sábado, agosto 21, 2010

ACUERDO: LAS DESVENTAJAS DE URUGUAY.






RelojesWeb para Pisos!





Acuerdo:
las desventajas de Uruguay


por Jorge Azar-Gómez

Hace unos días, los presidentes de Uruguay y Argentina firmaron un compendio de resoluciones (no un acuerdo), mediante las cuales intentan gestionar el fin del conflicto entre las dos naciones.

Leyendo a primera vista lo firmado, da la impresión de que estas resoluciones sólo tratan de ser efectistas y no efectivas, y demostrar que algo se ha hecho en este tiempo y para cumplir con los plazos acordados en Anchorena.

Es que al leerlo, viene a la memoria los papeles firmados por los Dres. Fernández (de Uruguay y Argentina) hace unos años en Anchorena y que quedaron flotando en la mitad del Río de la Plata, es como ver la misma película nuevamente y ver a Kirchner y Vázquez anunciando, abrazados, un acuerdo para solucionar el conflicto.

Releo las resoluciones firmadas , y me da la impresión que fue un documento elaborado a “las apuradas”, lavado, con futuro incierto y posiblemente conflictivo y sin tener en cuenta que con los Kirchner y con Timerman, no se puede dejar nada prendido “con alfileres”, todo debe ser concreto , bien definido, escrito y firmado , ellos no conocen el valor de la palabra empeñada.

Ocurre que hay varios puntos a cumplirse en el futuro, que demuestran que su elaboración fue improvisada e irresponsable. A tal punto que en el literal C de las resoluciones tomadas, se expresa que: “El monitoreo del Comité Científico de la CARU comenzará con la planta de Botnia UPM y la desembocadura del Río Gualeguaychú, en el Río Uruguay, seguirá en Argentina con un establecimiento o lugar a elección de la parte uruguaya. A partir de entonces continuará alternativamente en uno u otro país”.

Es decir que, Uruguay se presentó a la reunión sin haber hecho un estudio serio de la zona a monitorear y especificar concretamente con que establecimiento argentino se continuará el monitoreo. Por otro lado si bien en el numeral 3 del literal B se menciona el número máximo que se podrá ingresar en cada establecimiento, no se especifica si el monitoreo es interno y con limitaciones , o si será no irrestricto o externo , a juzgar por lo prometido en el día miércoles 4 de agosto por Timerman a los piqueteros subversivos, la intención del colegiado argentino es entrar a UPM con todos los poderes , Timerman hasta se da superpoderes para venir y cerrar la planta de UPM si ÉL considera que contamina ( ya lo advertí .... CUIDADO CON TIMERMAN).

Además no es equitativo a los efectos posteriores monitorear un rio que una planta, pues, supongamos que UPM contamina (cosa que no es real) y que el río también, por lógica deducción suponemos que los argentinos exigirán el inmediato cierre de UPM y Uruguay ¿que exige?....tapar el río con tierra?




Y si UPM no contamina y el río sí, cosa que ya se sabe, que puede exigir Uruguay en este caso?.

El alcance del término "alternativamente", en una interpretación simple, pues luego de las inspecciones a UPM y la contrainspecciòn anunciada a la desembocadura del Gualeguaychú, bastaría con que Argentina manifestara que no le interesa controlar más nada en Uruguay para que Uruguay deje de tener derecho a controlar las demás industrias contaminantes del lado argentino.

No se ha especificado quien laudará en caso de surgir diferencia entre los científicos y/o con la CARU.

A tal punto flotó la informalidad en la redacción de estas resoluciones, que en las mismas se refieren a la planta como Botnia.

Analizando el literal A, de las resoluciones firmadas, se presenta como muy vago lo referente a la conformación del “Comité Científico”, pues no se especifica si los científicos deben contar o no con el aval de los dos gobiernos.

Estas resoluciones “huelen a viejo”, a algo mal cocinado o recalentado, y eso que aún no han gritado los piqueteros sediciosos.

Da la impresión que , como dijera Mujica, este “no es un acuerdo histórico...es de historieta”, dentro de 30 días, o antes, leeremos el final de la historieta.


por Jorge Azar-Gómez

lunes, agosto 02, 2010

QUÍMICO DR. ÓSCAR VENTURA: "Ambos países hemos ganado con el acuerdo" PARA MONITOREAR EL RÍO URUGUAY.

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Químico Dr. Óscar Ventura: “Ambos países hemos ganado con el acuerdo” para monitorear el río Uruguay.


EL ESPECTADOR - MONTEVIDEO - URUGUAY 30.07.2010 17.04


Óscar Ventura, catedrático de Química Cuántica, calificó positivamente el acuerdo alcanzado entre Uruguay y Argentina para el monitoreo ambiental del río Uruguay, agregando que es “superador” de los que había hasta el momento ya que se podrá examinar todas las fuentes puntuales de contaminación. “Resuelve el conflicto, establece un mecanismo claro de control y respeta la soberanía de los países”, manifestó. El científico explicó que los controles serán los mismos que venía realizando la Dinama. “La única diferencia va a ser que cuando la Dinama ingrese, como ingresa todos los meses a UPM, va a ir acompañada por un comité científico de la CARU”, explicó.




EMILIANO COTELO:
En un plazo de un mes Uruguay y Argentina ya tendrán conformado el comité científico que tendrá a su cargo el monitoreo ambiental del río Uruguay y todos los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos que vuelcan sus efluentes a ese curso de agua y sus áreas de influencia.

Así quedó establecido en el acuerdo que en la tarde del miércoles 28 (de Julio 2010)firmaron los presidentes José Mujica y Cristina Fernández, y que puso fin al conflicto por las plantas de celulosa en Fray bentos, que se extendió por más de siete años.

El grupo de trabajo científico funcionará en el seno de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) y estará integrado por dos científicos uruguayos y dos científicos argentinos, a elección de cada país. Cuando se trate de un monitoreo en la margen izquierda del río Uruguay las acciones estarán a cargo de la DINAMA, acompañada por el comité científico de la CARU, y se utilizará la normativa de la CARU y normativa uruguaya que sea de aplicación. Y cuando se trate de un monitoreo en la margen derecha del río Uruguay las acciones estarán a cargo de la autoridad argentina correspondiente, acompañada por el comité científico y se utilizarán la normativa de la CARU y la argentina que sea de aplicación.

El número máximo de ingresos de control del comité científico a cada establecimiento a monitorear será de 12 veces por año. El comité científico de la CARU realizará el primer monitoreo en la planta de Botnia-UPM y en la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay. Luego seguirá un monitoreo en un establecimiento o lugar argentino que elegirá la parte uruguaya. Y a partir de entonces se continuará alternativamente en uno y otro país.

***

EC - Ayer tuvimos un primer análisis del acuerdo Uruguay-Argentina, dialogamos con el presidente de la delegación uruguaya en la CARU, Héctor Lorenzo, y con el abogado especialista en derecho internacional público Alejandro Pastori.

Hoy les proponemos examinarlo desde el punto de vista científico, y para eso vamos a conversar con el doctor Óscar Ventura, catedrático de Química Cuántica, que ha estudiado el impacto de la planta de UPM y de otros establecimientos sobre las aguas del río Uruguay.

¿Qué balance hace, en general, del acuerdo?

ÓSCAR VENTURA:
El acuerdo es muy bueno. Es un acuerdo marco, por supuesto, hay todavía varias cosas que hay que establecer en detalle, pero es un acuerdo muy bueno, superador de lo que teníamos hasta ahora. Resuelve el conflicto entre los dos países, establece un mecanismo claro de control, respeta la soberanía de los países y espero que dé tranquilidad a las poblaciones concernidas.

EC - Ahí está el punto delicado, usted espera que la población de Gualeguaychú, sobre todo la más militante, la Asamblea Ambientalista de Gualeguaychú, considere esto aceptable y no volvamos a tener el piquete, etcétera.

OV - De entrada ya las reacciones de la Asamblea han sido bastante negativas, porque no es lo que ellos esperaban, ellos esperan que se erradique la empresa, que se expulse a UPM de Uruguay, y el monitoreo lo ven simplemente como una herramienta que permita comprobar lo que ellos piensan que ya saben.

EC - Pero afortunadamente por ahora no están considerando la medida del retorno del corte de ruta, están planteándose otro tipo de movilizaciones, de gestiones, pero no hablan del corte de ruta; incluso alguno de los dirigentes del movimiento ha dicho que no sería la herramienta más apropiada en estas circunstancias.

OV - Tienen la espada de Damocles del juicio pendiente, eso los controla un poco. No a los más militantes, estamos hablando de quizás 200 personas en 40 millones de argentinos.

EC - Volvamos al texto. ¿Desde el punto de vista científico se puede decir que alguno de los dos países resulta más favorecido que el otro?

OV - No es un problema de favorecer, creo que los dos países han sido muy favorecidos en el sentido de que vamos a poder controlar todo el río, algo que hasta ahora no teníamos tan claro. El acuerdo no prevé solamente el control de UPM, UPM no está singularizada, sino que se van a monitorear todos los emprendimientos industriales. Y me importa aclarar algo más: el punto A, al que te referías, se refiere a los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos. Eso es bien importante porque se van a monitorear todas las fuentes puntuales de contaminación del río. Eso es superador, creo que ambos países hemos ganado. Está claro que ha sido un acuerdo muy elaborado, que tiene puntos que rescatan el legítimo interés de Argentina de saber que un emprendimiento grande como este no va a contaminar y el legítimo interés de Uruguay de saber que tampoco Argentina está contaminando el río. Creo que ambos ganamos.

EC - Parecería que se pone en marcha un trabajo, un proceso que más tarde o más temprano va a conducir a tener el río Uruguay en mejores condiciones.

OV - Eso es lo que pensamos todos. Hay un artículo del ingeniero Martínez, el presidente del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) argentino, en el que decía que el problema no está tanto en los estudios científicos que se hagan sino en que la gente tenga confianza en las instituciones que hacen esos estudios científicos. Si tú te fijás en el acuerdo, lo que se va a hacer es básicamente lo mismo que se hace ahora, el control que se va a hacer es el mismo que hace la DINAMA, la única diferencia va a ser que cuando la DINAMA ingrese, como ingresa todos los meses a UPM, va a ir acompañada por este comité de cuatro científicos, un comité chico, que va a verificar que se realicen los controles que se dice que se realizan y que se realizan de acuerdo con protocolos internacionales, y va a tener un duplicado de las muestras para dar confianza de que efectivamente los resultados que se obtienen son los que se dice que se buscan. Eso es bueno.


EC - Ahí estaba el punto clave, al menos del lado de Argentina, en la etapa posterior a la Corte Internacional de La Haya, el reclamo de que hubiera un permiso que habilitara a científicos de Argentina en particular a ingresar a la planta de Botnia. ¿En principio esto no era necesario, el control, el monitoreo del impacto ambiental de cualquier fábrica se puede hacer afuera?

OV - Correcto. Si hablamos del impacto en el ambiente, el ambiente está fuera de la fábrica. Es lo mismo que si quisiéramos controlar el nivel de sonido de una discoteca; lo que nos interesa, más allá de los motivos de salud internos, es que los vecinos no sean afectados por el sonido que sale de la discoteca; se insonoriza y demás, pero el sonido se mide fuera de la discoteca. Lo mismo con esto: el impacto se mide en el ambiente.

Se ha hecho aquí una concesión, porque el fallo de la Corte Internacional de Justicia no dice que Argentina tenga que entrar a UPM. El gobierno uruguayo, en acuerdo con UPM, ha hecho una concesión, la empresa se ha mostrado totalmente cooperadora, y va a haber dos científicos argentinos que van a acompañar a la DINAMA y van a verificar que efectivamente lo que se hace es correcto, van a llevar confianza al gobierno y a la sociedad argentinos de que lo que se está monitoreando es como corresponde. Obsérvese que los controles los hace la DINAMA, no es que venga Argentina cuando se le ocurra a hacer lo que se le ocurra, ni nada por el estilo.

EC - Se ha recalcado que no hay afectación de soberanía. El artículo 44 del Estatuto del río Uruguay preveía algo de esto. Dice: “Cada parte autorizará a la otra a efectuar estudios e investigaciones de carácter científico en su respectiva jurisdicción, siempre que le haya dado aviso previo a través de la Comisión, con la adecuada antelación, e indicado las características de los estudios e investigaciones y las áreas y plazos en que se efectuarán”.

OV - Correcto. Pero el artículo 44 en realidad no refiere a esto de que estamos hablando, se refiere a estudios científicos, y aquí se mezcla un poquito. No se hace a propósito, pero un monitoreo no es un estudio científico, un monitoreo es seguir determinados protocolos para hacer determinadas medidas, algo que hacen los técnicos, no involucra ninguna investigación científica para obtener un resultado de algo desconocido ni nada por el estilo.

EC - ¿Usted dice que se está forzando un poco el alcance del artículo 44 para avalar un procedimiento como el que se acordó?

OV - El acuerdo no hace referencia al artículo 44, eso es parte del folclore que rodeó las negociaciones, se dijo si se iba a usar el artículo 44. Existen otras posibilidades, se habló mucho de cuáles eran los artículos del fallo, etcétera. Pero lo que dice el acuerdo es mucho más sencillo, es lo mismo que se está haciendo, solamente que la DINAMA cada vez que ingrese a UPM llevará invitados argentinos, tan sencillo como eso. Va a haber personas con conocimiento, obviamente no va a ser una persona que no sepa lo que se está haciendo, son científicos, son técnicos, son personas que saben lo que se hacen, que van a observar los procedimientos que realiza la DINAMA y van a tener un duplicado de todas las muestras que se tomen, de manera de saber que efectivamente los resultados que después comunica la DINAMA son los mismos que pueden obtener ellos. Obviamente no hay una desconfianza, es simplemente dar un aseguramiento adicional de que lo que se hace es correcto.

EC - Recién decíamos que para controlar el impacto ambiental de una determinada fábrica no es imprescindible ingresar a ella, pero usted acaba de decir que la DINAMA ya ingresa a UPM.

OV - Por supuesto.

EC - ¿Cómo es esto?

OV - La DINAMA no solamente controla el impacto ambiental, controla también que la fábrica funcione de acuerdo con los permisos que se emitieron en su momento, y esos permisos no solamente tienen que ver con el impacto ambiental, sino con que los efluentes de la fábrica, dentro de la fábrica, cumplan con determinadas restricciones. En el momento en que se emitieron los permisos para que funcionara la planta se dijo que no debían excederse determinados parámetros en las concentraciones de determinadas sustancias químicas en el efluente, antes de que el efluente llegue al río. Aparte de eso hay un monitoreo ambiental, se hace un monitoreo sobre el río y se hace un monitoreo sobre la atmósfera. Eso sí es ambiental; lo otro, los sensores que están en las chimeneas de UPM, los análisis que se hacen periódicamente todos los meses dentro de UPM, son para asegurar que se cumpla con la legislación uruguaya.

EC - En la práctica, ¿cuáles son esos controles que DINAMA realizará en UPM y que observará esta comisión de científicos, cuatro miembros, dos por cada país?

OV - Son exactamente los mismos controles que se hacen ahora. Se controla que en los efluentes líquidos no exista una concentración superior a la que tiene autorizada de ciertas variables que están explícitamente controladas, por ejemplo la demanda biológica de oxígeno y cosas por el estilo. No quisiera entrar en los detalles de la parte química. Eso es lo mismo que se va a observar. ¿Qué pasa? La CARU no tiene una determinación de límites para esos parámetros, nunca llegó a ponerse en efecto la discusión que se había dado en su momento sobre el control de la zona de influencia de las plantas de celulosa, un plan que se llamaba Procel que se iba a aplicar. La CARU tiene que discutir ahora, en función de que existen plantas de celulosa, una serie de límites para esos parámetros.

EC - Mientras tanto, de acuerdo con lo que dice el texto que se conoció el miércoles, se utilizará la normativa uruguaya.

OV - No solo mientras tanto, la normativa uruguaya está más avanzada en esta materia, justamente porque tuvimos la instalación de esta pastera, y debe ser un insumo para que la CARU elabore sus propios límites. Evidentemente tiene que considerar también la necesidad de Argentina. Argentina está más atrasada ambientalmente que Uruguay, tiene límites mucho más permisivos para los vertidos al río, y si uno fuera a aplicar directamente los límites uruguayos o de la DINAMA, del lado argentino estarían en problemas. Tiene que haber una discusión entre los dos países para fijar progresivamente esos límites. Obviamente, no se van a poner límites más permisivos que los que ya tenemos, pero va a haber que dar tiempo a las empresas para que se adapten a esos límites de vertidos.

EC - El comité de científicos se llevará un segundo ejemplar de cada toma que se realice.

OV - Exactamente, se toma por duplicado, y una de las muestras va para la DINAMA y la otra va para este comité científico. No está muy claro, porque en el acuerdo no está.


EC - ¿Qué se va a hacer con esa segunda muestra?

OV - Eso no está en el acuerdo, tiene que ser parte de la letra chica del acuerdo, de lo cual hablaba el presidente Mujica. Supongo que en este momento en la CARU están discutiendo ampliamente acerca de cómo implementar el acuerdo. Por ejemplo, cómo ese comité científico responde a la jerarquía de la CARU, cuál es su posición dentro del organigrama de la CARU. Qué pasa si no se ponen de acuerdo las delegaciones; qué pasa con la muestra, se analiza siempre o se analiza solo en caso de que haya duda; cómo se conserva, cómo se manipula. Hay infinidad de detalles que todavía no están discutidos. Esto es un acuerdo marco que tiene que reglamentarse.

***

EC - Uno de los tantos detalles que no están explicitados en el texto del acuerdo es cómo se elige a los cuatro científicos, los dos y dos que van a conformar este comité científico. Ahí aparece mezclado el reclamo de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú de tener presencia, y alguna demanda que ya está circulando en la prensa de tener por lo menos un veedor en esa comisión que va a ingresar a UPM a controlar las emanaciones. ¿Qué dice usted sobre esa posibilidad?

OV - Sí, leí eso que usted comenta, pero creo que quienes tienen que conformar ese equipo de parte de Argentina y Uruguay tienen que ser personas que tengan una trayectoria dilatada en ambiente, contaminación química, etcétera. Hasta ahora todas las personas sensatas que en Argentina se han manifestado sobre esto, la gente que tiene conocimiento, los científicos y los técnicos, han dicho reiteradamente que si la fábrica se operaba de la manera que estaba diseñada no iba a contaminar. Y esto ha hecho que la Asamblea de Gualeguaychú haya denunciado reiteradamente a esta gente, en la Asamblea tienen un dicho que es “quien dice que Botnia no contamina es o bien ignorante o bien corrupto”, entonces es muy difícil satisfacer a la Asamblea, y por suerte eso no es un problema uruguayo. Uruguay va a designar a sus científicos, gente de capacidad que va a saber lo que está haciendo, y espera –supongo– que Argentina haga lo mismo. Creo que dentro del gobierno argentino está suficientemente claro que no puede poner en esa comisión gente que no esté preparada. Gualeguaychú no tiene gente preparada para eso, ninguna de las personas que están en lo que ellos llaman su equipo técnico tiene una preparación adecuada como para estar ahí, y todos esperamos que el gobierno argentino actúe con la misma sensatez y visión con que actuó para firmar este acuerdo.

EC - El primero de los controles se hará, como se esperaba, en la planta de UPM-Botnia, pero al mismo tiempo –lo dice el propio acuerdo– se habilita otra inspección en la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay. ¿Qué importancia le adjudica a este detalle?

OV - El acuerdo no dice que primero se va a hacer en UPM, dice que se va a hacer simultáneamente.

EC - Sí, en el primer escalón están UPM y también la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay.

OV - Exactamente, es así, y es muy importante que sea así. Un poquito de historia. Tenemos un Estatuto del Río Uruguay que habla sobre la contaminación, y hay otro documento, que se nombra menos, que es el Digesto, en el cual están referidas cuáles son las sustancias químicas que hay que controlar, cuáles son las variables físicas, cuáles son los límites, etcétera. Eso se aplica a todo el río, es una descripción de lo que hay que controlar que se aplica a todas las fuentes eventuales de contaminación, fuentes puntuales –las que son claramente identificadas, como por ejemplo la fábrica de UPM– y fuentes difusas –todos los pequeños arroyitos y los lavados de las tierras agrícolas que caen en el río–; también son fuentes puntuales las desembocaduras de ríos como el Gualeguaychú.

El río Gualeguaychú recoge no solo una cantidad de vertidos industriales de la zona de Gualeguaychú, sino que además a él llegan todos los vertidos del Parque Industrial de Gualeguaychú (PIGCHU). Ya hace mucho tiempo que la CARU determinó que uno de los puntos críticos en la región, uno de los puntos donde se nota que existe algún tipo de contaminación puntual es la desembocadura del río Gualeguaychú. Entonces en este momento en esa zona los grandes focos posibles –no quiere decir que lo sean– de contaminación por medio de vertidos que deben controlados son la fábrica de UPM y la desembocadura del río Gualeguaychú.

Es importante que esto esté en el acuerdo, porque si solamente se controlara a UPM y se dijera “UPM vierte tal cantidad de sustancias químicas”, esa cantidad de sustancias químicas que se vierten está dentro de lo autorizado por la DINAMA, pero siempre se puede decir “pero la DINAMA autoriza cualquier cosa” o “fíjense qué brutalidad de cosas que se vierten”. Si ahora tenemos al mismo tiempo un análisis de lo que pasa con el río Gualeguaychú, que es la contrapartida, el espejo del lado de enfrente, uno puede decir: “Acá se vierten tantas sustancias químicas, acá se vierte tanto de las mismas sustancias químicas, y el río lleva tanto de las mismas sustancias químicas”. Se puede hacer la comparación, eso es sumamente importante.

EC - Pasada la primera etapa, a la hora de elegir otros establecimientos o poblaciones a controlar del lado argentino, ¿se le ocurre cuáles debería elegir Uruguay?

OV - Sí, hay varios que son bien conocidos, están incluso dentro de la documentación que presentó Uruguay en La Haya. Es clarísimo que hay que elegir las empresas de PIGCHU, que no vierten directamente al río Uruguay, vierten a una cañada que se llama Melgar, y eso a su vez termina en el río Gualeguaychú y finalmente en el río Uruguay. El PIGCHU tiene 27 empresas instaladas cuyos vertidos no son públicos, no se sabe qué y cuánto vierten.

EC - Entonces además de este control que se va a hacer de la calidad del agua en la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay, Uruguay después podría solicitar, del mismo modo que Argentina tiene interés en ingresar a UPM, que la comisión de científicos ingrese a las fábricas del PIGCHU.

OV - Exactamente la misma cosa. Por supuesto, en las mismas condiciones en que los científicos argentinos ingresan a las uruguayas, no a medir nada, sino junto con el organismo correspondiente de control argentino.

EC - ¿Y del lado uruguayo qué puede pedir Argentina, después de Botnia?

OV - Del lado uruguayo hay muchas menos cosas importantes, se podría hablar de frigoríficos, de curtiembres. Del lado argentino también tenemos las avícolas en la parte de Concordia, por ejemplo. Focos de eventual contaminación hay muchos. Esto va a llevar a que apuntemos a resolver los problemas, porque la cuestión no es decir “tal fábrica –supongamos Fanaquímica del lado argentino– ¿contamina o no contamina?”. Se puede encontrar algún proceso que no esté convenientemente optimizado, y entonces no se va a decir “cierren Fanaquímica”, sino “vamos a darle plazos, vamos a tener un proceso de actualización”. Lo mismo del lado uruguayo, por ejemplo los vertidos cloacales; el hecho de que Fray Bentos va a hacer el tratamiento de sus aguas servidas a través de UPM es una mejora en la salud del río.

***

Transcripción: María Lila Ltaif

domingo, agosto 01, 2010

Químico Óscar Ventura: “Ambos países hemos ganado con el acuerdo” para monitorear el río Uruguay.
EL ESPECTADOR - MONTEVIDEO - URUGUAY 30.07.2010 | 17.04
Óscar Ventura, catedrático de Química Cuántica, calificó positivamente el acuerdo alcanzado entre Uruguay y Argentina para el monitoreo ambiental del río Uruguay, agregando que es “superador” de los que había hasta el momento ya que se podrá examinar todas las fuentes puntuales de contaminación. “Resuelve el conflicto, establece un mecanismo claro de control y respeta la soberanía de los países”, manifestó. El científico explicó que los controles serán los mismos que venía realizando la Dinama. “La única diferencia va a ser que cuando la Dinama ingrese, como ingresa todos los meses a UPM, va a ir acompañada por un comité científico de la CARU”, explicó.




EMILIANO COTELO:
En un plazo de un mes Uruguay y Argentina ya tendrán conformado el comité científico que tendrá a su cargo el monitoreo ambiental del río Uruguay y todos los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos que vuelcan sus efluentes a ese curso de agua y sus áreas de influencia.

Así quedó establecido en el acuerdo que en la tarde del miércoles firmaron los presidentes José Mujica y Cristina Fernández, y que puso fin al conflicto por las plantas de celulosa en Fray bentos, que se extendió por más de siete años.

El grupo de trabajo científico funcionará en el seno de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) y estará integrado por dos científicos uruguayos y dos científicos argentinos, a elección de cada país. Cuando se trate de un monitoreo en la margen izquierda del río Uruguay las acciones estarán a cargo de la DINAMA, acompañada por el comité científico de la CARU, y se utilizará la normativa de la CARU y normativa uruguaya que sea de aplicación. Y cuando se trate de un monitoreo en la margen derecha del río Uruguay las acciones estarán a cargo de la autoridad argentina correspondiente, acompañada por el comité científico y se utilizarán la normativa de la CARU y la argentina que sea de aplicación.

El número máximo de ingresos de control del comité científico a cada establecimiento a monitorear será de 12 veces por año. El comité científico de la CARU realizará el primer monitoreo en la planta de Botnia-UPM y en la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay. Luego seguirá un monitoreo en un establecimiento o lugar argentino que elegirá la parte uruguaya. Y a partir de entonces se continuará alternativamente en uno y otro país.

***

EC - Ayer tuvimos un primer análisis del acuerdo Uruguay-Argentina, dialogamos con el presidente de la delegación uruguaya en la CARU, Héctor Lorenzo, y con el abogado especialista en derecho internacional público Alejandro Pastori.

Hoy les proponemos examinarlo desde el punto de vista científico, y para eso vamos a conversar con el doctor Óscar Ventura, catedrático de Química Cuántica, que ha estudiado el impacto de la planta de UPM y de otros establecimientos sobre las aguas del río Uruguay.

¿Qué balance hace, en general, del acuerdo?

ÓSCAR VENTURA:
El acuerdo es muy bueno. Es un acuerdo marco, por supuesto, hay todavía varias cosas que hay que establecer en detalle, pero es un acuerdo muy bueno, superador de lo que teníamos hasta ahora. Resuelve el conflicto entre los dos países, establece un mecanismo claro de control, respeta la soberanía de los países y espero que dé tranquilidad a las poblaciones concernidas.

EC - Ahí está el punto delicado, usted espera que la población de Gualeguaychú, sobre todo la más militante, la Asamblea Ambientalista de Gualeguaychú, considere esto aceptable y no volvamos a tener el piquete, etcétera.

OV - De entrada ya las reacciones de la Asamblea han sido bastante negativas, porque no es lo que ellos esperaban, ellos esperan que se erradique la empresa, que se expulse a UPM de Uruguay, y el monitoreo lo ven simplemente como una herramienta que permita comprobar lo que ellos piensan que ya saben.

EC - Pero afortunadamente por ahora no están considerando la medida del retorno del corte de ruta, están planteándose otro tipo de movilizaciones, de gestiones, pero no hablan del corte de ruta; incluso alguno de los dirigentes del movimiento ha dicho que no sería la herramienta más apropiada en estas circunstancias.

OV - Tienen la espada de Damocles del juicio pendiente, eso los controla un poco. No a los más militantes, estamos hablando de quizás 200 personas en 40 millones de argentinos.

EC - Volvamos al texto. ¿Desde el punto de vista científico se puede decir que alguno de los dos países resulta más favorecido que el otro?

OV - No es un problema de favorecer, creo que los dos países han sido muy favorecidos en el sentido de que vamos a poder controlar todo el río, algo que hasta ahora no teníamos tan claro. El acuerdo no prevé solamente el control de UPM, UPM no está singularizada, sino que se van a monitorear todos los emprendimientos industriales. Y me importa aclarar algo más: el punto A, al que te referías, se refiere a los establecimientos industriales, agrícolas y centros urbanos. Eso es bien importante porque se van a monitorear todas las fuentes puntuales de contaminación del río. Eso es superador, creo que ambos países hemos ganado. Está claro que ha sido un acuerdo muy elaborado, que tiene puntos que rescatan el legítimo interés de Argentina de saber que un emprendimiento grande como este no va a contaminar y el legítimo interés de Uruguay de saber que tampoco Argentina está contaminando el río. Creo que ambos ganamos.

EC - Parecería que se pone en marcha un trabajo, un proceso que más tarde o más temprano va a conducir a tener el río Uruguay en mejores condiciones.

OV - Eso es lo que pensamos todos. Hay un artículo del ingeniero Martínez, el presidente del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) argentino, en el que decía que el problema no está tanto en los estudios científicos que se hagan sino en que la gente tenga confianza en las instituciones que hacen esos estudios científicos. Si tú te fijás en el acuerdo, lo que se va a hacer es básicamente lo mismo que se hace ahora, el control que se va a hacer es el mismo que hace la DINAMA, la única diferencia va a ser que cuando la DINAMA ingrese, como ingresa todos los meses a UPM, va a ir acompañada por este comité de cuatro científicos, un comité chico, que va a verificar que se realicen los controles que se dice que se realizan y que se realizan de acuerdo con protocolos internacionales, y va a tener un duplicado de las muestras para dar confianza de que efectivamente los resultados que se obtienen son los que se dice que se buscan. Eso es bueno.


EC - Ahí estaba el punto clave, al menos del lado de Argentina, en la etapa posterior a la Corte Internacional de La Haya, el reclamo de que hubiera un permiso que habilitara a científicos de Argentina en particular a ingresar a la planta de Botnia. ¿En principio esto no era necesario, el control, el monitoreo del impacto ambiental de cualquier fábrica se puede hacer afuera?

OV - Correcto. Si hablamos del impacto en el ambiente, el ambiente está fuera de la fábrica. Es lo mismo que si quisiéramos controlar el nivel de sonido de una discoteca; lo que nos interesa, más allá de los motivos de salud internos, es que los vecinos no sean afectados por el sonido que sale de la discoteca; se insonoriza y demás, pero el sonido se mide fuera de la discoteca. Lo mismo con esto: el impacto se mide en el ambiente.

Se ha hecho aquí una concesión, porque el fallo de la Corte Internacional de Justicia no dice que Argentina tenga que entrar a UPM. El gobierno uruguayo, en acuerdo con UPM, ha hecho una concesión, la empresa se ha mostrado totalmente cooperadora, y va a haber dos científicos argentinos que van a acompañar a la DINAMA y van a verificar que efectivamente lo que se hace es correcto, van a llevar confianza al gobierno y a la sociedad argentinos de que lo que se está monitoreando es como corresponde. Obsérvese que los controles los hace la DINAMA, no es que venga Argentina cuando se le ocurra a hacer lo que se le ocurra, ni nada por el estilo.

EC - Se ha recalcado que no hay afectación de soberanía. El artículo 44 del Estatuto del río Uruguay preveía algo de esto. Dice: “Cada parte autorizará a la otra a efectuar estudios e investigaciones de carácter científico en su respectiva jurisdicción, siempre que le haya dado aviso previo a través de la Comisión, con la adecuada antelación, e indicado las características de los estudios e investigaciones y las áreas y plazos en que se efectuarán”.

OV - Correcto. Pero el artículo 44 en realidad no refiere a esto de que estamos hablando, se refiere a estudios científicos, y aquí se mezcla un poquito. No se hace a propósito, pero un monitoreo no es un estudio científico, un monitoreo es seguir determinados protocolos para hacer determinadas medidas, algo que hacen los técnicos, no involucra ninguna investigación científica para obtener un resultado de algo desconocido ni nada por el estilo.

EC - ¿Usted dice que se está forzando un poco el alcance del artículo 44 para avalar un procedimiento como el que se acordó?

OV - El acuerdo no hace referencia al artículo 44, eso es parte del folclore que rodeó las negociaciones, se dijo si se iba a usar el artículo 44. Existen otras posibilidades, se habló mucho de cuáles eran los artículos del fallo, etcétera. Pero lo que dice el acuerdo es mucho más sencillo, es lo mismo que se está haciendo, solamente que la DINAMA cada vez que ingrese a UPM llevará invitados argentinos, tan sencillo como eso. Va a haber personas con conocimiento, obviamente no va a ser una persona que no sepa lo que se está haciendo, son científicos, son técnicos, son personas que saben lo que se hacen, que van a observar los procedimientos que realiza la DINAMA y van a tener un duplicado de todas las muestras que se tomen, de manera de saber que efectivamente los resultados que después comunica la DINAMA son los mismos que pueden obtener ellos. Obviamente no hay una desconfianza, es simplemente dar un aseguramiento adicional de que lo que se hace es correcto.

EC - Recién decíamos que para controlar el impacto ambiental de una determinada fábrica no es imprescindible ingresar a ella, pero usted acaba de decir que la DINAMA ya ingresa a UPM.

OV - Por supuesto.

EC - ¿Cómo es esto?

OV - La DINAMA no solamente controla el impacto ambiental, controla también que la fábrica funcione de acuerdo con los permisos que se emitieron en su momento, y esos permisos no solamente tienen que ver con el impacto ambiental, sino con que los efluentes de la fábrica, dentro de la fábrica, cumplan con determinadas restricciones. En el momento en que se emitieron los permisos para que funcionara la planta se dijo que no debían excederse determinados parámetros en las concentraciones de determinadas sustancias químicas en el efluente, antes de que el efluente llegue al río. Aparte de eso hay un monitoreo ambiental, se hace un monitoreo sobre el río y se hace un monitoreo sobre la atmósfera. Eso sí es ambiental; lo otro, los sensores que están en las chimeneas de UPM, los análisis que se hacen periódicamente todos los meses dentro de UPM, son para asegurar que se cumpla con la legislación uruguaya.

EC - En la práctica, ¿cuáles son esos controles que DINAMA realizará en UPM y que observará esta comisión de científicos, cuatro miembros, dos por cada país?

OV - Son exactamente los mismos controles que se hacen ahora. Se controla que en los efluentes líquidos no exista una concentración superior a la que tiene autorizada de ciertas variables que están explícitamente controladas, por ejemplo la demanda biológica de oxígeno y cosas por el estilo. No quisiera entrar en los detalles de la parte química. Eso es lo mismo que se va a observar. ¿Qué pasa? La CARU no tiene una determinación de límites para esos parámetros, nunca llegó a ponerse en efecto la discusión que se había dado en su momento sobre el control de la zona de influencia de las plantas de celulosa, un plan que se llamaba Procel que se iba a aplicar. La CARU tiene que discutir ahora, en función de que existen plantas de celulosa, una serie de límites para esos parámetros.

EC - Mientras tanto, de acuerdo con lo que dice el texto que se conoció el miércoles, se utilizará la normativa uruguaya.

OV - No solo mientras tanto, la normativa uruguaya está más avanzada en esta materia, justamente porque tuvimos la instalación de esta pastera, y debe ser un insumo para que la CARU elabore sus propios límites. Evidentemente tiene que considerar también la necesidad de Argentina. Argentina está más atrasada ambientalmente que Uruguay, tiene límites mucho más permisivos para los vertidos al río, y si uno fuera a aplicar directamente los límites uruguayos o de la DINAMA, del lado argentino estarían en problemas. Tiene que haber una discusión entre los dos países para fijar progresivamente esos límites. Obviamente, no se van a poner límites más permisivos que los que ya tenemos, pero va a haber que dar tiempo a las empresas para que se adapten a esos límites de vertidos.

EC - El comité de científicos se llevará un segundo ejemplar de cada toma que se realice.

OV - Exactamente, se toma por duplicado, y una de las muestras va para la DINAMA y la otra va para este comité científico. No está muy claro, porque en el acuerdo no está.


EC - ¿Qué se va a hacer con esa segunda muestra?

OV - Eso no está en el acuerdo, tiene que ser parte de la letra chica del acuerdo, de lo cual hablaba el presidente Mujica. Supongo que en este momento en la CARU están discutiendo ampliamente acerca de cómo implementar el acuerdo. Por ejemplo, cómo ese comité científico responde a la jerarquía de la CARU, cuál es su posición dentro del organigrama de la CARU. Qué pasa si no se ponen de acuerdo las delegaciones; qué pasa con la muestra, se analiza siempre o se analiza solo en caso de que haya duda; cómo se conserva, cómo se manipula. Hay infinidad de detalles que todavía no están discutidos. Esto es un acuerdo marco que tiene que reglamentarse.

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EC - Uno de los tantos detalles que no están explicitados en el texto del acuerdo es cómo se elige a los cuatro científicos, los dos y dos que van a conformar este comité científico. Ahí aparece mezclado el reclamo de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú de tener presencia, y alguna demanda que ya está circulando en la prensa de tener por lo menos un veedor en esa comisión que va a ingresar a UPM a controlar las emanaciones. ¿Qué dice usted sobre esa posibilidad?

OV - Sí, leí eso que usted comenta, pero creo que quienes tienen que conformar ese equipo de parte de Argentina y Uruguay tienen que ser personas que tengan una trayectoria dilatada en ambiente, contaminación química, etcétera. Hasta ahora todas las personas sensatas que en Argentina se han manifestado sobre esto, la gente que tiene conocimiento, los científicos y los técnicos, han dicho reiteradamente que si la fábrica se operaba de la manera que estaba diseñada no iba a contaminar. Y esto ha hecho que la Asamblea de Gualeguaychú haya denunciado reiteradamente a esta gente, en la Asamblea tienen un dicho que es “quien dice que Botnia no contamina es o bien ignorante o bien corrupto”, entonces es muy difícil satisfacer a la Asamblea, y por suerte eso no es un problema uruguayo. Uruguay va a designar a sus científicos, gente de capacidad que va a saber lo que está haciendo, y espera –supongo– que Argentina haga lo mismo. Creo que dentro del gobierno argentino está suficientemente claro que no puede poner en esa comisión gente que no esté preparada. Gualeguaychú no tiene gente preparada para eso, ninguna de las personas que están en lo que ellos llaman su equipo técnico tiene una preparación adecuada como para estar ahí, y todos esperamos que el gobierno argentino actúe con la misma sensatez y visión con que actuó para firmar este acuerdo.

EC - El primero de los controles se hará, como se esperaba, en la planta de UPM-Botnia, pero al mismo tiempo –lo dice el propio acuerdo– se habilita otra inspección en la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay. ¿Qué importancia le adjudica a este detalle?

OV - El acuerdo no dice que primero se va a hacer en UPM, dice que se va a hacer simultáneamente.

EC - Sí, en el primer escalón están UPM y también la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay.

OV - Exactamente, es así, y es muy importante que sea así. Un poquito de historia. Tenemos un Estatuto del Río Uruguay que habla sobre la contaminación, y hay otro documento, que se nombra menos, que es el Digesto, en el cual están referidas cuáles son las sustancias químicas que hay que controlar, cuáles son las variables físicas, cuáles son los límites, etcétera. Eso se aplica a todo el río, es una descripción de lo que hay que controlar que se aplica a todas las fuentes eventuales de contaminación, fuentes puntuales –las que son claramente identificadas, como por ejemplo la fábrica de UPM– y fuentes difusas –todos los pequeños arroyitos y los lavados de las tierras agrícolas que caen en el río–; también son fuentes puntuales las desembocaduras de ríos como el Gualeguaychú.

El río Gualeguaychú recoge no solo una cantidad de vertidos industriales de la zona de Gualeguaychú, sino que además a él llegan todos los vertidos del Parque Industrial de Gualeguaychú (PIGCHU). Ya hace mucho tiempo que la CARU determinó que uno de los puntos críticos en la región, uno de los puntos donde se nota que existe algún tipo de contaminación puntual es la desembocadura del río Gualeguaychú. Entonces en este momento en esa zona los grandes focos posibles –no quiere decir que lo sean– de contaminación por medio de vertidos que deben controlados son la fábrica de UPM y la desembocadura del río Gualeguaychú.

Es importante que esto esté en el acuerdo, porque si solamente se controlara a UPM y se dijera “UPM vierte tal cantidad de sustancias químicas”, esa cantidad de sustancias químicas que se vierten está dentro de lo autorizado por la DINAMA, pero siempre se puede decir “pero la DINAMA autoriza cualquier cosa” o “fíjense qué brutalidad de cosas que se vierten”. Si ahora tenemos al mismo tiempo un análisis de lo que pasa con el río Gualeguaychú, que es la contrapartida, el espejo del lado de enfrente, uno puede decir: “Acá se vierten tantas sustancias químicas, acá se vierte tanto de las mismas sustancias químicas, y el río lleva tanto de las mismas sustancias químicas”. Se puede hacer la comparación, eso es sumamente importante.

EC - Pasada la primera etapa, a la hora de elegir otros establecimientos o poblaciones a controlar del lado argentino, ¿se le ocurre cuáles debería elegir Uruguay?

OV - Sí, hay varios que son bien conocidos, están incluso dentro de la documentación que presentó Uruguay en La Haya. Es clarísimo que hay que elegir las empresas de PIGCHU, que no vierten directamente al río Uruguay, vierten a una cañada que se llama Melgar, y eso a su vez termina en el río Gualeguaychú y finalmente en el río Uruguay. El PIGCHU tiene 27 empresas instaladas cuyos vertidos no son públicos, no se sabe qué y cuánto vierten.

EC - Entonces además de este control que se va a hacer de la calidad del agua en la desembocadura del río Gualeguaychú en el río Uruguay, Uruguay después podría solicitar, del mismo modo que Argentina tiene interés en ingresar a UPM, que la comisión de científicos ingrese a las fábricas del PIGCHU.

OV - Exactamente la misma cosa. Por supuesto, en las mismas condiciones en que los científicos argentinos ingresan a las uruguayas, no a medir nada, sino junto con el organismo correspondiente de control argentino.

EC - ¿Y del lado uruguayo qué puede pedir Argentina, después de Botnia?

OV - Del lado uruguayo hay muchas menos cosas importantes, se podría hablar de frigoríficos, de curtiembres. Del lado argentino también tenemos las avícolas en la parte de Concordia, por ejemplo. Focos de eventual contaminación hay muchos. Esto va a llevar a que apuntemos a resolver los problemas, porque la cuestión no es decir “tal fábrica –supongamos Fanaquímica del lado argentino– ¿contamina o no contamina?”. Se puede encontrar algún proceso que no esté convenientemente optimizado, y entonces no se va a decir “cierren Fanaquímica”, sino “vamos a darle plazos, vamos a tener un proceso de actualización”. Lo mismo del lado uruguayo, por ejemplo los vertidos cloacales; el hecho de que Fray Bentos va a hacer el tratamiento de sus aguas servidas a través de UPM es una mejora en la salud del río.

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Transcripción: María Lila Ltaif