sábado, setiembre 06, 2008

Agua limpia y aire puro en Fray Bentos.




EDITORIAL*

Agua limpia y aire puro en Fray Bentos.

 

Si algo faltaba para terminar de convencer a los escépticos sobre la inocuidad del proceso industrial de Botnia, los datos de monitoreo y de análisis de aguas y atmósfera en los alrededores de la pastera confirman que dicha actividad fabril no ha alterado en lo absoluto la calidad del medio ambiente.

El pasado mes de julio se conoció el segundo informe de la auditoría internacional Ecometrix Incorporated sobre los efectos de la actividad fabril de la empresa Botnia. El asunto reviste particular importancia por cuanto viene a confirmar lo tantas veces aseverado no sólo por la empresa finlandesa sino por las autoridades competentes de nuestro país en el sentido de que la producción de celulosa en Fray Bentos no ocasionaría daño ambiental alguno.

No están lejos los tiempos en que varias organizaciones ambientalistas lanzaron la alarma augurando una catástrofe ambiental en los alrededores de la planta, con polución del río y del aire y con graves riesgos sanitarios para la población. A ello se sumó la militancia intransigente de la Asamblea de Gualeguaychú tolerada por el gobierno argentino.

El actual senador Mariano Arana, ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente en la época conflictiva de los comienzos de las obras, brindó un análisis sobre el asunto en la hora previa del Senado. Explicó que la auditoría mencionada había producido dos informes: uno, preparado antes de la puesta en marcha de la usina, con el objeto de confirmar el cumplimiento de los requisitos del llamado Plan de Actuación Social y Ambiental; y el segundo, luego de seis meses de actividad productiva de la planta. Por su parte, la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) había realizado un monitoreo antes de la puesta en marcha de la planta con la finalidad de comparar la calidad del agua antes y después que comenzara a funcionar la usina.

Alguna mente suspicaz podría dudar de la objetividad de dicho informe, aduciendo intereses espurios, pero basta observar de dónde provienen los datos de monitoreo para aventar toda sospecha de parcialidad. En efecto, el segundo informe de Ecometrix se apoya en datos de monitoreo obtenidos por la propia empresa Botnia, por la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), por la OSE, por el LATU y por otros laboratorios independientes.

Tal como estaba previsto, el efluente tratado se vierte en el río Uruguay a través de un difusor sumergido con múltiples aberturas, y la calidad del agua fue monitoreada por la Dinama en 17 estaciones ubicadas a lo largo del río. OSE, por su parte, también analizó las aguas ya que tiene a su cargo el tratamiento y la distribución del agua potable para la población de Fray Bentos. Se comprobó que el agua es de alta calidad, dado que las concentraciones de la mayoría de los parámetros se encuentran muy por debajo de las normas determinadas por la CARU. Quedó comprobado, también, que no hay diferencias de pureza entre el agua río arriba y la que corre al sur de la planta.

Del mismo modo, las emisiones atmosféricas son analizadas por la Dinama en forma rutinaria comprobándose que permanecen holgadamente por debajo de los límites aceptados.

Hasta aquí el resumen del informe comentado por el ex titular del Mvotma. Como queda dicho al comienzo, el informe es concluyente en cuanto a que no hay riesgo alguno para la salud de la población fraybentina ni para el equilibrio ecológico en toda la zona. De ese modo se derrumba un peligroso mito alimentado por gentes permeables a consideraciones pseudo científicas.

El cuidado del ambiente es tarea de todos, y no está mal que las organizaciones ecologistas adviertan sobre los efectos de la actividad industrial. Pero es preciso actuar con responsabilidad y sin repetir consignas alarmistas.

 

* LA REPÚBLICA , 5/8/2008