no supo cómo desactivarlos, y finalmente se embretó estúpidamente en un conflicto diplomático con los hermanos uruguayos que se dirimirá en la Corte Internacional de La Haya.
Las usinas de información kichneristas intentaron convencer a Tabaré Vázquez de reunirse en una cumbre bilateral para zanjar la disputa, al mismo tiempo que buscaba presionarlo con los piquetes pseudo ambientalistas. Harto de ese doble juego, el uruguayo tiró la pelota afuera y el Ejecutivo argentino mordió el polvo de la desazón.

Esta desazón, más bien llamada bronca por el rechazo, fue el motivo de la diarreica verborragia de Aníbal Fernández, primer kamikaze pingüinero, y que analizáramos en nuestro número anterior. A esto debemos agregar cierta "envidia" ante el nucleamiento de todo el pueblo uruguayo y de los políticos de todos los partidos detrás de una Cuestión de Estado: "Las Papeleras son Uruguayas y se construirán", lo cual es también dicho por la oposición, ya que Mauricio Macri, lider del Pro, ha dicho en reiteradas oportunidades que 'Hay que decirle la verdad a la gente: las papeleras se construirán', afirmando que el rol de Argentina en el conflicto con las plantas es el de controlar los índices de contaminación. Todos estos pelotazos en contra, están obligando al "anacrónico" pingüino a intentar hacer lo mismo, y por eso el domingo pasado apareció la Ciudad de Buenos Aires empapelada con afiches que rezan "Una causa de todos. No dejemos solo a Entre Ríos. No a la violación del río Uruguay. No a las papeleras ENCE y Botnia", buscando demoníacamente, el sumar al pueblo argentino a sus reclamos.

El "empapelamiento" de la ciudad de Buenos Aires, confirma lo que muchos analistas y periodistas se han preguntado ¿Quién les paga a los "ambientalistas" entrerrianos?, ya que los cientos de afiches pegados en Buenos Aires tienen un costo monetario bastante alto. ¿Habrán sido impresos con papel de la empresa clarinista Papel Prensa, en los talleres gráficos del multimedio?

Algo que confirmaría el hecho de que todo este movimiento está siendo orquestado, son las declaraciones de algunos voceros, en los cortes de los puentes, que con total desparpajo dicen en los reportajes televisados que no pertenecen a esa ciudad sino que vienen de otras ciudades a ayudar a sus hermanos piqueteros, lo que se podría tomar como que son "punteros políticos" enviados a manejar y concientizar a la masa de vecinos engañados. Entonces, vuelvo a reiterar que este conflicto no tiene una base ambiental, sino económica/comercial.

Muy acertadas fueron las palabras del ex Canciller uruguayo Sergio Abreu, cuando dijo ¿por qué se quiere detener la obra? Porque contamina. Entonces la respuesta es: si contamina esta obra, ¿qué parámetros debe observar? Y si observa parámetros internacionalmente aceptados entonces puede funcionar. Ese planteo lo debe hacer Uruguay quién estableció los requisitos a las empresas en el territorio nacional y además importó requisitos de la Unión Europea y otras normas internacionales. Eso, si el problema es exclusivamente ambiental. Ahora, si el problema es político y además es económico y comercial, o si simplemente es geopolítico en la visión de la región, entonces ya sería un poco más complicado. Pero lo que no sería razonable es que se establezcan criterios y estándares para determinados emprendimientos a nivel del Río Uruguay y las empresas instaladas en las riberas del Río Paraná estén exentas de ese tipo de obligaciones. No puede Argentina tener éxito en exigir que Uruguay cumpla requisitos que ella ostensiblemente incumple en todo su territorio con diez plantas de suma importancia sobre un río que descarga sobre el Río de la Plata que es otro recurso compartido.



Conclusiones.



La primera conclusión que se puede sacar de todos estos hechos, es que Uruguay no tiene ningún problema con sus plantas procesadoras de celulosa y en ámbitos jurídicos internacionales tiene la ley a su favor, porque los argumentos argentinos se dan de patadas con sus acciones contaminantes, tal cual lo hemos explicitado en este artículo con las declaraciones de uno de los dos técnicos que emitieron el último informe ambiental para el Banco Mundial, pero la mayor desgracia de todo este conflicto es que dirigentes ineptos están llevando a un gran país como la Argentina hacia su ruina total, lo cual va a ser muy duro para revertir por los futuros gobernantes, porque el haber generado que Botnia se trasladara a Uruguay, por las razones que todos conocemos, y la ilógica negativa del gobierno a aceptar que esas plantas no contaminan desoyendo todas las pruebas científicas imparciales, es una enorme piedra negra en el camino de futuras inversiones para ese país, y lo peor de todo es que el gobierno argentino no quiere darse cuenta y sigue con sus caprichos. Hasta tanto llega el problema, que la Primera Ministra de Finlandia canceló su visita a ese país, con lo cual si Argentina no recibe inversiones, con esta deserción va a recibir menos.

En segundo lugar, vemos como la Argentina, otrora poderoso país del Cono Sur, queda cada vez más aislada internacionalmente y comienza a perder inversiones y mercados externos. Como ya hiciera notar Félix Duarte, la posición geopolítica, un buen conjunto de leyes económicas y el respeto de Uruguay por los acuerdos firmados, hacen de Uruguay un país que, a ojos de los inversores, está siendo bien visto, por lo que debe aprovechar esta coyuntura para incentivar los procesos de inversión del país, para concretar el proyecto del Uruguay Productivo , que debe llevarse a la práctica aprovechando el excelente momento que vive a nivel internacional.



* en INFORME URUGUAY.